La Cita [KOOkMIN]

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>> Park JiMin <<

— Has perdido una apuesta —dice YoonGi dudoso.

—Síp —me siento en el borde de la cama y me inclino hacia las agujetas de mi bota izquierda, evitando deliberadamente la mirada de mi compañero de cuarto.

— Y ahora vas a salir con él.

— Uh-huh —froto mi pulgar sobre el lado de la bota y finjo que estoy limpiando una mancha.

— Vas a salir con Jeon Jeongguk.

— Mmmm-hmmmm.

— Creo que es mentira.

Por supuesto que lo es. ¿Una cita con Jeon Jeongguk? Pude también anunciado que me voy a casar con Shawn Méndez.

Así que no, no culpo a YoonGi por verme tan atónito. La excusa de perder en una apuesta fue lo mejor a lo que pude llegar, y es mejor que nada. Ahora estoy preguntándome si debería confesar y decirle sobre Song Kang.

O mejor aun, si debo cancelar la cita por completo.

No he visto a Jeongguk desde...el gran error...porque ahora me estoy refiriendo al beso. Me envió un mensaje ayer después de haber preparado el examen. Cuatro palabras miserables, dos de los cuales ni siquiera son reales.

"Pan comido, limón exprimido".

No voy a mentir, estaba encantado de oír que le había ido bien. Pero no lo suficientemente emocionado para iniciar una conversación real, así que simplemente envié de vuelta una sola palabra: "bien", y fue el único contacto que tuvimos hasta hace veinte minutos, cuando envió un mensaje para decirme que estaba en camino a recogerme para la fiesta.

En lo que a mí respecta, el beso no sucedió. Nuestros labios no se tocaron y mi cuerpo no lo añoró. Él NO gimió cuando mi lengua llenó su boca, y yo NO gemí cuando sus labios se cerraron sobre ese punto sensible en mi cuello.

Eso NO sucedió.

Pero...bueno, si no sucedió, entonces no tengo razón para cancelar lo de la fiesta, ¿cierto? Debido a que lo confuso no importa y aunque me afectase la constante estimulación que el gran error me dejó, todavía estoy ansioso por la gran oportunidad de ver a Kang fuera de clase.

No me atrevo a decirle a YoonGi la verdad, sin embargo. Normalmente soy muy confiado en otras áreas de mi vida. Cantar tareas, amigos. Cuando se trata de relaciones, retomo ese traumatizado de quince años que requirió tres años de terapia antes de que fuera capaz de sentirse normal de nuevo. Sé que YoonGi lo desaprobaría si sabía que estaba usando a Jeongguk para llegar a Kang, y en este momento, no estoy de humor para ser sermoneado.

— Confía en mí, mentira es el segundo nombre de Jeongguk —digo secamente—. El hombre trata la vida como un juego.

— Y tú, Park JiMin. ¿Lo estás jugando? —niega con la cabeza, incrédulo—. ¿Estás seguro de que no tienes una cosa por ése chico?

— ¿Jeongguk? De ninguna manera —le digo inmediato.

Uh-huh. Porque tu sieeeempre te lías con chicos que no te gustan.

Alejo la burla interna. Nop, no me lié con Jeongguk. Simplemente estaba cumpliendo un desafío.

La voz burlona se asoma en mi cabeza de nuevo.
Y sentiste absolutamente nada, ¿cierto?

Aisssh, ¿por qué no hay un interruptor de apagado para esa parte sarcástica de tu cerebro? Excepto que sé que eso no borraría la verdad. Sentí algo cuando nos besamos. ¿Esos hormigueos que Kang provoca en mí? Los sentí la otra noche con Jeongguk. Eran diferentes, sin embargo. Las mariposas no flotaron simplemente en mi vientre, tomaron vuelo y se deslizaron a través de todo mi cuerpo, haciendo que cada pulgada de mí latera con placer.