Capítulo 7

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En casa las horas no pasaban, estaba demasiado nerviosa como para prestarle atención a mis deberes.

-Hija no has tocado tu plato estás bien?- mi papá me miro extrañado, era raro que yo no cenará.

-Si- respondí distraída aun- yo... Solo pienso.

-Piensas? Eso es nuevo- se rió de mi y sonreí, era algo tonto pensarlo ya que yo solía perder mucho el tiempo.

-Si papá pienso tambien- suspiré, lo de Candela me había tomado desprevenida.

-Bueno no fundas esa cabecita- revolvió mi cabello y dejo un beso en mi frente.

Terminé mi cena y fui a mi habitación, me repetía constantemente que lo que sea que esté haciendo Candela no me afecta, que a ella le gusten las chicas no me afecta, que esté saliendo con una chica no me afecta, ni el hecho de que Sara o yo le gustemos no me afecta, aunque eso ya dijo que no pasaba, o... al menos conmigo no pasaba, me frustre.

-No pasa nada- balbucee- es solo Candela, no importa- me senté en mi cama.

-Quien es Candela?- casi me caí de la cama

-Clarisa que haces aqui!?- me moleste.

-Te esperaba para que me expliques algo pero ahora dudo que puedas- me miro entretenida- pareciera que hubieras visto un fantasma, es por esa Candela?

-No- negue de forma rotunda- Candela no tiene nada que ver.

-Y quien es?

-Quien es quien?- se acercó.

-Candela!- dijo de lo demás obvia.

-Es mi compañera de banco en la escuela

-Pense que te sentabas con Sara o con la otra chica, esa que...

-No, me siento con Candela.

-Y es inteligente?- se sentó a mi lado.

-Si, mucho.

-Que interesante con razón papá y mamá están tan contentos, y como es ella?

-Es callada, y algo sería pero es muy buena también y me tiene paciencia.

-Debe estar volviéndose loca- se rió.

-Oye!

-Es la verdad con lo loca que tú eres pobre chica

-Me portó bien a su lado- me defendi.

-Bueno como sea me ayudas?- me mostró su carpeta y empezamos.

Me tomo como tres horas ayudarla a avanzar con sus textos, pensé que quizás si Candela estuviera aquí sería de más ayuda.

Al día siguiente llegué temprano, tenía muchísimas dudas todavía pero tarde o temprano debía ver a Candela de nuevo.

Pero no llego, la primera hora paso y me empezaba a molestar porque ella no faltaba nunca y ahora sí? Osea no puede ser por lo de ayer o si?

Mariana me miraba apenada, en cuanto a Jesús, él solo había decidido ignorarme.

-Ni se te ocurra decirle- le escuché reprender a Mariana.

-Que es?- la mire.

-Ya Jesús no es nada malo- ella le respondió.

-Diganme.

-Sera tu culpa- ella lo miro de nuevo y volvió a mi.

-Candela está jugando abajo, en la cancha de la escuela- mi mente se calmo, no es que Candela este molesta conmigo sino que está en otro compromiso- es final de campeonato y aunque a ella le molesta faltar, está representando a la escuela.

-Debiamos ir a verla- comenté emocionada y Jesús se rió.

-Si verás que bien le hará que la vayas a ver- eso me traía inseguridad.

-A veces eres muy cruel- le dijo Mariana.

-Que? Es la verdad, cuando Candela nos ha pedido que vayamos a verla jugar? O alguna vez te ha felicitado por hacerlo? Ninguna verdad, a ella no le gusta que la estén atocigando todo el tiempo.

-Pues yo iré a verla- dije segura.

-Yo te acompaño- dijo Mariana ante la cara de incredulidad de Jesús.

-Como quieras- se cruzó de brazos- luego no se quejen cuando a Candela no le agrade.

No sé con qué seguridad fui a la cancha de la escuela, Candela estaba jugando de volante o pivot como me explico Mariana, y era impresionante verla así, tenía el cabello recogido, y shorts deportivos junto una musculosa, estoy segura que varios chicos de la escuela quedaron impresionados ante su físico.

-Contra quien jugamos?- Nos sobresaltamos al escuchar a Sara detrás.

-Podias haber avisado- le reclamé.

-Me enteré recién cuando le pregunte a la "prece", al parecer Candela es una de las jugadoras estrella

-No me sorprende- dijo Mariana- siempre se le dió bien.

Nos sentamos en el graderío y vimos el final del tercer tiempo, la entrenadora llamo a todas y note como le indicaba a Candela la jugada.

Una de sus compañeras tomo su mano y la llevo un poco más lejos de las otras esperando que comenzará el último tiempo.

-Sera ella?- Sara interrumpió mis pensamientos, Mariana solo se le quedó mirando- Ya saben la chica de Candela.

-No lo creo Candela no tiene chica- se le salio y yo la mire más atenta

-Asi que mintió- acuso Sara.

-No, es decir- Mariana se puso roja- Candela no sale con nadie solo...

-Solo?- esta vez fui yo.

-Las chicas se le pegan, osea...- ella de verdad parecía muy nerviosa- a Candela si le gustan las chicas, nada más no anda con nadie en serio.

-Osea que es una rompecorazones?- pregunto Sara.

-No- defendió a su amiga- no creo que esa sea su intención, ella solo deja que la quieran pero algo sucede siempre que eso se termina al poco tiempo.

-Mira tu a Candela como resulto- estoy segura que a Sara le pasaron miles de cosas por la cabeza- tendrás que tener cuidado Lau o Candela te terminará gustando y te romperá el corazón después- me quedé mirando como la chica esa le sonreía y se acercaba más.

-Te gusta Candela?- esta vez fue Mariana y me quedé congelada.

-Yo apostaría a que si- sonrió Sara.

-No- negue mientras seguía mirando de reojo dónde estaba- es... Diferente conmigo.

-Diferente como?- a veces odiaba la curiosidad de Sara.

-No estoy acostumbrada a que alguien sea tan callada o distante, solo quiero tener una compañera normal con quién discutir y reírme nada más- note como salía de la cancha con esa chica y suspiré.

-Mala decisión al sentarte con ella.

-Yo no lo sé- Mariana en su infinita paciencia seguía con nosotras- Candela es muchas cosas pero no es mala persona solo que es reservada y si te gusta sentarte con ella yo diría que sigas, le hará bien un poco de tu alegría a su vida- sonreí pero esa sonrisa se borró al ver que Candy no regresaba...

El amor de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora