Capítulo 22-¡Preparada para la Liga Pokémon!

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Shirley salió del Gimnasio Caolín. De nuevo volvía a tener esa extraña sensación de tristeza y alegría. Ya había logrado reunir las ocho Medallas de Gimnasio, había ganado a los ocho Líderes de Teselia, al fin. Podría ir a la Liga Pokémon. Pero... ¿que le sucedería allí? Pronto lo descubriría. Se encontró con la Profesota Encina, que estaba cerca del Gimnasio.

-¡Hola, Shirley! ¿Ya has estado en el Gimnasio de Cuidad Caolín?

-Sí, Profesora. Y, mira esto-le sonrió, mostrándole orgullosa su Medallero.

-¡Qué bien, me alegro mucho por ti! Anda, ¡pero si ya puedes ir a la Liga Pokémon! ¿Sabes como llegar?-Shirley negó con la cabeza-. Pues yo te mostraré el camino. Por aquí... por aquí... aquí es. Por aquí se va a la Ruta 10, atravésala, llegarás a la Calle Victoria, será difícil pero tendrás que cruzarla y al fin encontrarás la Liga-la chica le hizo un gesto que quiso decir "entendido, gracias"-. Bueno... yo me tengo que ir a la Ruta 7, está ocurriendo un mal tiempo y no es un fenómeno natural sino algo misterioso... adiós, buena suerte.

-Gracias, adiós.

Shirley se dirigió a la Ruta 10, no sin antes ir al Centro Pokémon. No era una ruta muy distinta por las que ya había pasado, pero tenía algo especial, algo que ni siquiera podía explicar. Quizá fuese porque estaba ambientada en un paisaje de montaña o quizá porque un cálido soplido de viento acompañaba a todos los que querrían aspirar a vencer al Campeón de Teselia.

Poco antes de cruzar un puente que se encontraba allí oyó unas voces que la llamaban continuamente. Miro hacia atrás. No había nada. Pensó que todo era fruto de su imaginación, pero la segunda vez que miró vio dos siluetas que corrían hacia ella. Las reconoció al instante, eran Carelia y Malva. Cuando llegaron las tres chicas se abrazaron muy fuerte, como si no se huibieran visto en años.

 -¡Shirley, Shirley, Shirley! ¡Ya has conseguido todas las Medallas de Teselia!-gritó Carelia emocionada.

-Sí, es fantástico.

-Yo también las he conseguido: mira Shirley-le dijo enseñándole su Medallero.

Shirley frunció en ceño como muestra de estrañeza y sospresa.

-Déjame que te lo explique-sonrió Carelia-. Nosotras también luchábamos en los Gimnasios, también coleccionábamos las Medallas.

 -¿Y qué necesidad teniáis de orcultármelo?-rió.

-Ay... no entiendes nada-suspiró Carelia-. Se supone que un Entrenador que lucha y vence en los Gimnasios es más fuerte que los demás. Se suponía que eras más fuerte que nosotras, queríamos que te confiases nada más... pero, tu siempre eras la mejor.

-Eres realmente increíble-añadió Malva-.  Eres algo fuera de serie. Te lo digo tal y como lo pienso. Ahora mismo no me puedo comparar contigo. Ojalá pudiera ayudar de alguna forma en la lucha contra N.

-No me digáis esas cosas, ya sabéis que soy muy sensible...-la volvieron a abrazar. Shirley se sentía muy afortunada de tener unas amigas como Malva y Carelia.

-No empieces a llorar que esto es un historia alegre-dijo Carelia.

-Sí, eso es. Tú sonríe y ya está-le aconsejó Malva con su tímida sonrisa-. Toma, es un regalo-y le dió un Revivir Máximo.

-Gracias, muchas gracias a las dos. Bueno... yo tengo que irme ya, ¿venís conmigo?

-Eh... bueno, nosotras preferimos entrenar. Pero no te preocupes, ya te alcanzaremos.

