Capítulo 23

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KIERA

Una sola mirada de su parte fue suficiente para prometerle que asistiría el sábado por la mañana al juego de fútbol americano que definiría qué universidad obtendría el triunfo. Era como si sus ojos me atrajeran hacia él, a decirle que sí a cualquier cosa que pidiera. Intenté resistirme y decirle que no podía ir; sin embargo, ambos sabíamos que era una mentira. Además, ansiaba con todo mi ser verlo jugar como él tanto presumía. Esa noche besé su mejilla y me despedí sin decirle si realmente iría allí.

Ahora, en este mismo instante, Aubrey y Olive caminaban hacia mí con bebidas en sus manos. Nos habíamos vuelto muy cercanas desde el día que Mason la presentó, y, a decir verdad, ella era tan hermosa y conversadora como la habían descripto. Si debía ser honesta, no sabía mucho de fútbol americano, al menos no más de lo que mi padre me había enseñado cuando era una niña. Recordar los días en los que mi hermanastro había jugado de pequeño únicamente me recordaba a él, por lo que prefería olvidarme de todo aquello que lo involucrara. Con Aubrey a mí lado, saltamos de nuestros asientos en los momentos en los cuales los Red Lions anotaban en la zona de anotación del equipo contrario mientras que Olive se limitaba a gritar en apoyo.

El tiempo pasaba y nuestro equipo parecía quedarse atrás, siendo derrotado por los Dark Hawks sin mucha diferencia. Aun así, una vez que el tiempo se detuvo y el marcador enseñó un total de 40-37, la multitud se alzó de sus asientos vitoreando a nuestro equipo. El campo de fútbol rápidamente se llenó de personas que caminaron hasta allí para felicitar a los jugadores y para celebrar la victoria que habíamos obtenido. Aubrey tomó mi mano y me tiró detrás de ella para acercarnos a los presentes, algo que temía puesto que detestaba estar encerrada entre inmensos cuerpos mucho más grandes y fuertes que el mío. Una vez allí, perdí de vista a Aub y Olive corrió hacia Blake —con quien había comenzado a salir durante las pasadas semanas—, a la vez que me limitaba a contemplar a la distancia el modo en el cual el chico de ojos esmeraldas era alzado en el aire. Pronto, se enfocó en mí, por lo que se abrió paso entre las personas sin despegar sus ojos de los míos hasta atraerme a su cuerpo húmedo.

—No creí que vendrías —afirmó, con una amplia sonrisa en su rostro—. Incluso te pintaste nuestros colores —agregó refiriéndose a las dos líneas que había pintado en cada mejilla con los colores rojos y amarillos de su camiseta.

—Pensé que si aparecía aquí, al menos debía pretender que estaba interesada —me encogí de hombros y sonreí.

—Entonces, ¿qué te pareció el juego?

—Tienes potencial... —respondí sin más.

— ¿Eso es todo? —preguntó riendo y dio dos pasos hacia delante para acercarse a mí—. Vamos, Kiera, siempre tienes una opinión sobre las cosas.

Sin pensarlo, mis manos se dirigieron hacia su rostro, posicionándose en sus mejillas, y mis dedos acariciaron su piel. —Creo que eres un jugador increíble y que llegarás muy lejos —las palabras dejaron mis labios, los cuales eran observados con atención por los ojos de Mason—. Y, hoy, tu equipo ganó gracias a ti.

Fue entonces que sus compañeros de equipo lo llamaron para alzar la copa y tomar su fotografía, cada uno de ellos con amplias sonrisas sobre sus rostros como si se tratase de niños entusiasmados por su primer victoria. Señalé el lugar en el cual se encontraban sus amigos para que fuera con ellos, a lo que respondió besando mi mejilla y gritándome al mismo tiempo que se alejaba que esperaba verme esta noche en la celebración. Honestamente no sabía si tenía otra opción, ya que estaba casi del todo segura que Olive y Jake me arrastrarían hacia allí sin importar cual fuera mi opinión con respecto al asunto. Además, Aubrey se había vuelto una persona cercana y estaba más que segura que querría que la acompañáramos luego de que su grupo de amigas había decidido pasar el fin de semana en sus casas.

Pieces of Us ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora