{ANNIE}
Una vez se fue Zoe, es hora de hacer la maleta. Justo ahora es martes en la tarde, en pleno otoño, así que selecciono mi ropa para este clima. Espero que no cambie mucho de aquí y allá.
Una hora más tarde de gran trabajo, la maleta esta lista para mañana. Llevo la ropa, una chaqueta extra, el portátil, el libro «Canciones para Paula.» de Blue Jeans, y cosas de higiene, vaya. Busco el correo que debió enviarme Banks y lo leo. Parece que, en la mañana, después de que me vaya, vendrá por Cleo, para poder hospedarla en un veterinario. Después, aparece un documento que tengo que imprimir para que me entreguen mis boletos. Luego dice, que yo al llegar, tomaré un taxi hacia mi casa -aparece la información del taxi- y listo. Al final, solo aparecen números de teléfono de emergencias o para contactar con Banks. Decido imprimir el documento de los boletos y todo lo demás que necesite.
~~~
Mañana del miércoles, otoño.
{DYLAN}
Hoy me levanto sin ánimos. No poder mantenerme en contacto con Annie por diferentes circunstancias me esta matando. Definitivamente hoy iré a verla. Salgo de mi casa y me subo al mi automóvil.
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Al llegar allá, bajo de mi automóvil y camino hasta la entrada. Levanto la mano para tocar la puerta, pero repentinamente, se abre. Y ahí está Annie, con una maleta.
"Hola. -Le digo, sonriente.
Y me cierra la puerta en la cara.- ¡Tendrás que salir en algún momento!"
"¡Vete, no te quiero ver!" me grita.
Salto la barda para ir al patio y entrar por la puerta de atrás. Entro sigilosamente, y puedo ver como esta sentada en el sillón, junto con Cleo.
"Deberías asegurar todas tus puertas." Le digo cuando me acerco un poco.
"¿Qué quieres?" Me pregunta con tono molesto.
"¿No puede un chico visitar a su amiga?" pregunté.
"Yo no tengo amigos. -dice seriamente- Así que, por favor, vete de mi casa, que me voy a California."
"¿Por cuanto tiempo?"
"Eso no es de tu incumbencia." Me dice.
En eso llaman a la puerta.
{ANNIE}
Me levanto del sillón para abrir la puerta. Al abrir, veo que es el señor Banks.
"¡Oh! -finjo estar sorprendida, y hablo muy fuerte para que Dylan me escuche.- ¡señor Banks, yo ya iba saliendo, no quiero llegar tarde al vuelo, así que será mejor dejar la casa en sus manos!" Termino casi gritando.
"No tiene por que hablar así de fuerte, señorita Williams."
"Lo lamento. Voy por mis maletas y me iré."
Dejo pasar a Banks y voy por mi maleta, evitando hablar con Dylan en cualquier momento. Fue fácil, hasta que cuando voy a salir, veo que Dylan habla con Banks.
"Si, -le dice Dylan- yo vine a llevarla al aeropuerto."
Hijo de su... mamá y su papá.
Llego hasta ellos dos -que están en la sala de estar, cerca de la puerta principal- y les sonrío.
"Entonces, vámonos Dylan." Le digo mientras sonrío pero con una mirada de: «haz otra cosa así y mañana ya no respiras.»
Él asiente con la cabeza y yo, me despido de Cleo y tomo mi maleta.
Salimos de la casa, cierro la puerta desde fuera y camino hasta la acera. En eso saco mi celular.
"Hey, hey, hey, ¿qué estas haciendo?" Me dice Dylan, mientras se acerca a ver que hago.
"Llamar un taxi, hasta crees que me iré contigo. Tu vas a tu casa y yo al aeropuerto por mi vuelo a California." le digo seriamente, mientras tecleo el número de un taxi.
"Oh no, eso sí que no." me dice con una sonrisa diabólica.
Y pasa lo mismo de siempre. Me carga como un costal de patatas. Solo que esta vez me llevo a su carro. Cerró las puertas y subió mi maleta a la cajuela.
~~~
Lo extraño fue que sí me llevó al aeropuerto. Pensé que me llevaría a un lado a conversar, o bueno, para mi sería pelear.
Llegamos al aeropuerto justo a tiempo y me ayudó con mi maleta.
Adentro, se puede ver en la pantalla que mi avión ya no tarda mucho en irse. Así que voy a pedir mis boletos con el documento que imprimí y me los entregan. Me despido de Dylan -a la fuerza, yo no quería, pero como me ayudo a venir, es lo menos que puedo hacer.- y me voy a donde esta mi avión.
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Una vez estoy arriba, una señora flacucha y cuarentona comienza a molestarme, con un discurso de que yo no debería estar haciendo viajes tan largos sola y ese tipo de cosas. Aunque sinceramente, creo que mi mamá tampoco me hubiera dejado. La señora cuarentona estaba en la misma fila que yo, pero del otro lado, y ella estaba junto a la ventana. La señora no se callaba, y estuve a punto de decirle que tenía toda la razón, pero que guardara silencio. Pero en eso vi que un señor, de esos que son súper obesos, subió al avión. Puse una cara de susto - (o_o) así más o menos- y recé por que no se sentara conmigo. La señora cuarentona seguía hablando. Yo tenía miedo por que sólo quedaban dos lugares en el avión, el que va junto a mi y el que va junto a la señora. El señor comenzó a buscar su lugar y gracias a Dios, se sentó junto con la señora. Pude haber estallado de risa, pues parecía que la señora sería puré en unos instantes. Inmediatamente el señor se sentó, la señora guardó silencio. Y yo estuve con una sonrisa en mi interior. Viva el Karma poderoso. Conmigo se sentó un señor alto y ni gordo ni flaco, que parecía camarógrafo, así que mi compañero de vuelo fue otra persona común y corriente.
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Pasaron los horas y llegue a mi destino. Voy por mi maleta y entro al aeropuerto. Sentir ese aire tan distinto me hizo sentir en casa. Busco un taxi que me lleve a la dirección de mi nueva casa, pero al parecer no estaba disponible ninguno. Me quedé un momento en la sala de espera, sentada en una silla, hasta que llego un chico, de cabellera rubia y de ojos azules. El sueño de cualquier chica.
"Hola, ¿necesitas que alguien te lleve? Puedo ayudarte con eso." Me dice amablemente.
"Estoy esperando un taxi, no necesito que un extraño me lleve." contesté.
En eso se empieza a reír fuertemente.
"Ja, ¿para qué esperar? -me ofrece su mano para que me levante- venga, vamos."
Que más da, si me muero, ya conocí un rubio de ojos azules.
Acepto su mano, me lleva hasta su automóvil. Me siento en el copiloto y él pone la maleta en los asientos de atrás. Pone música electrónica a todo volumen al principio del camino, y entre esas solo conocí la canción llamada «Golden skies». Después baja el volumen de la música para poder charlar.
"Todavía ni sabes mi nombre y ya te haz subido a mi coche -dice con una sonrisa- me llamo Richard."
"Hola Richard. Mi nombre es..."
"Tú eres Annie.-Me interrumpe- Tienes cara de Annie, por eso digo. -me voltea a ver.- ¿o me equivoco?" Me pregunta finalmente.
"Estas en lo correcto, joven Richard, y dime ¿cuál es tu apellido?" Pregunto llena de curiosidad, creo que sería útil saber su apellido para llamarle así de vez en cuando o yo que se.
"Es un placer conocerte Annie Williams. Estas hablando con R. Whittman. Mi apellido es Whittman. Bienvenida a California. No sabes cuanto tiempo estuve esperando a que vinieras."
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Víctima de Todos ©
Novela JuvenilEsa soy yo. La chica que no debería existir. La chica que debería ser de polvo. Mi nombre es Annie, tengo casi 18 años y curso bachillerato. Mi madre decía que al mal tiempo buena cara. Y eso hago yo, o al menos lo intento. Porque todo lo que es mal...