Capítulo 1

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El viento soplaba desde el este, hoy era una de esas noches más oscuras del año. Me encontraba en la azotea de un edificio viendo como las luces de la ciudad iluminaban aquél lugar en el que me había criado.

Llevaba mi cabello atado con una cinta la cual se ondeaba con el viento, la vestimenta que portaba era un vestido negro el cual me permitía moverme tal y como quisiera ya que no era ajustado en las piernas, además de una chaqueta la cual le daba más un toque elegante, unas botas altas y por último un antifaz negro el cual era bastante ancho para que me tapara bien el rostro.

¿El por qué me quería tapar el rostro? Simple. Ningún ladrón fantasma quiere que lo descubran ¿no? Después de haber estado 5 años inactiva decidí que ya era hora de hacer que volviera Lena, la ladrona fantasma.

Ladrona mundialmente famosa por haber robado un montón de joyas y cuadros a personas bastantes peligrosas en este mundo, vamos con demasiado dinero conseguido a partir de estafas y robos. Aquellas joyas que fueron robadas hacia otras personas directamente se las mandaba a su dueño original pero las joyas que fueron robadas arrebatando la vida de su dueño me las quedaba yo. El motivo por el cual dejé de robar un tiempo fue para poder entrenarme mucho más, necesitaba practicar más la magia que me enseñó mi madre además de las artes marciales que me enseñó mi padre.

Estuve viviendo durante aquellos 5 años en Europa ya que allí se encontraban ellos, los mejores magos que hubo en la historia además de los campeones de los juegos olímpicos de kárate y otras modalidades de artes marciales.

Al ser mi madre extranjera tenía la ventaja de que mi aspecto no era totalmente asiático, era pálida como mi padre pero sin duda mis ojos no tenían aquél rasgo tan característico de los asiáticos, además no eran marrones como los de él sino más bien avellana tirando hacia verde, como mi madre.

Bueno volvamos por donde íbamos... Me encontraba en aquél edificio ya que iba a robar una joya que se encontraba en ese mismo lugar.

Lena: 1 minuto para que se den cuenta de que la joya que tienen en la vitrina es falsa. – dije mientras volvía por las escaleras.

Ya había ido a robarla, la había intercambiado por una falsa, es más, incluso les dejé una nota para que la examinaran de cerca. Al pasar aquél minuto las alarmas de aquél edificio empezaron a sonar, se pudo empezar a escuchar a muchas sirenas de coches policía a lo lejos.

Lena: Se va llevar una gran sorpresa el inspector Yukimura cuando sepa que he vuelto. – dije mientras me acercaba al filo de la azotea.

Cuando llegó la policía oí como empezaron a subir corriendo hacia el lugar donde me encontraba yo. Cuando abrieron la puerta me di la vuelta poco a poco, al ver la cara del inspector Yukimura sonreí pues parecía muy sorprendido.

Lena: Cuanto tiempo sin vernos Inspector. – dije sonriendo

Yukimura: Tú... ¡Tenías que volver justo unos días antes de que yo me jubilara! Lo has hecho a propósito ¿Verdad?

Lena: Me enteré de que se iba a jubilar por eso decidí que era hora de volver. ¿Acaso usted hubiera preferido que hubiera vuelto ha aparecer unos días después de su jubilación?

Yukimura: Preferiría que no hubieras desaparecido durante 5 años, así te hubiera podido atrapar.

Lena: ... - Sonreí pues la arrogancia de ese inspector seguía intacta. - Lo siento inspector, por eso he venido para poder despedirme de usted. Además tengo entendido de que el inspector Nakamori será el que lleve mi caso junto con el de Kaito Kid a partir de que usted se jubile.

Yukimura: Si...

Lena: Bueno, ha sido un placer volver a verle inspector. Adiós. – dije sonriendo mientras me dejaba caer por el edificio.

Yukimura: ¡Esa maldita!.. Por fin ha vuelto. – dijo sonriendo.

(...)

Me encontraba caminando por la calle yendo hacia la casa la cual había comprado con el dinero que me había quedado del seguro por la muerte de mis padres. Murieron atropellados por culpa de una persecución, aquél ladrón nunca pudo ser atrapado. Estaba enfadada con la policía, ellos nunca habían conseguido atraparlo así que decidí convertirme en ladrona para demostrarle a todos que la policía no hacía bien su trabajo.

Llevo siendo ladrona desde los 15 años, a los 17 decidí hacer aquél descanso para poder entrenarme mejor, ahora tengo 22 años y volví para seguir dando guerra. A la misma vez que era ladrona buscaba aquél ladrón que los mató ya que sabía que la policía nunca iban a poder encontrarlo.

Nada más llegar a la casa dejé las cosas de Lena en el sótano oculto y seguido subí a mi habitación para descansar. Al día siguiente tenía que terminar de sacar las cosas de las cajas así que me puse manos a la obra, había comprado la casa en la que vivía de pequeña con mis padres, a ellos le hubiera gustado que yo hubiera seguido viviendo aquí así que decidí volver a comprarla.

Mientras arreglaba todo oí el timbre sonar, nada más oírlo me dirigí hacia la puerta. Al abrir pude ver a la vecina de al lado la cual me conoce desde que solo era una bebé. Me sorprendí verla por aquí.

Tamiko: ¡Por fin has vuelto Tn! – dijo mientras me abrazaba.

Tn: Hola señora Akiyama. – dije correspondiendo el abrazo.

Tamiko: Por fin has vuelto de Europa... – dijo mientras me agarraba con ambas manos las mejillas.

Tn: Si.

Tamiko: Dime ¿te has puesto a buscar ya trabajo?

Tn: No tengo problema con eso ya que la compañía en la que estaba mi madre me dijeron que me contratarían cuando cumpliera cierta edad y manejara mejor la magia, es por eso que fui para decirles que ya estaba preparada y por eso me han aceptado.

Tamiko: ¡¿Enserio?!

Tn: Si, es por eso que he vuelto.

Tamiko: Ya veo, pues esfuérzate mucho y si necesitas algo dímelo ¿si?

Tn: Si.

Esta se fue con una sonrisa, cuando yo volví a entrar decidí seguir con lo que me quedaba, los muebles ya estaban puestos solo faltaba colocar todo en su sitio. Acabé sobre las 21:00 de la noche el poder terminar todo. Decidí dar un paseo nocturno ya que me había tirado todo el día en casa. Mientras iba por la calle pude comprobar que en 5 años la ciudad había cambiado algo, de repente empecé a oír el sonido de las sirenas de los coches policías.

Al parecer había una persecución, de repente entre esa persecución salió un niño en su monopatín el cual parecía estar persiguiendo a esta persona también. Vi como empezaba a sacar un balón de su cinturón, al darle la patada me sorprendí por la fuerza a la que iba ese balón.

Había hecho que aquél coche chocara contra un poste, me quedé sorprendida con aquél niño. Los policías empezaron a bajar del coche y a capturar a aquél ladrón. Un hombre de piel morena y de cabello rubio bajó del coche y fue hacia donde estaba aquél niño.

Al llegar donde estaba él los dos chocaron el puño, el chico de piel morena no parecía policía pero sin duda al parecer los había ayudado a capturar a este ladrón.

Como estábamos en una calle algo estrecha había presenciado todo, es más, cuando el coche recibió aquél balón yo subí al muro por si acaso. Al girar aquellos dos sus cabeza me vieron a mi subida al muro.

Tres CarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora