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>> Jeon Jeongguk <<

Soy adicto a ese momento justo antes de que me despierte, cuando las tenues telarañas en mi cerebro se entretejen entre sí para formar una bola coherente de conciencia. Es el momento extremo del "¿Qué demonios?". Desorientado y nublado con la mitad de mi cerebro todavía perdido en cualquier sueño que estoy teniendo.

Pero algo es diferente acerca de esta mañana. Mi cuerpo se siente más caliente que de costumbre y me vuelvo consciente del olor, más dulce. ¿Fresas tal vez? No, cerezas. Definitivamente cerezas. Y algo me hace cosquillas en la parte inferior de mi barbilla, algo blando y duro al mismo tiempo. ¿Una cabeza? Sip, una cabeza situada en el hueco de mi cuello y un delgado brazo cuelga a través de mi estómago.
Una pierna caliente enganchada sobre mi muslo y un pecho suave apoyado en mi pectoral izquierdo.

Mis ojos se abren poco a poco y encuentro a JiMin acorrucado contra mí. Estoy sobre mi espalda con los dos brazos envueltos alrededor de él, abrazándolo con fuerza a mi cuerpo. No es de extrañar que mis músculos están tan rígidos. ¿Dormimos así toda la noche?
Recuerdo estar en lados opuestos de la cama cuando me quedé dormido, tan lejos que casi esperaba despertar y encontrar a JiMin en el suelo.

Pero ahora estamos enredados uno en los brazos del otro. Es agradable.

Estoy volviéndome más alerta. Lo suficientemente alerta para registrar ese último pensamiento. ¿Es agradable? ¿Qué coño estoy pensando? Abrazarse es un acto reservado exclusivamente para las parejas.

Y yo no tengo pareja.

Pero no lo libero tampoco. Estoy completamente despierto ahora, respirando su aroma y tostándome en el calor de su cuerpo.

Echo un vistazo al reloj despertador, el cual está puesto para sonar en cinco minutos. Siempre me despierto antes de la alarma, como si mi cuerpo supiera que es hora de levantarse, pero todavía la pongo como medida de precaución. Son las siete. Sólo he conseguido cuatro horas de sueño, pero me siento extremadamente descansado. En paz. No estoy dispuesto a dejar de lado ese sentimiento, sin embargo, por lo que sólo me acuesto ahí con JiMin en mis brazos y escucho su respiración constante.

— ¿Eso es una erección?

La voz horrorizada de JiMin corta a través del silencio sereno. Se dispara en una posición sentada, luego tropieza de nuevo hacia abajo. Sip, el señorito agraciado se tropieza mientras está acostado, porque su pierna todavía está colgada sobre mis muslos. Y sip, hay definitivamente una erección mañanera pasando en mi región sur.

— Relájate —digo con voz gruesa de sueño—. Es sólo un cacho mañanero.

— ¿Un cacho mañanero? —repite—. Dios mío, eres tan...

— ¿Hombre? —respondo secamente—. Sí, lo soy y eso es lo que ocurre con los hombres en la mañana. Es biología, Parkie. Nos despertamos con erección, ¿no te ha pasado?. Si te hace sentir mejor no estoy de ninguna manera excitado en este momento.

— Uh... esta bien, voy a aceptar tu excusa de la biología. Ahora, ¿puedes por favor explicar por qué decidiste abrazarme en medio de la noche?

— Yo no decidí una maldita cosa. Estaba dormido. Por lo que sé, tú fuiste el que se arrastró encima de mí.

— Nunca lo haría. Ni siquiera en sueños. Mi subconsciente es más sabio que eso —clava su dedo en el centro de mi pecho, luego se lanza de la cama en un borrón de movimiento.

En el momento en que se ha ido, experimento una sensación de pérdida. Ya no estoy más cálido y acogedor, sino frío y solo. Cuando me siento y estiro mis brazos sobre mi cabeza, sus ojos miel se fijan en mi pecho desnudo y arruga su nariz en disgusto.

La Cita [KOOkMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora