Cada músculo de mi cuerpo ardía, el hambre hacía mella en nuestra capacidad para dormir y el cansancio nos mantenía sin un mínimo de voluntad. Estábamos volviéndonos locos y si no fuera por el poco respeto que nos tenemos ya habríamos saltado uno sobre otro y devorado para mantenernos vivos.
Resalto que Agniet casi lo hace con Elya, de no ser porque yo la retuve, la chica sería puré de aspirante.
No había guardias cerca, no era necesario, ni siquiera podíamos movernos.
Tres malditos días encerrado y rodeado de oro. Mis dedos tenían ampollas de tantas veces que había intentado ir contra los barrotes, desee tener la resistencia que tuvo Víctor para separar los barrotes.
Un jaleo nos puso alerta, me levanté con la poca fuerza que tenía al escuchar las voces y los pasos de los guardias accediendo por el pasillo. Eran bastantes y no dos o tres como cuando hacían revisión.
De pronto supe por qué, una fuente de energía demasiado elevada, no podía ser de nadie que estuviese en cautiverio o de los humanos. Ni siquiera Ashton irradiaba tanto poder. Era el aura de un Vrykolaka y solo se comparaba con la de una persona.
Arion.
Por lo menos diez guardias lo rodeaban y venía con la cara gacha y el semblante descompuesto. No tenía sentido, esa no era la cara de alguien que literalmente brillaba como una bombilla, ni siquiera el oro o el diamante lograba disminuir el poder.
—Tienen compañía muchachos, otro chulito que quiso ser más inteligente que nosotros —habló aquél sujeto que siempre estaba tras Ashton—. Nos dijeron que eran peligrosos y astutos como panteras, pero lo único que veo es una bola de adolescentes falta de cerebro.
Arion levantó la cabeza y desvío la mirada del guardia hasta nosotros, una de sus comisuras se levantó. Y entonces lo entendí.
—Retrocedan —ordené a los chicos.
Habían estado callados admirando la escena y actuaron resguardándose detrás de mí. Dick cubrió a Elya con su cuerpo y yo hice lo propio con Agniet.
—Tranquilos chicos, no se trata de ustedes, no les haremos nada...
—Pues claro que no —habló entonces Arion—, no es como si fuera a dejarlos.
El hombre rió.
—Justo ahora no estás para rebatir. Somos la especie superior —abrió los brazos con arrogancia—. Abran la puerta.
Otro soldado se adelantó y cuando la cerradura cedió, nuestro líder ensanchó la sonrisa.
Me mantuve atento a cada movimiento de los sujetos y de Arion, entonces sucedió, pero por supuesto no sin antes un discurso para nada humilde de cierto rubio.
—Regla número 1 de supervivencia humana, nunca llevarle la contraria a Arion Vriklas —en un movimiento estuvo libre de las esposas—. Y hagan el favor de conseguir material resistente.
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Colder✅ [Libro 1]
VampireEn mis visitas al pueblo de Atenas la alegría siempre fue predominante, hasta aquel desastroso verano que marcaría mi vida para siempre. Ahora, tres años después, tendría que volver y enfrentarme a mis traumas. Sin contar que lo que se escondía tra...