Shirley asintió, algo triste, y cruzó el puente, viendo como las sombras de sus amigas se desvanecian en el horizonte. Sintió un gran vacío en su corazón, necesitaba más que nunca  sus amigas para afrontar el reto de la Liga Pokémon, pero... no, no podía depender de nadie, y menos en aquellos momentos.

Llegó a las puertas de la Calle Victoria, era un camino que conducía hacia la Liga Pokémon. Era su último obstáculo para llegar a la Liga. Antes de entrar, un guardia le pidió que le mostrara su Medallero. Shirley lo hizo y un mecanismo se abrió. Tuvo que cruzar ocho puertas.

Tras la primera puerta había un arco con enredaderas, unas mesas con sillas, un río con un puente y dos antorchas. Esto simbolizaba el primer Gimnasio de los Tipos Planta, Agua y Fuego.

Tras la segunda puerta había un jardín con hierba alta. Simbolizaba el segundo Gimnasio de Tipo Normal.

Tras la tercera puerta se encontró un escarabajo de piedra con una escalera atravesándolo. Simbolizaba el tercer Gimnasio de Tipo Bicho.

Tras la cuarta puerta estaban varios aparatos futuristas que contenían electricidad. Simbolizaba el cuarto Gimnasio de Tipo Eléctrico.

Tras la quinta puerta la garganta se estrechaba y se podían ver en las paredes gemas. Simbolizaba el quinto Gimnasio de Tipo Tierra.

Tras la sexta puerta había un agujero en el suelo a través del cual pasaba aire. Simbolizaba el sexto Gimnasio de Tipo Volador.

Tras la séptima puerta el suelo se había helado y hay carámbanos de hielo en el suelo, tuvo que deslizarse para poder pasarlo. Simbolizaba el séptimo Gimnasio de Tipo Hielo.

Tras la octava puerta en las paredes de la garganta estaban esculpidas las estatuas de dos dragones. Simbolizaba el octavo Gimnasio de Tipo Dragón.

Al cruzar la octaba puerta llegó a una cueva parecida a un hormiguero. Fue muy difícil cruzarla, ya que tenía un mecanismo bastante complicado. Tuvo que enfrentarse a varios Entrenadores, a los más fuertes con los que se había tenido que enfrentar en su viaje. En la Calle Victoria se encontraban los mejores Entrenadores de Teselia, aquellos que habían ganado a Millo/Maíz/Zeo, Aloe, Camus, Camila, Yakón, Gerania, Junco y Lirio, a cada uno de los Líderes de Gimnasio.

Llegó al final, por fin, lo había conseguido. Tenía antes sus ojos la Liga Pokémon. Lo que había estado deseando desde que comenzó su viaje. Todo aquello era fruto de un viaje inolvidable que jamás olvidaría, jamás olvidaría a todos los amigos que había hecho, a todos los Pokémon que había conocido y a todos los que había capturado. De repente, y alejándola de sus pensamientos un Pokémon salió de su Pokeball. Era Cubchoo.

-Oh, Cubchoo-susurró abrazándolo. Era el último Pokémon que había capturado. Aun así, no la había sacado a luchar en los Gimnasios. Pero la quería mucho. Cubchoo gruñó cariñosamente-. Tranquila, te prometo que lucharás contra el Alto Mando. Lucharás y venceras, lo sé.

Su Pokémon volvió a la Pokeball, confiando en las palabrs de su Entrenadora.

-¿Estás lista? Recuerda que una vez que entras en la Liga Pokémon no puedes salir hasta que te derroten o por el contrario venzas al Campeón.

-Sí, estoy preparada-asintió Shirley.

Y así fue el camino de Shirley antes de llegar a la Liga Pokémon. La Liga Pokémon, todo por lo que había luchado, todas las respuestas a sus preguntas, el motivo de su aventura.

                                                                                                                                           CONTINUARÁ...

Shirley, la heroína de TeseliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora