Una sóla vida no va alcanzar para amarte.
Ahora atravieso la etapa de la asimilación, que es todavía más dolorosa, pues toca palpar la dura realidad con las manos, y ya no con los sueños.
En esta etapa, donde me siento a aceptar que todo acaba de perderse, que todo se ha ido con el río, tengo a acostumbrarme a las más pobres migajas. Que son sólo derivados de recuerdos.
¿Sabes? Te busco por la calle al caminar, pues sé que será la única forma de tenerte, aunque sé que eso es imposible. Pero me gusta creer que serás eterno, allá donde estéas. Tal vez deba buscarte en el cielo en lugar de en la calle. ¡Claro! Porque no eres un hombre, ahora eres una estrella.
A penas me he enterado, pero una vida no va alcanzar para amarte. Porque siento que te amaba antes de conocerte, y, en mi interior, no te he perdido. El cielo es tuyo, estrella. Házme tuya también.
No hace falta que te cuides, ¿quién dañará a los ángeles?
El amor verdadero trasciende la muerte, el tiempo y la realidad. Trascenderemos, y te haré trascender, también.
Si esto es real, te veré en la otra vida.
Tendré otro nombre, rostro y otro cuerpo. Pero, siendo otra persona, voy a quererte un poco más.
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Memorias de una poetisa enamorada
شِعرAdéntrate en un viaje por los sentimientos, hechos letras, de una poetisa enamorada. Espero que disfrutes de estos escritos y te identifiques con todo el amor que está impreso en ellos.