Capítulo 54 [FINAL].

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—Es una linda boda... pero tú eres una bola de estrés ahora mismo.

Volteé los ojos al escuchar a Mich. Por más que estuviera razón, no me agrada que me lo recuerde. Tengo un dolor de cabeza que debería darle a uno de esos muñecos cabezones que ponen en el auto, no a mí. Y ni siquiera ha empezado bien la cosa.

—Se suponía que yo solo tenía que ser la dama de honor pero Victoria, la organizadora, decidió enfermarse a último momento y ahora tengo que encargarme de todo —suspiré, girándome y así mirarlo a la cara. Estaba en sus mejores fachas, digno como sólo él. Y se lo dejé saber—: Demonios, Michael, si tuviera sesenta años como tú, diría que estás para comerte.

El hombre que fue mi director se echó a reír.

—Uno, no tengo sesenta años. Y dos, muchas gracias. Ahora, volviendo con lo de tu organizadora, eso no es su culpa, ¿o sí? —sonrió para luego saludarme con un beso en la frente.

—Pues no. De hecho ha dejado casi todo listo, pero ya sabes que siempre surgen problemas a último momento y tengo yo que resolverlos.

Eso es culpa de mis hermanos y mi novio. Y se los dije: les dije que no tocaran la fuente de chocolate antes de que la boda siquiera iniciara. ¿Pero me hicieron caso? No. Los niños querían probar cómo sabían las fresas con esa fuente de la forma de un candelabro, sabiendo que no es la forma de la fuente la que da el sabor, sino el chocolate.

Ahora tengo una fuente averiada, una mesa sucia y tres idiotas bañados en chocolate tratando de limpiar su traje raspando la crema con las fresas, para luego comérselas.

Es que los mato, en serio.

—¿Algún problema en el que te pueda ayudar? —preguntó Mich, tan atento como siempre.

—No, yo mandé a alguien a resolver uno. Pero sí me ayudaría bastante que llamaras a los productores de El Ladrón de Cunas para ver si me quedé con el maldito papel. Si te soy sincera, esa es la fuente de mi estrés hoy. Ya pasó mucho tiempo, Mich, ¡mucho! Si no quedé, al menos quiero que me lo digan.

Mich me observó sonriendo con compasión. Pasó una mano por mis hombros y me acercó a él en un abrazo. —Entiendo que estás teniendo muchas dudas con respecto a eso, _____. Pero yo no puedo hacer nada, son ellos los únicos que te llamarán y dirán su conclusión. Pero si te sirve de algo, en la página oficial de la película aún no han dicho nada. Pero se corre el rumor de que están decidiéndose entre Amandla Stenberg ​y tú.

—¿Amanda quién?

—Amandla, la chica que hizo a Rue en Los Juegos del Hambre —explicó. Asentí como una idiota, recordando que ella había estado el mismo día de mi audición.

—Es un hecho —suspiré—. Estoy frita. Ella tiene muchísimo mejor currículum y talento del que yo tendré en toda mi vida.

—Hey, no digas eso —Michael dejó la bebida que traía en una mesa y me sostuvo por los hombros, mirándome muy serio—. Jamás menosprecies tu talento comparándote con otras personas, porque así no vas a llegar muy lejos. Debes estar segura de quién eres y de lo que puedes dar. Y créeme cuando te digo que puedes dar mucho, ¿okay? Mucho. La llamada llegará, _____, e independientemente del resultado que sea, jamás debes sentirte menos que alguien. Tú, querida y muy loca personita, eres la chica más talentosa que he visto en mi vida.

[...]

A pesar del sueño que tenía mi madre de casarse en una iglesia, al final hubo un cambio drástico de planes cuando tuvimos un problema de horarios. Al parecer todas las benditas Iglesias de la ciudad estaban ocupadas para este día, y mis padres no querían cambiar de fecha, por lo que decidimos hacer el matrimonio y la fiesta en el castillo de la Bestia. Esa fue la mejor opción, pues la final mi madre solo quería sentirse una princesa cumpliendo su sueño, ¿y qué mejor que un castillo para eso?

A Nuestro Estilo [Corey Fogelmanis y Tú] {AEDDC#3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora