🏒②⑨(Pt. ½)🏒

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>>Jeon Jeongguk<<

Cuando la puerta delantera se abre, estoy un poco temeroso, porque una parte de mí espera que JiMin aparezca en algún disfraz ridículo en un intento de difundir la alegría de Halloween y llevarme a esa fiesta.

Afortunadamente, se ve como el JiMin usual cuando asoma la cabeza en la sala de estar. Queriendo decir que se ve jodidamente hermoso, y mi pene de inmediato lo saluda. Su flequillo peinado a un lado, y esta usando un suéter rojo suelto y un deportivo negro.

— Hola —se sienta a mi lado en el sofá.

— Hola —envuelvo mi brazo a su alrededor y lo beso en su mejilla, y se siente como la cosa más natural del mundo.

No tengo ni idea de si soy el único que se siente de esta manera, pero JiMin no se apartó, ni tampoco se burló sobre como jodidamente noviecillo estoy actuando. Lo tomo como un signo prometedor.

— Así que, ¿por qué dejaste lo de la fiesta?

— No estaba de humor. Seguí imaginándote llorando aquí solo y me compadecí.

— No estoy llorando, idiota —señalo al aburrido documental de leche que esta en la pantalla de la televisión—. Estoy aprendiendo acerca de la pasteurización.

Él me mira fijamente.

— Ustedes pagan un montón de dinero para suscribirse a un montón de canales y ¿esto es lo que eliges ver?

— Bueno, miré un rato y vi un montón de ubres de vaca. Y, bueno, ya sabes, me encendió, así que...

— ¡Ew!

Me eché a reír.

— Estoy bromeando, nene. Si quieres saberlo, las baterías del control remoto murieron y soy demasiado perezoso para levantarme y cambiar de canal. Estaba viendo esta mini serie retorcidamente impresionante sobre la guerra civil antes de que las ubres de vaca aparecieran.

— Estas realmente en la historia, ¿eh?

— Es interesante.

— Algo de eso. Otras partes no tanto —pone su cabeza en mi hombro y distraídamente juego con un mechón de cabello que cae sobre su frente—. Mi mamá me desanimó esta mañana —confiesa.

— ¿Sí? ¿Por qué?

— Me llamó para decirme que no podría ser capaz de dejar Ransom para Navidad, tampoco.

— ¿Ransom? —digo sin comprender.

— Es de dónde soy. Ransom, Indiana —una nota amarga se desliza en su voz—. También conocido como mi propio infierno personal.

Mi estado de ánimo instantáneamente se vuelve sombrío.

— ¿Debido a...?

— ¿La violación? —sonríe con ironía—. Puedes decir la palabra, ya sabes. No es contagiosa.

— Lo sé —trago—. Simplemente no me gusta decirlo porque lo hace sentir... real, supongo. Y no puedo soportar la idea de que eso te haya sucedido.

— Pero lo hizo —dice en voz baja—. No puedes pretender otra cosa.

Un breve silencio cae entre nosotros.

— ¿Por qué no pueden tus padres venir a verte? —pregunto.

— Dinero —suspira—. En caso de que estés coqueteando conmigo porque pensabas que era un heredero, debes saber que estoy en Briar con una beca completa, y tengo ayuda financiera para los gastos. Mi familia esta en quiebra.

La Cita [KOOkMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora