Escrito 4: Ángel imperfecto

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No te diré que te quiero, porque no sé siquiera lo que fuíste para esta, una desdichada suicida que a partir de quien sabe cuando pasará la eternidad en vela, cuidando de un amor y una carga que nunca le pertenecieron. Sólo te pido, como le pido a todo aquel que tuvo la suerte, si puede llamársele así, de verme pasar por su vida, que no me olvides. Y si lo haces, que al menos mi madre, a quien indirectamente condeno a la infelicidad, te recuerde vagamente a mí, que sólo una cara conocida signifiqué para ti.

La escribí para ti, como todo lo que hacia hace algunos meses. Pero nuestra historia no pudo comenzar, de nuevo. Y acabo de descubrir que te quiero, y mira que es muy sencillo lograr que yo sienta esto por alguien. Pero a ti te quiero, tal vez más de lo que puedo ver dentro de mi misma. Tal vez menos de lo que quise a mi Estrella, pero esa es otra historia que tú, un 'nosequé' en mi vida, no tienes porque saber. Pero significas algo distinto para mí. No sé si mucho, no sé si poco. No sé si desde hoy, o quizás no te quiera mañana. Pero te siento tan lejos que tocar la punta de tu infantil nariz, resulta más lejano que rozar, con mi respiración, el aire que hincha mis pulmones. Y me despido de ti, esperando que algún día podamos encontrarnos o si no, que al menos recuerdes aquella última vez que nos vimos. Que Claudia te cuide mucho, ángel imperfecto.

Memorias de una poetisa enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora