Shirley entró en la Liga Pokémon. Había cuatro puertas, cuatro opciones. Pensó que detrás de cada puerta se encontraba uno de los cuatro miembros del Alto Mando de Teselia. Eligió un camino al azar y se encontró a una mujer joven, y su vestimenta presentaba un violeta oscuro. Llevaba unas gafas y un vestido corto con medias y un gran adorno de cuello muy extravagante. Siempre lleva una libreta y un bolígrafo, lo cual le da apariencia de escritora de novelas de terror, era Anís. Tras vencerla entró en otra habitación y se encotró con un hombre joven, con apariencia de vampiro: ojos azules profundos y cabello negro azulado, era Aza. Después de vencerlo entró en una sala en la que había un hombre alto y moreno, su vestimenta parecía una mezcla de un luchador profesional y un luchador de karate, tenía un pantalón muy grande, era Lotto. Por fin llegó, su último combate antes de enfrentarse al Campeón, estaba muy insegura. ¿Por qué, si su Cubchoo había evolucionado a Beartic y era muy fuerte? No podía explicarlo. En aquella habitación había una mujer jovencita, vestida de rosa pálido con un velo, un gran sombrero blanco, una larga cabellera dorada y unos ojos azules verde mar, esa chica era Catleya, el último miembro del Alto Mando que tenía que vencer.
-¿Quién eres?. ¿Quién se atreve a despertarme de mi plácido sueño de manera tan importuna?
-Lo-lo siento-susurró Shirley.
-Oh... Parece que eres tan fuerte como amable. Es interesante pero no puedo evitar bostezar pensando en la vacuidad de otro combate... Huaaa...
-Sin duda, combates con elegancia y excelencia. Y también tu equipo Pokémon hace gala de una gran clase. Me alegra haber combatido contigo-dijo Catleya tras su derrota-. Has derrotado a todos los miembros del Alto Mando, ¿verdad? En ese caso, y como has demostrado merecértelo, debes dirigirte a la sala en la que nuestro Campeón te aguarda. ¡Pero piénsatelo bien! No tiene sentido ir simplemente por ir. Si osas retarle..., ¡tienes que ir a por todas!
Shirley asintió. La estatua que estaba en medio de las cuatro puertas estaba iluminada por una aureola azul brillante. Se subió a ella y descendió al recinto del Campeón, Mirto. Cuando llegó hasta él ya era demasiado tarde, pues estaba escuchando algo... algo que no quería oir. N había vencido a Mirto.
-¡Se acabó! ¡Ningún humano volverá jamás a herir o someter a un Pokémon! ¡Gracias a mi amigo Zekrom! Aunque posees el título de Campeón, no has podido detenerme. Además, te falta… la dureza que requiere ese título. Hace años, una enfermedad se llevó a tu primer Pokémon. Y vagaste por la región de Teselia con la esperanza de poder cerrar las heridas que asolaban tu corazón. Ya ni recuerdas cuando fue la última vez que luchaste en serio. Pero no te culpo por eso. Es más, me gusta que sigas a tu corazón.
Mirto fue incapaz de hablar.
-¡Voy a asumir el mando de toda la región de Teselia erigiéndome como el Entrenador más fuerte! ¡Más que el mismísimo Campeón! ¡Y ordenaré a todos los Entrenadores que liberen a sus Pokémon! Tú y yo hemos luchado limpio, con fuerza, honor y respeto mutuo. Pero yo me he alzado con la victoria. No tienes nada más que decirme. Te estaba esperando-dijo al ver a Shirley-. Llevas contigo un Orbe, tal como vi en mi futuro. Ese Orbe Claro, ¡está reaccionando ante Zekrom! No obstante… ¡este no es lugar adecuado para los Pokémon dragón legendarios! ¡Que brote de lo más profundo! ¡Que se alce mi palacio! ¡Que este rodee la Liga Pokémon!
Y se alzó un hermoso palacio, un majestuoso y colosal palacio con muchísimas ventanas y pintado en ocre.
-¡He aquí mi palacio! ¡Las palabras de este rey resonarán desde sus torreones en los oídos del pueblo llano! Tú también vendrás al palacio. Y allí es donde se decidirá todo. Si los Pokémon se ven libres de los humanos para llevar una vida plena… o si, por el contrario, están destinados a convivir los unos con los otros. Veremos cuál de las convicciones es más fuerte: ¡la mía o la tuya!-dicho esto se fue entranto por una de las muchas escaleras que había para entrar en el Palacio de N.
Shirley se quedó boquiabierta ante tan extraña situación. En ese momento llegó Carelia.
-¡Shirley!-la llamó-. Uff, he conseguido vencer al Alto Mando por los pelos, son muy fuertes-miró a su alrededor-. ¡¿Pero que es esto?!
-Todavía no lo sabemos-le dijo Mirto y le explicó todo lo sucedido.
-¡¿Pero cómo?! ¿Cómo ha podido vencerte N?
-Ese chico es más fuerte de lo que pensábamos. Además, posee la ayuda de Zekrom. Shirley-Shirley suspiró, intuyendo las palabras del Campeón-, tendrás que enfrentarte a él.
-Si tú no has conseguido vencerle yo... Tampoco seré capaz.
-¡Shirley! Ya le has vencido varias veces, ¿por qué eres tan insegura?
-Porque... N tiene un Pokémon legendario-susurró.
-Pero tú puedes invocar a Reshiram-la tranquilizó el Campeón.
-Yo...-murmuró- tan solo soy una chica normal.
-Puedes hacerlo-la animó su amiga-. Sólo inténtalo.
Shirley asintió, poco convencida. Entró en el palacio y se encontró con lo siete Sabios, parecía que querían ponerla a prueba... otra vez. En ese momento llegaron todos los Líderes de Gimnasio de Tesalia junto a Iris.
-Sigue tu camino, Shirley-le dijo Yakón-. Nosotros nos ocuparemos de esto.
Shirley atravesó el palacio, y llegó a una sala en lo más alto de él. Pero antes de entrar Ghechis la detuvo.
-Te doy la bienvenida a ti que portas el Orbe Claro. Este palacio surgido de las entrañas de la tierra y que rodea ahora la Liga Pokémon es un símbolo del gran cambio de Teselia. Y su señor no es otro que el más fuerte de los Entrenadores, que ha derrotado al Campeón de la Liga Pokémon con el apoyo de un Pokémon legendario. Alberga en su corazón la noble intención de mejorar el mundo. Si eso no es ser un héroe, ¿qué lo es? ¡Todo está dispuesto! ¡La gente nos ha abierto su corazón! El mundo que anhelo, digo... que anhela el Equipo Plasma, ¡se hará tangible con suma facilidad! ¡Seremos los únicos amos de los Pokémon, y el mundo entero deberá obedecernos! ¡La senda ha sido larga! Parecía que mi plan maestro jamás habría de verse realizado... ¡¡Llegó el fin de tan aciagos días!! ¡Adelante, pasa! Así podré comprobar si tú también tienes las cualidades necesarias para convertirte en una heroína.
Allí estaba N, en el salón del trono.
-Deseo ver un mundo únicamente habitado por Pokémon. Verlos libres de los humanos y dueños de su propia fuerza. Bien... ¡Ha llegado la hora de librar el duelo final! ¡Estoy preparado! Y, aunque eso implique hacer daño a mis amigos Pokémon, ¡tengo fe absoluta en mi victoria! Imagino que tú también la tienes, puesto que has llegado hasta aquí. ¡Acércate y demuéstramelo! ¡¡En guardia!!-Shirley se acercó más a él-. Has llegado con la intención de combatir contra mí, y, aún así, Reshiram no ha despertado. Tal vez aún no te reconozca como héroe. ¡Qué decepción! Ahora que empezabas a caerme bien... Y yo que había visto en ti a alguien que libraba sus combates sin perder el aprecio y respeto por sus Pokémon... ¡Me he estado engañando a mí mismo todo este tiempo! ¡Es evidente que jamás nos entenderíamos por más que combatiéramos! ¡Tienes dos opciones! Puedes librar un combate en vano contra mí para la persecución de la verdad... o puedes luchar a mi lado por un mundo donde los Pokémon puedan vivir libres de los humanos.
-Jamás lucharé al lado de gente que quiere separarnos de nuestros queridos amigos, los Pokémons.
-Mmm... parece que hablas con seguridad, pero eso no te será suficiente. ¡Ven a mí, Zekrom!
Y así fue el paso de Shirley por la Liga Pokémon, la recta final de su aventura estaba a punto de comenzar, pero... sabía que Reshiram no la podía dejar sola, no en aquellos momentos.
CONTINUARÁ...
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Shirley, la heroína de Teselia
FanfictionShirley es una chica de trece años que comienza su viaje, junto a sus amigas de infancia Malva y Carelia, y su Pokémon inicial Tepig, para conseguir hacer realidad su sueño de ser la mejor Entrenadora de Teselia y ganar en la Liga Pokémon. Durante...