Capítulo 17

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Julian despertó con resaca esa mañana, vio a todos los chicos que dormían desparramados por el suelo.  

 Imbéciles, se quedaran dormidos para… ¡Puta, la escuela!

Se tiró por una de las ventanas y se agarró fuertemente a la enredadera para no caer, bajo lo más rápido que pudo hasta el carro, sabía que su madre se abrió quedada a dormir en casa de unos amigas o iba a estar tan cansada que no se preocuparía por él. Llego a las puertas de la preparatoria antes de que las cierren por completo. El conserje al verlo no se inmutó y estuvo a punto de cerrarle el portón si es que Julian no hubiera puesto su pie.

-Lo siento no te había visto.- Dijo el cuarentón. Julian puso los ojos en blancos, esa mentira era tan falsa como decir que no medía 1.88.

Fue hasta su casillero y vio el horario: Gimnasia. “Rayos” Pensó Jules; obvio, gimnasia era el peor curso que podía existir en la Tierra en sus palabras, no era nada bueno nadando, corriendo, ni siquiera en basquetbol a pesar de ser uno de los más altos era el peor en eso. Llegó hasta los vestidores y se cambió rápido mientras salía semidesnudo, poniéndose el polo hasta el lugar donde hablaba el profesor. El Sr. Millicevic era un tipo bastante duro, no aguantaba pulgas y podía suspender a cualquiera que quería; odiaba a la escuela y a  los otros profesores. El profesor miró a Julian con cara de pocos amigos y lo invitó a sentarse en las gradas con los otros alumnos; Julian sonrió al ver a Juliet ahí, se veía linda con el polo holgado y esos bermudas.

-Hoy día… habrá examen de lanzamiento a larga distancia.- Dijo con su tan “animada” voz el Sr. Millicevic, Julian bajó la cabeza.

-¡NOOOOOO!- Gritó Julian, todos voltearon a verlo y el profesor frunció el ceño.

-Señor. Christiansen ¿Puedo ayudarlo algo?

-Lo-lo siento profe es que… olvídelo.

-Vamos, dígalo, toda la clase puede enterarse el porqué chilló como una niñita.- El Sr. Millicevic no aguantaba bromas y cuando alguien lo interrumpía era capaz de humillarlo frente al papa si era posible.

-Es que… no soy bueno en…

-¿En nada?- Interrumpió Millicevic.- Eso lo sabemos todos, Julian. Ahora cállate la puta boca y déjame continuar.- Todos guardaron las risitas hacia Julian para después.- Este examen será el 60% por ciento de su nota final y como todos sabemos si alguien no anota aunque sea un solo tiro en los 4 intentos será irremediablemente desaprobado y se lo digo a usted Sr. Christiansen.

Juliet miró al pequeño Julian bajar la cabeza y sacarle el dedo corazón a escondidas a Millicevic. Ella podía hacer lo que sea para verlo feliz pero no podía agarrar sus manos y hacer un tiro perfecto hacia la canasta, Julian era un idiota con el balón y siempre se le escapaba de las manos.

-Tendrán 20 minutos para practicar. Es todo.- Millicevic hizo sonar su silbato y todos fueron a la cancha. Synyster salió empujando a Julian e hizo que se le cayera el balón de las manos.

-Imbécil.- Dijo Julian.

-Sr. Christiansen no toleraré ese lenguaje  en mi clase la próxima vez.- Dijo el profesor mientras Synyster sonreía satisfecho e iba a practicar. Juliet hablo con Julian toda la clase mientras él intentaba asestar el balón pero en cada intento se le iba a un lado o salía chueco. Synyster no paraba de burlarse de él en cada lanzamiento por lo que la furia de Julian aumentaba cada vez más. Después de 20 minutos el profesor Millicevic llamó a todos y cada uno anotó el punto al primer intento; a Julian lo llamó al último para darle una pequeña oportunidad. Mientras tanto Juliet anotó al segundo intento y esperó a Julian sentada en las gradas.

Synyster la miraba desde lejos, aún la quería pero, rayos, ella había besado al imbécil de Julian en la maldita fiesta y, por supuesto, ahora Frida le daba todas las atenciones posibles; ella era su paño de lágrimas y no quería dejarla porque era… ¡Muy sexy! Lo único que “la malograba” era su estúpida personalidad hueca y temperamental.

Le tocó el turno a Julian.

-Veamos, Julian, tienes 4 turnos si fallas, vendrás en verano.- Dijo Millicevic mirando su tablero.- ¡Primer intento!- Julian agarró la pelota pero, Brian, lanzó un grito  y eso lo espantó al punto de tirar el balón al suelo.- ¡Segundo intento!

-Pero Harner me distrajo.

-Vi una cara horrible y me di cuenta que eras tú.- Synyster soltó una carcajada y el profesor lo mandó a callar.

-¡Segundo intento!-  Julian respiró profundo y tiró la pelota pero esta rebotó y le cayó en la cabeza provocando la risa de todos.

-¡¿Enserio?!

-¡Tercer intento!- El castaño miró a todos lados y lanzó con más fuerza el balón que estuvo a punto de entrar en la canasta pero fue para un lado.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡¿WHYYYYYYYYYYYY?!

-¡Último intento! Si falla este está desaprobado.- El profesor dijo mirando su tablero.- ¡Comience!

-¡Vamos Julian, tú puedes!- Juliet gritó desde las gradas, todos la miraron y ella se sonrojo. Eso motivó a Julian; tragó saliva y miró atentamente a la canasta, calculó la distancia y lanzó el balón, lamentablemente tiró hacia un costado y todos rieron cuando el balón cayó en la ventana y la rompió.

-¡¿¡¿POR QUEEEEEEEEÉ?!?!- Gritó Julian con todas sus fuerzas y se desmoronó en el piso, tenía ganas de llorar pero debía ser fuerte porque en ese momento todos abrían la boca maravillados por lo que estaba pasando: El balón le dio a los barrotes exteriores de la ventana saliendo disparada hacía la pared del frente, luego chocó contra la puerta y chocando contra el techo para dar un encestado perfecto. Todos gritaron de emoción y Juliet salió corriendo para abrazarlo mientras que Millicevic quedaba boquiabierto, Synyster salió del gimnasio tirando un portazo lleno de ira.

-¡Lo hiciste, Julian! ¡Lo hiciste!- Dijo Juliet mientras todos los rodeaban y le daban felicitaciones a un Julian atónito y sin  saber cómo carajos había encestado.

-Yo… ¿Estoy soñando?

-Pasaste el examen, fue el mejor tiro que he visto. Ni Michael Jordan ha hecho algo así.- Juliet lo abrazó.- Eres grande.

-Bien hecho, Christiansen.- Millicevic le agarró el hombro.- Me has hecho recordar los motivos por los que soy entrenador.

-Je… ¿de nada?

Tan ruda como yo (Julian Casablancas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora