>>Jeon Jeongguk<<
Falle.
Jodidamente falle.
Duarente quince años, Jung Kwang repartió A's como metas. ¿El año que yo tomo la clase? El corazón de Kwan deja de latir y quedo atascado con Choi Haneul.
Es oficial, la mujer es mi archienemiga. Sólo ver su florida letra, la cual llena cada pulgada de espacio disponible en los márgenes de mi examen de mitad de semestre, me dan ganas de volverme el Increíble Hulk con el folleto y regarlo en pedazos.
Estoy obteniendo A's en la mayoría de mis cursos, pero a partir de ahora, estoy obteniendo una F en Ética Filosófica. Combinada con la C- más en Historia, mi promedio a caído a una C-.
Necesito un promedio de más de C- para jugar hockey.
Normalmente no tengo ningún problema en mantener mi promedio arriba. A pesar de lo que mucha gente cree, no soy un deportista tonto. Pero bueno, no me importa dejar que la gente piense que lo soy. Las mujeres, en particular. Supongo que se encienden con la idea de agarrar al gran hombre musculoso de las cavernas que sólo sirve para una cosa, pero como no estoy buscando nada serio, conexiones casuales con chicas o chicos que sólo quieren mi polla está muy bien para mí. Me da más tiempo para centrarme en el hockey.
Pero no habrá más hockey si no subo esa nota. ¿Lo peor de Briar? Nuestro decano exige excelencia, académica y atléticamente. Mientras que en otras escuelas podrían ser más indulgentes con los atletas, Briar tiene una política de cero tolerancia.
Maldita Choi. Cuando hable con ella antes de la clase pidiendo crédito adicional, me dijo con su voz nasal sobre asistir a las tutorías y reunirme con el grupo de estudio. Ya estoy haciendo ambas cosas. Así que sí, a menos que contrate algún niño prodigio que use una máscara de mi rostro y haga el examen de reposición por mí...estoy jodido.
Mi frustración se manifiesta en forma de un gemido audible, y por el rabillo del ojo veo a algún idiota sorprendido.
Me remuevo también, porque pensaba que estaba revolcándome en mi miseria solo. Pero el chico que se sienta en la última fila estaba aquí, y está haciendo su camino por el pasillo hacia el escritorio de Choi.
¿Dean?
¿Daniel?
No puedo recordar su nombre. Probablemente porque nunca me he tomado la molestia de preguntárselo.
Él es lindo, sin embargo. Un infierno mucho más bonito de lo que había notado. Cara bonita, cabello oscuro, cuerpo ardiente, mierda, ¿cómo no he notado ese cuerpo antes?
Pero lo estoy notando ahora. Vaqueros ajustados se aferran a un redondo y alegre trasero que solo grita "apriétame", y su suéter extra grande con cuello en V que deja ver un poco de su pálida piel. No tengo tiempo para admirar unos de esos atractivos visuales porque me atrapa mirando y una mueca toca su boca.
— ¿Todo bien? —pregunta con una mirada mordaz.
Gruño algo en voz baja. No estoy de humor para hablar con nadie en este momento.
Una ceja oscura se eleva en mi dirección.
— Lo siento, ¿eso fue coreano?
Hago una pelota con mi parcial y arrastro mi silla hacia atrás.
— Dije que todo está bien.
— Bien, entonces —se encoge de hombros y sigue por las escaleras.
Mientras recoge el portapapeles que contiene nuestro horario de tutorías, arrojo mi chaqueta de hockey de Briar, luego meto mi patético parcial en mi mochila y la cierro.
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La Cita [KOOkMIN]
Fanfiction✏ La historia a continuación es una adaptación sólo para entretenimiento y sin fines de lucro ✏ La temática y los personajes no me pertenecen, los créditos son para su autor/@ original ✏ Contenido para adultos, leerlo bajo tu propia responsabilidad...