Capítulo 8.

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—Se molestó. Fijo.

—Antonella, no la estas ayudando —Kathe le dio un zape.

—¡Maldita, no me pegues! —la rubia le devolvió el golpe y casi se agarran de no ser porque mi mamá les envió una mirada de advertencia. Anto bufó—. Si mami Nathalia, ya entendí: no golpes ni malas palabras en su casa.

Mamá asintió. —Así me gusta. Creo que tendré que hablar con Nestor sobre tu comportamiento, jovencita.

Al decir eso, Katherine, Anto y yo reímos a carcajadas, mientras que mamá nos observaba con el ceño fruncido.

—¿Qué? —inquirió.

—Mamá, no sé si te diste cuenta, pero Nestor le tiene miedo a Anto.

El ceño de mamá se hizo más profundo.

—¿Como así? —exigió—. Es su hermano mayor, Antonella deberia respetarlo a él. 

—Claro —se carcajeó la mencionada—. Por supuesto. ¡Y Ross es horrendo!

—Señora Córdoba —Katherine llamó su atención chasqueando los dedos—. Nestor podrá tener su custodia y ser su tutor legal, pero siendo sinceras, él no inspira mucho respeto que digamos.

Mamá pareció meditarlo mejor y terminó asintiendo.

—Si, tienes razón —suspiró—. En fin, hija —me miró a través de la pantalla—, no creo que esté molesto contigo. Alguna otra razón debe tener. Preguntale a ver, tal vez te diga.

—Si... —yo también exhale—. Creo que haré eso. Gracias.

—De nada —ella me sonrió.

—Saludanos a los chicos, ¿eh? —dijo Katherine—. ¡Y dile a Jake si lo ves que lo estoy vigilando!

—Lo mismo con Jonny, plis —Anto me lanzó un beso volador—. Te arrechamos. ¡Dame sobrinos!

Mamá abrió sus ojos cafés como platos.

—¿Que? ¡No! —Chilló—. Soy muy joven para ser abuela.

Solté una risita. —Descuida má, todavia no serás. En fin, saludenme a Nestor y a la tía Rosa. Por cierto, ahora que hablamos de ella, ¿como va con el embarazo?

Sep, está embarazada. ¡Seré prima de nuevo! ¿No es eso increíble? Me enteré hace dos días, cuando terminamos la cena con los compañeros de trabajo de Corey. Andrea y Carlos me dieron la increíble noticia y creo que no paré de saltar hasta que llegamos al edificio.

A mamá se le iluminaron los ojos.

—De maravilla. ¡Ya hasta se le ve la pansa! —las cuatro pegamos griticos fangirls—. Julian y ella se casaron por civil ayer...

—Si, eso —mi sonrisa se disminuyó un poco—. Me duele no haber podido ir...

—Nada de eso —me interrumpió mamá—. Ustedes están allá por nosotras y las que deberíamos estar con ustedes en todo momento somos nosotras mismas. Pero tranquila, amor. Tarde o temprano nos volvemos a ver.

Era increíble como mi madre me hacia poner feliz de nuevo con solo unas palabras.

—Eso espero, mami. Te amo.

—Yo también, amor. Eres lo mejor que me ha pasado, ¿sabes?

Tan linda mi madre. Sentí lágrimas en mis ojos, pero al parecer yo no fui la única.

—Oh, paren —Katherine se daba aire con las manos—. Me van a hacer llorar.

—Y a la otra —se le sumó Anto.

A Nuestro Estilo [Corey Fogelmanis y Tú] {AEDDC#3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora