⚘ Un Amor Correspondido ༊ ❨1era temporada❩

Capítulo #1

⋆⋅⋅⋅⊱∘───[ M a g g i e ]───∘⊰⋅⋅⋅⋆

—¡Margaret baja a desayunar!— Gritó mi madre desde la cocina.

—¡Ya voy!— Le contesté rodando los ojos. Odiaba que me gritara.

Coloqué un poco de perfume, agarré mi mochila y guardé todo lo necesario para la Universidad: mi celular, dinero y las llaves. Solté mi cabellera negra y la dejé sin peinar, tampoco es que tuviera ganas de hacerlo, me cansaba tener el cabello tan largo, tal vez me lo corte y a la mierda. Suspiré para despejarme, a veces pienso mucho las cosas. Tomé todo y bajé a desayunar antes de que mamá volviera a gritar.

—Buenos días mamá ¿Dónde está papá?— Pregunté al bajar y no verle, siempre desayunaba con nosotras.

—Buenos días hija, él se fue a buscar trabajo otra vez.

—¿En serio? Él aún no está bien de salud, ¿cómo es que fue?— Dije sentándome en la mesa del comedor.

—Y ya le dije pero no entiende, dice que es una pérdida de tiempo estar solo en casa y sin trabajar. Sabes lo testarudo que es.

—Pues ojalá hoy lo encuentre.— Comenté poniendo una cucharada de cereal en mi boca.

—Ojalá ¡Sophie baja a desayunar!— Gritó de la nada y mi cuchara de cereal cayó en el tazón. Me había asustado. 

—¡Me estoy maquillando! ¡Ya voy!— Gritó alargando la última letra.

—¡Mamá me asustaste!

—Lo siento Maggie pero si no le grito no escucha. Ella vive en su mundo de boybands y dramas.

Nuestra familia llegó de los Estados Unidos hacía casi cuatro años. Al comienzo para mi familia y para mí, nos era difícil comunicarnos y encajar con la sociedad, pues nosotros éramos –y aún seguimos siendo para la sociedad– un poco atrevidos. Pero con el paso del tiempo lo conseguimos e incluso mi hermana se volvió fanática de su cultura y su música. Pero yo sigo prefiriendo un poco las costumbres de América por encima de las asiáticas.

Mi hermana bajó y me quedé admirando su rostro unos minutos. Por mucho que yo fuera la mayor de las dos, no lo parecía. Sophie amaba maquillarse como las coreanas y diablos que lo hace bien, luce mayor que yo y sólo tiene 15 años. Negué con la cabeza hasta que minutos después terminamos de desayunar.

—Espérame, voy por mi mochila.— Dijo subiendo las escaleras.

El instituto de Sophie estaba a dos cuadras antes de llegar a mi Universidad es por eso que siempre tenía que esperarla y llevarla conmigo y mis amigas. No me molestaba hacerlo, pero siempre llegábamos tarde porque Sophie era rápida como caracol.

—Date prisa o se nos hará tarde… como siempre— Le dije para que no se demorara aunque sabía que era gastar saliva por gusto, al parecer a mi hermana le divertía demorarse. En ese momento tocaron la puerta. —¡Sophie date prisa!— Grité mirando la hora en mi celular, se nos haría tarde otra vez.

—Maggie, Twyla y Alessa están aquí.— Habló mi mamá seguida de las chicas.

Al verlas sonreí. Las chicas eran las únicas en las que confiaba con los ojos cerrados detrás de mi familia. Desde que nos habíamos conocido ellas se habían convertido en las personas que más quería. Twyla, Alessa y Samantha eran mis amigas desde hace dos años y lo seguiremos siendo hasta que lleguemos a ancianas. Cuando recién había llegado a Corea y me inscribí en la Universidad ellas fueron las únicas que no se burlaron de mi acento ni mi mala pronunciación y nos ayudaron a mi familia y a mí con el coreano. Y en meses creamos un lazo fraternal que se mantenía intacto hasta día de hoy. La verdad yo pensaba que ellas serían como todas aquellas huecas coreanas que habían en la Universidad pero me alegro de haberme equivocado.