Deja que las palabras, que con celo te guardas, salten de tu corazón a tu boca. Sólo suelta la luz de tus ojos hacia mí, que siempre me hago una cama en la luna, esperando por ti. Sólo llena mis manos, vacías de tu voz. Y suelta las riendas de tus instintos, ya no te oprimas culpable, que yo no partiré tu corazón, mi príncipe constelado. Ni un puñado de estrellas del firmamento, son más bellas que sólo un lunar en tu rostro. Y es que este eres tú, mi pedacito de cielo tecnicolor. Tierno niño enojado, deja que le corte las alas a un águila, para pegarlas trás tu espalda y dejar que extiendas tus nuevos brazos, y que alzes tu vuelo en libertad. Y, desde el cielo, me veas mirándote a los ojos, tallados en chocolate, y tu piel de arena se haga oro bajo el sol. Esperando que me regreses el corazón.
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Memorias de una poetisa enamorada
PoetryAdéntrate en un viaje por los sentimientos, hechos letras, de una poetisa enamorada. Espero que disfrutes de estos escritos y te identifiques con todo el amor que está impreso en ellos.