Jimin or Jimena (Kookmin)

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Al llegar a mi casa el cálido ambiente me acogió y al escuchar el ruido de la puerta cerrarse llega mi hermana con su pijama ya puesta y con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Traes todo? — Pregunta con un deje de emoción en sus palabras.

— Aquí está todo hermanita. — Digo mientras saco las cosas de mi mochila y ella chilla de emoción.

— ¡Esta será la mejor pijamada! — Ella me arrebata los cosméticos y me da un beso en la mejilla para después correr a su habitación lo más feliz de la vida.

Empecé a caminar lentamente hacia mi cuarto y cuando ya iba entrando escuche a mi hermana llamándome.

—¡Hermanito! ¡necesito tu ayuda! — Al escuchar sus gritos dejé mi mochila en el suelo junto de la puerta de mi habitación y fui camino a la de Rosé que está a 3 habitaciones alejada de la mía.

— ¿Qué paso? — Dije cuando llegué a la habitación.

— Necesito que me ayudes a acomodar las luces del techo.

— ¿Por qué vas a poner luces?

—Dah, para que se vea más hermosa mi habitación. — Me dio las luces y me enseño donde estaban los clavos y el martillo así que me subí a una silla y empecé a acomodar las luces primero clavando varios clavos que rodeaban toda la habitación y después colocando las series de luces cuidadosamente.

Algo que me saco de mi concentración fue escuchar la manera en que tocia mi hermana así que deje a un lado las luces y baje de la silla para verla mejor.

—¿Estas bien hermanita? — Dije con un tono de preocupación ya que nunca la había escuchado toser de esa manera tan fea y rasposa.

— Si...solo es que me va a dar un resfriado. — Fui a la cocina rápidamente y le traje un vaso lleno de agua para que refrescara un poco su garganta ya que me imagino que por la manera en que tocio le ha de haber dejado todo rasposo y adolorido.

—Gracias hermanito. — Dice al terminar de beber el vaso entero.

—No hay de qué. —Tomo el vaso y lo dejo en la lavavajillas y regrese al cuarto.

—Wow, las luces se ven muy padres. — Dice con emoción viendo como las luces intercalaban y algunas prendían y otras no.

—Bueno si no necesitas nada más creo que ya me iré a mi cuarto y ya tengo todo lo que necesito para no salir del cuarto y que tus amigas no se espanten al ver a alguien más en la casa. — Digo para dejarle un beso en la mejilla eh irme a mi cuarto.

Lo primero que hice fue cambiarme la ropa ya que estaba un poco húmeda y me la decidí cambiar por una más cómoda y de dormir.

Después de acostarme en mi cama y ver mi celular por un rato escuche como tocaban el timbre y mi hermana empezaba a saludar a sus amigas.

Paso un poco el tiempo y yo seguía viendo mi celular, pero hubo un grito que hizo que mi curiosidad saliera a flote.

— ¡Hora de aprender a maquillarse! —Fue lo que escuche de una de las amigas de Rose y la curiosidad de irme a asomar y saber cómo ellas se maquillaban me llamaba mucho la atención ya que desde que tengo memoria me ha encantado todo lo de maquillaje y las obras de artes que pueden hacer las personas con el maquillaje y en especial mujeres.

No pude más y decidí salir silenciosamente como si fuera un ladrón a escuchar como ellas hablaban ya que la puerta estaba entrecerrada y para no arriesgarme solo decidí escuchar.

—Yo lo primero que me pongo es mi primer, ¿Y ustedes? —Escucho voces desconocidas para mí.

—Yo también —Dice mi hermana con un desdén de emoción en sus palabras.