Después de que me negará como diez mil veces Verónica me sigue insistiendo en que la convierta en inmortal, aparecer. Me niego por última vez y me voy a mi habitación a cambiarme de ropa. Luego salgo y Verónica no está. Me preocupe al principio pero confío en ella así que no la busque y me senté a comer un rico pan con carne. Al terminar me voy a mi tienda. Ese día tuve varios pedidos. Y estuve bastante ocupada. No me preocupe de Verónica el resto del día, no creo que haga una locura.
Al haber terminado mi jornada de trabajo me fui a casa.
Al llegar a casa me di cuenta que Verónica no estaba por ninguna parte imagine que debería estar con su familia así que me senté en el sillón a descansar y esperar a que Verónica llegará. Le de unas horas aburriendo me en el sillón tomando varias posiciones para pasar el rato sentí un olor extraño el mismo que sentí en la gala que fuimos yo y Verónica entonces y tocan la puerta. ¿Quién será?. Me levanto del sillón y me quedo mirando fijamente la puerta, no se si abrirla o no. Pero lo que si se es que hay algo que no me gustará al otro lado de ese rectángulo alargado de madera llamo puerta que impide ver que hay del otro lado.
Me acerco tomo la manilla de la puerta pero no la giro aun solo me quedo un rato contemplandola pero de inmediato me asusta un segundo toque a la puerta pero más duro que el primero, ahora seguido por un grito de Verónica:
-¡Sarah soy yo Verónica!.
Le hablo y la dejo pasar pero atrás de ella IA otra o persona un hombre. Pálido. Y desconocido.
NO OLVIDEN:
-COMENTAR QUE TE PARECIO EL CAPÍTULO.
-COMPARTIR LO EN TODO LUGAR.
-VOTAR.
-SEGUIR PARA EL PRÓXIMO CAPÍTULO.