{ANNIE}
Richard quiso llevarme a un amplio parque -que estaba a unas cuadras de la casa- para realizar el picnic. Llegamos ahí, escogimos un lugar agradable con algunos árboles -no muchos, la verdad-, y preparamos todo. Le ayudé poniendo el mantel en el césped. Pusimos un cojín para cada quien y nos sentamos frente a frente. A mi derecha estaba una hielera que contenía la comida, así que podía agarrar alimento cuando quisiera. Alargo mi brazo para abrir esta caja cuando...
"Hey, -dice mientras me da un pequeño golpe en la mano que esta cerca de la hielera- primero, tienes que firmar aquí -saca un documento de no se donde y me señala con un dedo el final de la hoja- para poder comer el delicioso desayuno que preparé."
"Pe, pero... yo quiero comer ya." Digo con tono triste.
"Firma y comerás."
"No lo haré. No comía antes y puedo no comer ahora." Digo cruzándome de brazos.
"Esta bien, tu ganas. -dice y saca un emparedado de lo que parece jamón- te daré tu... -de pronto, veo como ese alimento vuela hacia mi cara- ¡desayuno!" Y comienzan las carcajadas.
Me quito la comida de mi cara y me levanto de donde estoy.
"Eh, ¡no te vayas, era una broma!" Grita, reteniendo algunas risas.
Intento caminar lejos de él por donde llegamos al parque, pero en eso me alcanza.
"Annie... no te molestes."
"Como no me voy a molestar si cada vez que pareces amable sales con una broma."
"Ya, lo lamento... sabes que no es mi intención hacerte daño." me dice con un tono de tristeza.
"Bueno, de el jamón del emparedado sí." Le digo con sarcasmo, mientras me detengo para voltearlo a ver.
Suelta una pequeña risa.
"Entonces... ¿me vuelves a perdonar?"
"Tendré que pensarlo."
"Entonces mientras lo piensas, volvamos a desayunar." dice sonriendo.~~~
Pasa el desayuno, el cual estaba delicioso, sinceramente. Comienzo a sospechar que no estaba hecho por él. Cuando terminamos de desayunar, Richard mágicamente desapareció. Dijo que iba a buscar algo a su coche, y yo confiada deje que fuera el solo. Después de media hora de esperar a que volviera, supe que no iba a regresar. Así que tome las cosas que quedaban, y me fui caminando a mi casa, decepcionada. Tenía ganas de volver a mi anterior casa y no salir de ahí. Llegando a mi casa, vi que Richard -otra vez- entró a mi casa por el balcón.
"¿Nunca te cansarás de esto?" Susurré para mí.
Entre a mi casa silenciosamente, con cuidado para no llevarme un susto por parte de Richard. En la planta baja, todo estaba tranquilo. Ningún movimiento, salvo el mío, claro. Subí las escaleras y decidí volver a mi habitación, dando por finalizada la búsqueda, ya que me encontraba agotada. Al intentar abrir la puerta, noté que estaba bloqueada. Había algo del otro lado que no permitía abrirme el paso.
"¿Richard?"
Silencio.
Desesperada por no poder hacer nada, me senté en el suelo, cabizbaja, esperando a que Richard llegara o, a quedarme dormida, lo que pasará primero. Sólo que unos 10 minutos después...
"Eh, hola." Dice en voz baja la persona que esperaba, que estaba ahí en el último escalón de las escaleras.
Volteo a verlo buscando explicación a... todo.
"Em, -dice vacilando un poco- deberías levantarte. Al menos ve a tu habitación."
"Creo que sí pudiera entrar lo habría hecho ya."
"Intenta ahora." dice señalando con la cabeza aquella blanca puerta de mi habitación.
Me pongo de pie con pocas esperanzas. Me acerco a la puerta y, extrañamente, esta vez no estaba atorada. Todavía sin abrir la puerta, volteo a ver a Richard en busca de su aprobación. Él sólo me ve con una pequeña sonrisa. Vuelvo a ver la puerta, y finalmente, la abro por completo. Me sorprendo al ver que hay dentro.
"Espero poder convencerte de que me perdones. Ojalá no tengas más planes para hoy." Dice con una pequeña risa al final.
Lo que Richard preparó fue como una especie de cine. Mi cama está llena de almohadas y cobijas, con otra hielera -supongo que con comida- al lado de la cama y algunas películas en DVD.
"Todavía me lo pones más difícil. -digo mientras lo busco con la mirada- Yo quiero saber si mereces que te perdone y vienes y me das comida y películas."
Él muestra una sonrisa reluciente.
"¿Qué esperas para entrar entonces?"
Justo cuando termina de hablar, corro hasta mi cama donde están las almohadas y cobijas. Salto y caigo sobre estas, sintiendo la suavidad de cada una. Richard entra lentamente y sin prisas.
"Bien, ¿qué quieres ver primero?"
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Víctima de Todos ©
Teen FictionEsa soy yo. La chica que no debería existir. La chica que debería ser de polvo. Mi nombre es Annie, tengo casi 18 años y curso bachillerato. Mi madre decía que al mal tiempo buena cara. Y eso hago yo, o al menos lo intento. Porque todo lo que es mal...