Tan ruda como yo (Julian Casablancas y tú)

Capítulo 18

-¿Lista para la cita?- Juliet se asustó al escuchar esas palabras cuando cerró la puerta de su casillero, por supuesto, era Julian.

-Claro. Solo déjame ir a mi casa por algunas cosas.- En ese momento sonó la campana de salida y fueron hasta las puertas principales.

-Te acompaño si quieres, nena.

-Sí… si quieres.- Los dos llegaron hasta el auto de Juliet, un bonito modelo negro y Julian se sentó en el asiento del acompañante. Arrancaron el auto y en pocos minutos llegaron a la mansión LeHampton. Bajaron del auto y entraron por la cocina, subieron los mil pisos de la casona y entraron al cuarto de (Tn)_____, ya estaba remodelado así que cuando Julian preguntó Juliet simplemente dijo que sus “tíos” habían cambiado la habitación de (Tn)____ para ella.

-Es espaciosa.- Fue lo único que dijo Julian al entrar.

-Es que ocupa casi todo el piso.

-¿Y lo demás?

-Es… ¡Esto!- Dijo abriendo una puerta detrás de un librero, Julian vio una terraza que ocupaba más área que el cuarto, estaba ambientada para fiestas y para que un gran grupo de gente estuviera ahí.- Mi tía me dijo que este era el lugar donde (Tn)_____ realizaba fiestas.

-Wow, hubiera deseado que se quedara un poco más para que me invitara a una.

-Ven –le cogió la mano y lo llevó hasta la baranda de la terraza- ¿Te gusta la vista?

-Wow! Es…es….es hermoso. Yo solo veo esa vista desde la ventana de mi cuarto y ni siquiera es muy buena como esta.

-Hay que estar un rato aquí.- Los dos se silenciaron y miraron el atardecer perdiéndose en el horizonte tras el mar. Julian miraba como Juliet disfrutaba de ese momento, sus ojos marrones ocultos por esas gafas que los hacían resaltar más, su pelo corto saliendo de entre la gorra verde que llevaba, para él ella era perfecta. Juliet por su parte quería quedarse así por siempre con Julian, sin preocupaciones y ser siempre Juliet.

-La primera vez que te vi sentí una explosión.- Dijo Julian poniéndose cada vez más rojo.- Es sido una buena amiga y me encanta tu personalidad y eso.

-Julian…

-Te prometo que siempre estaré para ti…

-¿Por qué dices esto?

-No sé. Estoy loquito.- Julian rió igual que Juliet, se miraron por largo rato hasta que Julian dijo: Creo que deberíamos ir ya.

-… Sí, deberíamos.- Juliet le sonrió y en ese momento una gota calló sobre el cabello castaño del chico alto.

-Me ha cagado una paloma.- Pero en ese instante cayeron miles de gotas más, Juliet se empezó a reír.

-Baboso, es la lluvia.

-Entonces ¿Qué hacemos aquí? ¡Entremos!- Julian agarró a Juliet del brazo y la llevó hasta la puerta.

-Hay que quedarnos.

-¡Estás loca! ¡Te puedes resfriar!

-¡Ya papá!- Juliet imitó a una niñita pequeña en el momento en el que Julian la jalaba con más fuerza y cayeron en su cama.- Tarado, sácate de encima.

-No hasta que te disculpes.

-¡Julian!

-Ya, ya vale. Me salgo.- Julian cerró la puerta mientras ella se acercaba a la ventana, el paraje estaba silencioso excepto por el ruido de la lluvia que se acrecentaba cada vez más.- ¿No tienes un paraguas o algo así para salir?