Capítulo 33

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La directora del prescolar había venido personalmente a pedir disculpas por lo ocurrido y aseguró que mi hija estaría muy bien en las instalaciones por lo que acepté que regresara a la escuela lo cual fue un grave error, el día que la dejé al poco rato hablo la directora muy alterada, dijo que muchas personas con cámaras habían entrado sin autorización al prescolar y le empezaron a tomar fotos mi hija.

Para cuando llegue era un caos y empezaron a tomarme fotos sin piedad, como pude entre al salón y cargué a mi hija para llevarla a casa, lloraba a mares por el miedo que sentía.

Rápido salí con la ayuda de Nicolás y la policía, en verdad era un caos todos tomaban fotos tras fotos, rápido nos metimos en el auto buscando refugio.

Me había cansado y si no hacía nada para remediar esto lo haría yo. Llame a Crystal con la intención de hablar con su hermano, después de amenazarlo colgue la llamada y cuide de mi hija.

Se dio un comunicado por parte del rey Richardson sobre lo que había sucedido y ordenó que pararan todo lo que estaban haciendo.

Durante las próximas dos semanas no había sacado a mi hija de la casa y yo solo solía cuando era necesario. Para que no se sintiera solita Lenín venía todos los días a jugar con ella y en verdad lo agradecia no quería que mi nena se sintiera sola.

Milagrosamente todo iba de maravilla, gracias s la intervención, los medios dejaron de asfixiarme y lo agradecia, llevábamos un mes sin tener que problemas con alguien, de vez en cuando había fotógrafos tomando fotos desde lejos pero ya no eran molestos, no invadían mi espacio ni nada.

***

Llevaba media hora insitiendome y ya me había cansado, porque no entiende que un no es NO.

--Vamos Nicole, solo por hoy, necesitas salir has estado muy estresada-- seguia rogándome, que afán de querer salir a divertirse.

--Si quieres ir tú, ve Nicolás. No hace falta que yo lo haga-- me queje.

¿Cómo me había convencido? Estábamos llendo a un bar los dos disfrazados de una manera ridícula, llevaba una peluca negra y pupilentes que hacían lucir mis ojos verdes junto a ropa de fiesta, lo que tengo que hacer con tal de darle gusto a mi hermano. Es un idiota, pero lo amo.

Él también estaba disfrazado con una peluca rubia y ojos azules, aja combinación perfecta para hacerlo más guapo. Mientras él tomaba sin parar yo me limitaba a bailar y beber limonada, la verdad no se me antojaba tomar nada con alcohol y cuando regresáramos a casa al menos uno de los dos tendría que estar sobrio para manejar.

A las tres de la mañana decidimos irnos y pasamos por unos tacos para comer, en el lugar también vendían pizza y otras cosas por lo que me retaque de comida esa noche. Sabia que a la mañana siguiente me arrepentiría de todo pero no importaba.

Llegamos a casa y todos estaban dormidos, ayude a Nicolás y lo lleve a su cuarto. Después fui a ver a mi hija y estaba completamente dormidada abrazando a uno de sus peluches, le di un besito y me fui a dormir.

Estaba en la cocina con una cara de zombi, apenas mi cabeza había tocado la almohada los malestares estomacales vinieron a mi como un terremoto. Lo que resto de la noche me la pase en el baño vomitando todo.

--¿Dios, pues cuantoo bebieron?-- pregunto mi padre de repente. En la mesa solo estábamos los adultos, mi hija aún no despertaba-- mira la cara que tienes-- me apunto.

--¡Papá no grites!-- se quejo-- si escuchamos-- mamá le dio una pastilla que no dudo en tomarse, casi no había dormido y teni una resaca que le costaría mucho.

--Mira nada más Nicolás, se supone que eres el adulto y estás con un resaca del tamaño de un elefante-- lo regaño-- sin contar tu hermana que no se queda atrás-- ¿me esta regañando?

Un Príncipe De RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora