🏒④④(Pt. ½)🏒

925 115 20
                                    

>> Jeon Jeongguk <<

Estoy sonriendo como el tonto del pueblo. Y ahora no es el momento de estar sonriendo como el tonto del pueblo, no cuando estoy completamente desnudo en una habitación llena de tipos duchandose y mi novio está apuñalandome con la mirada. Pero estoy tan feliz de verlo que no pudo controlar mis músculos faciales.

Mis ojos se comen la vista de él. Su hermoso rostro. Su pelo oscuro con una banda para el pelo haciendo su cabello hacia atrás. Ojos miel enfurecidos.

Él es tan malditamente caliente cuando está enojado conmigo.

— Es bueno verte también, bebé —contesto alegremente—. ¿Cómo estuvo tu descanso?

— No soy tu bebé. ¡Y no preguntes acerca de mi descanso porque no tienes derecho a saber acerca de ello! —JiMin me frunce el ceño, luego cambia su atención a los tres jugadores de hockey en los puestos vecinos—. Por el amor de... ¿Podrían chicos sólo enjuagarse y salir ya? Estoy tratando de gritarle a su capitán.

Ahogo una risa que se termina liberando cuando mis compañeros de equipo rompieron la atención como si hubiera sido una orden emitida por un sargento de instrucción. Duchas se apagan y toallas salen, y un momento después, JiMin y yo estamos solos.

Cierro el grifo y me doy la vuelta.
La puerta de la ducha hace un buen trabajo tapando mi área de la parte baja, pero todo lo que JiMin tiene que hacer es echar un vistazo y va a obtener una mirada de mi rápidamente endurecido pene, quien está increíblemente feliz de verlo.

Pero no echa un vistazo. Simplemente sigue mirándome.

— ¿Invocaste una ley de no tocar en el campus? ¿Es una broma?

No estoy en absoluto arrepentido cuando me encuentro con sus ojos.

— Por supuesto que lo hice.

— Oh Dios mío, eres increíble —sacude la cabeza con incredulidad—. ¿Quién hace eso, Jeongguk? ¡No puedes ir por ahí y decirle a todos los chicos de esta escuela que no se les permita tocarme o les patearas el culo!

— No le dije a todos los chicos. ¿Me veo como si tuviera esa clase de tiempo? —destello una sonrisa—. Le dije a unas pocas personas clave y me aseguré de que corrieran la voz.

— ¿Qué? ¿Si no puedes tenerme, nadie más puede? —dice sobriamente.

Me rio desimuladamente.

— Bueno, eso es una locura. No soy un psicópata, nene. Lo estaba haciendo por tu bien.

Su mandíbula cae.

— ¿Cómo diablos sabes eso?

— Porque tú estás enamorado de mí y no quieres salir con nadie más. Pero mira, tenía miedo de que con tu obstinación intentarías hacerlo sólo para sostener la cubierta de tu historia, así que tuve que tomar algunas medidas preventivas —apoyo mis antebrazos en la puerta de la ducha—. Sabía que si salias con caulquier otro terminarías lamentándolo y entonces te sentirías como un culo cuando finalmente volvieras a tus sentidos, y, bueno, quería evitarte todo ese dolor y sufrimiento. De nada.

Se ve aturdido por un momento.

Entonces comienza a reír.

Dios, he echado de menos en sonido de su risa. Estoy tentado a saltar sobre la pequeña puerta y besarlo, pero no tengo la oportunidad.

— ¿Qué demonios esta pasando aquí?

JiMin salta sorprendido cuando el entrenador aparece en la zona de duchas.

— Oh, Oye entrenador —lo llamo—. No es lo que parece.

Sus cejas oscuras se tejen en un ceño disgustado.

La Cita [KOOkMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora