🏒④ (Pt. ½)🏒

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>>Park JiMin<<

La universidad Briar está a cinco kilómetros de la ciudad de Hastings, Massachusetts, la cual tiene una calle principal y sólo alrededor de dos docenas de tiendas y restaurantes. El pueblo es tan minúsculo que es un milagro que me las arreglara para conseguir un trabajo de medio tiempo ahí, y le doy gracias a mi estrella de la buena suerte por eso todos los días porque la mayoría de los estudiantes se ven obligados a hacer una larga hora en auto a Boston si quieren trabajar durante el año escolar.
Para mí, es ya sea un viaje en autobús de diez minutos o un paseo en auto de cinco minutos y entonces estoy en Kim's; el restaurante en que he sido camarero desde el primer año.

Esta noche tengo suerte y consigo ir en auto. Tengo un acuerdo con TaeHyung, uno de los chicos que vive en mi piso. Él me deja usar su auto cada vez que no lo necesita, siempre y cuando lo devuelva con el tanque lleno de gasolina. Es un negocio redondo, especialmente en el invierno, cuando toda la zona se convierte es una pista de patinaje cubierta de nieve.

No me gusta especialmente mi trabajo, pero no lo odio tampoco. Pagan bien y esta cerca de la escuela, así que realmente no me puedo quejar.

Partiendo de eso, esta noche definitivamente me permito quejarme. Porque a treinta minutos antes de que termine mi turno, me encuentro a Jeon Jeongguk en una de mis cabinas.

En serio. ¿Este chico nunca se da por vencido?

No tengo ganas de ir allá y servirle, pero no tengo mucha opción. Jisoo, la otra camarera de turno, está ocupada atendiendo a un grupo de miembros de la facultad en una mesa al otro lado de la habitación, y me jefe SeokJin esta detrás del mostrador de formica azul repartiendo rebanadas de pastel de nuez a tres chicas de primer año que se sientan en los altos taburetes giratorios.

Encajo mi mandíbula y marcho hasta Jeongguk, haciendo mi disgusto evidente mientras me encuentro con sus centellantes ojos grises. Se pasa la mano por su pelo oscuro y lanza una sonrisa de medio lado.

— Hola, JiMin. Imagínate encontrarte aquí.

— Sí, imagínate —murmuro sacando mi libreta de pedidos fuera del bolsillo de mi delantal— ¿Qué puedo servirte?

— Un tutor.

— Lo siento, eso no está en el menú —sonrío dulcemente.— Servimos un muy buen pastel de nuez, sin embargo.

— ¿Sabes que hice anoche? —dice, sin reconocer el sarcasmo.

— Síp. Estabas escribiendo mensajes de texto acechándome.

Él rueda los ojos.

— Antes de eso, quiero decir.

Yo pretendo pensarlo.

— Um... ¿Enganchándote con una animadora? No, tú te enganchas con las chicas del equipo de hockey. No, espera, ellas probablemente no son suficientemente bobas para ti. Me quedo con mi conjuntura original... animadora.

— Hermana de fraternidad, en realidad —dice con aire de suficiencia— Pero yo estoy hablando de lo que hice antes de eso —levanta una ceja oscura— Pero estoy intrigado por tu interés en mi vida sexual. Te puedo dar detalles acerca de eso en otro momento si quieres.

— No quiero.

— En otro momento —se hace eco en un tono despectivo, cruzando las manos sobre el mantel a cuadros azules y blancos.

Tiene manos grandes con dedos largos y uñas cortas, y nudillos que están un poco rojos y agrietados. Me pregunto si ha estado en una pelea hace poco, pero luego me doy cuenta de que los nudillos reventados son probablemente una cosa de jugador de hockey.

La Cita [KOOkMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora