Capítulo 30

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Observé como acomodaba su cabello todo revuelto, sin tener éxitos en el intento. Al parecer estaba tratando de que se quedara en su lugar y no se levantara un poco hacía los lados. Pero no tenía que hacerlo, ya que a mí me gustaba como lo llevaba siempre.

Sonreí sin que él se percatara de mi presencia.

Vi también como arreglaba su corbata y la ajustaba en su cuello, pero al cabo de 5 segundos volvió a desacomodarla y dejarla un poco colgando, como siempre la solía tener.

¿Por qué se arreglaba tanto?

Volví a sonreír y di un paso atrás al ver como su vista viaja desde el jardín de mi madre hasta la ventana de mi habitación.

Recordaba haberlo observado desde esta misma ventana el día en que vino a buscarme para ir al colegio, el día en el cual me quedé varios minutos mirándolo sin darme cuenta que ya estaba completamente atrapada.

Tomé mi teléfono y vi como todavía seguía en la galería la imagen que había tomado de él ese día, una imagen que no había podido borrar, y me engañé varias veces para conservarla.

Que tonta había sido tratando de engañarme a mí misma.

Tomé mi bolso y salí a su encuentro, no sabiendo muy bien como lo iba a saludar con todo lo que había pasado en el día de ayer.

Su confesión, sus abrazos, sus besos... La forma cariñosa en como sus ojos se encontraban con los míos en todo el viaje de regreso. Como se detuvo en la puerta de mi casa con intenciones de quedarse conmigo, a lo que me negué con firmeza por miedo a que la señora Lee llegara de improvisto para comprobar cómo me encontraba.

Aunque... eso solo fue una excusa tonta lo cual él tomó y se retiró. En lo que menos pensaba era en la señora Lee llegando a mi casa de improvisto, y lo que en verdad no sabía era como comportarme con Hyunsik a partir de ahora.

Si bien no iba a ser la primera vez que se quedara en mi casa y durmiera en mi cama, pero como ahora estaba la confesión de por medio...

Iba a ser todo diferente...

Cerré la puerta la entrada y él levantó la vista al verme de pie en el porche de mi casa.

Me sorprendió verlo de pie al final de las escaleras, cuando hace a penas minutos lo había visto apoyado en la columna que daba inicio a los jardines de mi casa.

No sé porque diablos tenía que pensar todo, como saludarlo a partir de hoy. Solo tenía que dejar mi mente en blanco y actuar por instinto, algo que no me dejó hacer al verlo subir rápidamente los pocos escalones que quedaban y como tomaba mi rostro entre sus manos para presionar sus labios en mi mejilla.

Me quedé dura por unos segundos, sintiendo como sus cálidos labios tocaban mi piel. Como la comisura de sus labios subía para formar una sonrisa y se reía.

-Estás sorprendida.-dijo mientras separaba sus labios y me observaba divertido.

-No lo estoy.-mentí.

-¿Segura?-preguntó, no creyendo en mis palabras.

-Es un poco...-traté de explicarle lo mejor que pude, ya que ni yo misma sabía con exactitud cómo me estaba sintiendo.

-¿Incómodo? ¿Raro?-insistió.-Menos mal que no te besé... o sino tus ojos hubiesen saltado de tu rostro...

Sonreí y lo golpeé suavemente en el pecho, por lo cual el rio más fuerte.

-¿Quieres que vaya más despacio?-preguntó en un susurró.-Puedo ir más despacio... Si quieres, la próxima vez que nos veamos, puedo solo saludarte: Buenos días su majestad, hoy el cielo está despejado...

BEAUTIFUL PAIN - BTOBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora