Toda una vida

Meses difíciles

Han pasado unos meses.

Mi mamá ya subió un poco de peso, pero al parecer aún le falta subir más.

Ella se ve bien, lo que es raro por que siempre está cansada.

Me informaron que mamá tiene escogido un nombre, estuve emocionado hasta que papá mencionó que todavía no querían decirlo, que quieren estar seguros...
Que por ahora será mejor no pensar demasiado en ello. Mi mamá sonrió, pero se que no quería hacerlo, sonrió acariciando su vientre con delicadeza.

Quiero saber su nombre, poder hablarle desde ahora y poder escribirlo acá, ellos dicen que es muy pronto, que uno no sabe que podría ocurrir, ¿que tendría que ocurrir?

Tampoco han comprado cosas para el bebé, ni han preparado un cuarto. Tampoco quieren saber si es niño o niña.

No quieren saberlo.
Como si fuera temporal toda su alegría y temieran aferrarse demasiado.

Tienen miedo, al igual que mi tía.

Así que sólo dicen que cuando el bebé venga comprarán muchas cosas, bueno, mi tía y yo iremos rápidamente en cuanto sepamos que el bebé esta “bien” para que llegue a casa con todo lo necesario.

Por mientras mi mamá va mucho al médico, acompañada con mi papá.
Los primeros meses el doctor venia, pero aconsejo que era bueno que saliera y caminara un poco, así que ahora salen.

Salen mucho, únicamente al doctor comprando cosas de paso.
Como se ven ocupados con ello mi tía debe cuidarme.

Todos estos días.
Despertamos todos juntos, desayunamos, mis papás me llevan a la escuela y entonces en la salida mi tía va por mi, pues a esa hora tienen que ir al doctor.

Ella me lleva de la mano, hasta su casa, siempre a su casa, compramos algunas cosas para comer.

Llegamos, ahora su casa esta más arreglada, aunque apenas tiene muebles pues siempre está con nosotros.
Es muy limpio todo, me sienta y empieza a cocinar.

Ahora que lo pienso, tiene tiempo que sólo cocina ella, no recuerdo comer algo de mamá, además de algún emparedado.

Mi tía trajo su ropa aquí, ella pasa poco tiempo aquí pero se esmera por que sea un lugar cómodo, a pesar de tener que cuidar de su hermana, de papá y de mi.
Ella no se queja.

Mi tía ya no lleva tacones.
Ella tiene muchos, de muchos colores y estilos, le gustan pero por lo que ahora hace se le dificulta llevarlos, usa unos tenis o sandalias que eran de mamá.

Apesar de eso siempre pinta sus labios.
Lo hace con cuidado, a mi me gusta ver cuando lo hace por que se mira muy linda y muy interesada en ello.
Siempre me descubre, me sonríe y me da un beso, dejando marcado sus labios en mi mejilla o frente.

Antes mi tía solo llevaba el cabello suelto, siempre me gustó su cabello, ahora también lo usa atado.
Solo lo suelta cuando termina de todo y esta lista para jugar.

Si, aún cansada juega.

Yo le digo que ya no soy un niño, ella me despeina y continúa.

Cuando llegan mis papás, salímos de su casa y vamos directo a la mía, mi tía tiene llaves.

Mamá esta usualmente sentada frente a la mesa, con un bote de helado o algo de comida que me compra.
El helado no es muy dulce, me gusta mucho.

Así que me siento con ellos a comer helado mientras mi tía va a calentar.

Cuando al fin esta servido de nuevo, es platica de adultos.

Mi tía le hace un montón de preguntas a mamá y papá.

Yo me dedico a comer.

No quiero escuchar,
No lo quiero.

Así que gritaba con todas mis fuerzas en mis pensamientos para no escuchar.
No quería saber.
Por que aún con susurros yo podría entender y yo no quería hacerlo.

Mamá entonces duerme
Ella duerme antes que todos, incluso antes que yo.

Papá me leé sus libros en mi cuarto, yo siempre le pregunto mil cosas, y él busca entre las páginas hasta encontrar una respuesta, no está satisfecho sin una.
Yo disfruto verlo buscar, sus ojos se iluminan como niño con juguete nuevo, aunque son sus libros viejos....

Así han sido usualmente mis días.

Algunos otros vienen nuestros vecinos, los señores que ese día conocí, traen comida o dulces, cosas que mi tía acepta muy apenada y agradecida, eso le ahorra trabajo.

Platican.
El señor siempre serio, casi podría asustar si no se viera tan gracioso comiendo galletas.

Es muy amable, sólo es callado, como observando todo a su alrededor.

Les gusta ver mis juguetes, o mis cosas.
Les parece curiosos los libros que tengo.
Les tengo que explicar que muchas cosas todavía no las entiendo pero me gustan, ambos siempre me sonríen animados, parecen entender.

Ellos se ven realmente felices junto a un niño, y eso que no soy el niño más energético del vecindario, deben extrañar a su nieta...

Me pregunto, ¿que clase de niño o niña será el bebé?

¿Será como yo?¿Aburrido? ¿Como otros niños dicen?.

Espero que no,
Espero que le agrade a los demás, que tenga amigos.
Incluso si le caigo mal yo...

Espero pronto saber su nombre, espero me lo digan.