Un león condenado

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Había una vez unas calles con sabor a jungla, en donde habitaban raquíticas hienas con el doble de hambre por poder  hasta pirañas que nadaban en un mar de lágrimas, propio de sus víctimas. Estaban también los lobos que engatuzaban a las ovejas con faldas cuadriculadas. Y las panteras que se escabullían bajo los arbustos de los puentes, con un humo saliendo trás sus hocicos.
En medio de esta selva, vivía un león a quien quisieron convertir en gato. Le cortaron la melena para que no llamara mucho la atención. Le limaron las uñas para que no arañe a quien quiera molestarlo. Y lo encerraron en una jaula para opresar la libertad en su corazón felino. Pero, el día menos esperado, el león cometió el error del instinto, y el amor le tocó la puerta del alma.

Memorias de una poetisa enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora