La oscuridad era extraña, capaz de albergar tantos misterios y al mismo tiempo verse tan vacía. Así mismo la oscuridad interior, tan llena de demonios, atreviéndose a lucir indefensa y llena de nada.
Si pintara como me siento ahora variaría en los tonos de gris, intrincadas líneas cada vez más oscuras hasta llegar al mas profundo negro y terminaría oscureciendo toda la obra.
Ya he perdido la cuenta de los días que llevo aquí, después de los primeros siete días todo se volvió borroso, sobre todo cuándo él comenzó a hacerse cargo de vigilarme y darme de comer.
Una pequeña ventana cubierta con una tela negra que solía correr para ubicarme en tiempo, me mostraba que era medio día, él sol estaba en su punto más alto.
Recibí un poco de luz y cuando mis brazos se cansaron de estar estirados, desistí. Estaba muy débil luego de negarme a comer el desayuno.
Me senté sobre la cama con mi espalda pegada a la pared abrazando mis rodillas, ya no lloraba, hacía días que ya no podía sentir nada.
La puerta se abrió y dirigí mi vista al visitante; su rostro angelical engañaba a cualquiera, los distraía de ver la locura que se ocultaba tras sus ojos, lo desquiciado que estaba.
Llevaba consigo una bandeja cubierta que dejó sobre una de esas mesas con ruedas, como las de un hospital.
—Supongo que esta no me la vas a tirar a la cara —su acento tan diferente al mío me seguía extrañando.
Hacía sonar mi voz demasiado marcada.
—¿Te comió la lengua el gato? ¿Hoy no me insultas?
Escupí un insulto en mi lengua materna que él nunca llegaría ni a pronunciar.
—Así me gustan, agresivas, que me peguen.
Algo que me preocupaba de este chico es que era perfectamente capaz de comer, conversar, alimentarse de mi y hacerme daño sin borrar de su cara esa sonrisa demente.
—Dime ¿También eres agresiva en la cama o tengo que preguntarle a mi amigo Eithan? —estalló en una risa burlona.
Su nombre dolía, me recordaba su traición.
—Nunca...vuelvas a hablarme de él —hablo despacio.
—¡Maravilloso! Algo mas exótico que tu piel seguramente es tu voz y tu acento, tengo un amigo que lo armaría, es igual al suyo. Cómo me gustaría que esos lindos labios me dijeran tu nombre.
Le di una sonrisa condescendiente.
—Para lo que me haces no necesitas saberlo.
Ladeó su cabeza, tan antinaturalmente que me dio escalofríos.
—Cuándo el tiempo llegue veré mis resultados y me lo vas a agradecer.
Me acerqué a él y a la bandeja, quité la tapa cuadrada y sonriendo vacié un plato de puré en su saco probablemente de marca.
Como siempre, ni siquiera se inmuto o cambió de expresión...sin embargo toda acción tenía una reacción y pronto fui tomada por ese humo espeso causante de dolor.
Una vez más perdí el conocimiento y vi su silueta desaparecer por la luz de la puerta antes de que la oscuridad me consumiera por completo.
💙
Besos y gracias por leer. Estamos en 52k quiero llorar. Besitos ❤
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Colder✅ [Libro 1]
VampireEn mis visitas al pueblo de Atenas la alegría siempre fue predominante, hasta aquel desastroso verano que marcaría mi vida para siempre. Ahora, tres años después, tendría que volver y enfrentarme a mis traumas. Sin contar que lo que se escondía tra...