Antonomasia

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Se siente horrible que ya no existas, que esa fue la última vez que tuve el privilegio de verte. Aunque no pudieras verme.
Todo es tan extraño sin ustedes,  sobre todo, sin ti. Y es que tu cuerpo se enraizó a esta, nuestra casa.
Los extraño mucho. Y sé que es más posible dejar de pensarte, que volverte a ver.
Una semana, y ahora es un mes. Y cada vez que pienso en ti, y te analizo, acabo muriéndome un poco más, por mis descubrimientos.
Las fiestas han cesado, y los recuerdos no hacen más que ametrallarme, dejándome, sin vida, en el negro lodo de la pena. Junto a tu cadáver, abrazado a tu amiga.
Vuela, tierno niño enojado. Al océano al que has sido lanzado. Prematuro ante el mundo, sin dejar de crecer con cada pasito del reloj.
Crece todo lo que puedas, pero para mí, siempre serás un adolescente. 
Aún así, siento que te has hecho pequeño, te has reducido a un recuerdo al que me niego a soltarle la mano. Aunque nunca pude invadir uno solo de tus pensamientos. Acaban de hacerse polvo, de evaporarse y ser parte de la atmósfera. Ahora son sólo un recuerdo. Dejaste mis ojos, para quedarte en mi mente.
Adóptame, mariposa. Así podrás ser mío, y sólo mía será tu mirada. Al menos sé que estás vivo, aunque ya no conmigo.

Memorias de una poetisa enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora