{AMY}
Sigo observando la revista cuando llega Dylan.
"¿Y?" Pregunté.
"La besé." Dice con una sonrisa de lado.
"¡Wow! ¿Qué?" Digo mientras me levanto, acomodándome en mi asiento.
"Vámonos ya..."
"Pero... cuéntame..." repliqué.
"No hay nada que contar, vámonos."
Dylan pone en marcha el motor y comenzamos a movernos, con un gran silencio ocupa todo el interior del coche durante el transcurso a casa.
Que familia más rara tengo.{ANNIE}
Me trato de distraer lo ocurrido, pero es demasiado temprano. 11:20 a.m, según mi celular.
Así que llamo a Banks para saber donde esta Cleo, y para avisar que ya volví, «sana y salva». O casi.
Pasan las horas mientras trato de ordenar un poco la casa, limpiando y acomodando algunas cosas a mi gusto.
Suena el timbre y yo estoy arriba.
Bajo las escaleras a prisa pero con precaución, y antes de abrir, echo un vistazo por la ventana. La ventana se ve distorsionada en unas partes, como si tuviera aceite o algo así. Trato de limpiarlo, pero al parecer la cosa que hace que se vea así esta por fuera. Me enfoco en lo que estaba haciendo y veo quien esta ahí, en la puerta.
Es Alex.
Retiro la cortina que cubre la ventana y le hablo desde adentro.
"¿Se te ofrece algo?" Pregunté, casi gritando.
Ella se voltea hacia mi, con una sonrisa algo falsa, y me muestra que tiene mi maleta. Pensé que después de que estuviera con Richard nunca la volvería a ver. Es decir, a ella y a mi maleta. ¿Qué tendrá adentro? ¿Explosivos? ¿Gas Pimienta? ¿Un portal a Narnia? -este último sería genial- No sé, aún no puedo fiarme de ella.
"¡Déjala en la puerta y vete, la recojo más tarde!" Grito mientras le hago una seña de despedida con la mano, y espero a que se retire.
Ella se va un poco, pero se voltea, saca una pistola y apunta hacia donde estoy, todo en un instante. Me retiro de la ventana, se escucha un golpe y el vidrio se llena de un líquido color morado. Era una pistola con balas de pintura. Una de las balas dio contra el cristal y lo que parecía una mancha de aceite, ahora cobra forma. Son letras. Justo donde esta ese raro material, no pasa la pintura, como si se resbalara. En el vidrio dice: «Aún no estas a salvo.»
Busco un espacio que quede limpio para observar hacia fuera. Cuando lo encuentro, veo que Alex se ha ido.
Aún no estoy a salvo.
Me siguen observando. Busco mi celular. 1:05 p.m. Llamo a Dylan desesperadamente. Suena 3 veces el timbre y contesta.
"Habla Dylan." Dice del otro lado de la línea.
"Dylan, tenemos que hablar." Digo con desesperación.
"¿Annie? ¿Qué ocurre?"
"¿Puedes venir a mi casa?"
"Salgo para aya."
"Gracias, te veo pronto."
Cuelga.
Tomo una foto de la mancha de pintura en la ventana y después dejo el celular en la mesa de la cocina. Vuelvo a la ventana y pongo la cortina de nuevo en su lugar. 5 minutos después suena el timbre. Me asomo por la ventana. Es Banks, y trae con el una jaula. Llegó Cleo.
Una sonrisa llena mi rostro al saber que llegó.
Abro la puerta y veo hacia adentro de la jaula. Esta dormida.
"Sana y salva." Dice Banks mientras me da la jaula.
"Muchas gracias." Contesto
"Me retiro, tengo cosas que hacer. Hasta luego."
"Adiós." Me despido.
Pongo la cerradura de la puerta y llevo la jaula a mi habitación. La pongo en el suelo y abro la pequeña puerta. Me siento en el suelo a esperar a que salga.
Cuando se despierta, sale de la jaula caminando tranquilamente y estirándose, y cuando me ve, va hacia mi, intentando lamerme la cara. Hago que se siente a mi lado y la acaricio, hasta que, por tercera vez hoy, llaman a la puerta.
Me levanto de un mini salto y voy abajo. Ahora sin pensarlo, abro la puerta.
"Hola Annie."
"Pasa Dylan." Digo mientras me hago a un lado para que entre.
"¿Por qué está tu maleta en la puerta?"
"De eso vamos a hablar."
"¿De por qué dejas tus cosas al sol?" Pregunta confuso.
"Podría decirse."
"Cuéntame entonces."
"Supongo que sabes que Richard me secuestro..."
En eso, recuerdo a Samantha.
"No puede ser, ¡Samantha!"
Corro por mi celular a la cocina y busco el número de ella.
Le llamo y enseguida contestan.
"¿Aló, Annie?"
"¡Samantha! Perdón por no llamarte antes, logré escapar y tenía que hacer todo muy rápido y además no podía llamarte en el avión y entonces paso lo del cristal y la pintura y Alex y..." digo nerviosa, a lo que Samantha suelta una risa tranquila.
"Tranquila Annie... yo estoy fenomenal, desgraciadamente detuvieron solamente a Austin, los otros dos quedaron libres... Pero en otras noticias, tendré unos días libres y aprovecharé para ir a visitarte y que podamos platicar sobre este asunto. Bueno, de lo que me he enterado. Por ahora me tengo que ir, así que tranquilízate, ¿sí? Hasta pronto."
"Hasta pronto."
Cuelgo y vuelvo dejar el celular donde estaba, me doy la vuelta, y veo a Dylan recargado en el marco de la puerta.
"Perdona..." Digo cabizbaja.
"Esta bien Annie. -se acerca y me toma la mano- Ven, vamos a caminar y me cuentas lo de Alex y la pintura en tu cristal y eso."
Lo volteo a ver y sonrío.
"Vamos entonces." Contesté.Caminamos media hora, y después me invitó a el parque. Fuimos hacia aya y... las imágenes del él y Alex vienen a mi mente.
"Dylan..."
"Ya se en que estas pensando, no te preocupes, solo vengo a recoger una caja que me dejó un amigo. Espera aquí." Me suelta y va por una caja de tamaño mediano que esta bajo un árbol. Al volver me vuelve a tomar de la mano.
"¿Que hay ahí?"
"Pronto sabrás."
"Dylan, debes dejar de hacer eso..." Digo con tono triste.
"Perdón, será la última vez que te oculto algo, ¿sí?"
"¿Prometido?"
"No voy a prometerlo, voy a cumplirlo, ¿de acuerdo?"
"De acuerdo, -sonrío- y ahora, ¿a dónde vamos?" Pregunté.
"A mi casa, Amy dijo que te había preparado algo." Contestó con una sincera sonrisa.
"¿A mi? Bueno, si tu lo dices..."
"Vamos, no tienes nada que perder."
"Esta bien."
Dylan termina pidiendo un taxi, supongo que no es cómodo caminar cargando una caja. Vuelvo a la misma pregunta:¿Qué habrá dentro?
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Víctima de Todos ©
JugendliteraturEsa soy yo. La chica que no debería existir. La chica que debería ser de polvo. Mi nombre es Annie, tengo casi 18 años y curso bachillerato. Mi madre decía que al mal tiempo buena cara. Y eso hago yo, o al menos lo intento. Porque todo lo que es mal...