Capítulo 40

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Llevaba dos semanas dividiendo mi tiempo en cuidar a William en el hospital y a mis hijos en la casa con Marta. Muchas de las veces lloraban porque querían ir conmigo a ver a su padre y no lo permitía. Estuve todos los días leyendo poemas y todas las noticias que estaban circulando desde mi regreso, muchas eran graciosas y otras demasiado fuertes pero tan reales que me herian.

Le contaba sobre lo que viví con mis hijos a la hora de teneros y que todos los días era una aventura nueva con esos tres traviesos. Lo mucho que ellos deseaban conocerlo y por eso debía despertar.

--Todos los días me recuerdan el amor que siento por ti-- sin poder evitarlo bese su frente y esperaba que con ese beso le transmitiera todo lo que siento
la maquina empezó a hacer un sonido y tanto su familia como doctores entraron rápido a la habitación por otro lado yo me hice a una esquina entonces lo vi; había abierto los ojos.

Una vez fuera Crystal estaba conmigo muy feliz.

--Jamás dude de ti-- me abrazo.

--Llamame cuando él se sienta mejor y quiera conocerlos-- me despedí.

***

Después de rogarles durante mucho porfin las había convencido de salir un rato, estuvieron semanas cuidando a mis hijos que ya era hora de que se despejaran un poco y descansarán.

Así que nos quedamos los pequeñines y yo en esa casa.

--¿Mami preparamos galletas para papá y la tía Crystal?-- mi hijo estaba muy emocionado de conocer a su papá, desde que les dije que ya estaba mucho mejor y no tardaba en venir a verlos, se emocionaron bastante.

--Si corazón-- sacamos todos los ingredientes y los moldes necesarios.

Hicimos la mezcla y cortamos las galletas de muchas figuras diferentes, cuando estaba metiendo la última charola al horno alguien toco el timbre de la casa.

Apenas si abri la puerta un par de manos se aferraron a mis brazos haciéndome daño, enfoque mi vista y vi a ¿Will? ¿Qué hacie él aquí? Acababa de despertar de un coma y el estaba aquí en la casa como si nada en vez de descansar y recuperarse.

--¿Dime que no es verdad lo que mi madre y hermana me dijeron?-- su agarre se hizo más fuerte causando dolor en mis dos brazos-- ¡DIMELO, NICOLE!-- sus ojos estaban rojos y llorosos-- dime que aquella vez no te deje embarazada-- sujete sus codos para tratar de apartarlo pero no cedía por lo que me rendí.

--No puedo, sería negarlos y no voy hacer eso-- su agarre se aflojó y tuve que sostenerlo para que no se hiciera daño, ambos estábamos sentados en el suelo mientras él lloraba en silencio.

No me esperaba que las cosas se complicarán tanto ni que se dieran de esta forma, estaba demasiado débil como para una impresión así.

Mira que aquella chica es tonta, ¿cómo se les ocurre decirle que teni hijos conmigo? Acaba de despertar de un coma.

--Debes descansar, es muy peligroso que estés aquí-- entonces escuche un trastazo, seguido por mucho ruido y risas desde la cocina-- un minuto, los he dejado un minuto solos y tengo miedo de ir a ver lo que hicieron en la cocina.

Me resigne, mis hijos cuando se ponían de acuerdo eran muy traviesos pero estaban teniendo una infancia muy buena y es lo único que a mi me importa.

--¿Están aquí?-- susurro.

--¿Quieres conocerlos?-- lo ayude a pararse y entramos rápido a la casa, apenas si entramos en la cocina vi todos los trastes en el suelo, los mellizos llevaba cazuelas en la cabeza mientras que Sol golpeaba una con una cuchara, los tres sin excepción estaban cubiertos de harina, hasta los calzones probablemente. Dios solo fueron segundos y ya debía limpiar la cocina y bañarlos a ellos.

Un Príncipe De RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora