Toda una vida

Un lugar

Estaba emocionado por volver a la escuela, sabes, hasta que Tomoe comento algo sobre “Amigos”

Había olvidado por completo que debía soportar a mis compañeros, claro, ya no se metían conmigo, pero ahora pasaban totalmente de mi, con miedo quizás, después de que se corrió el rumor de mi golpeando a un par de ellos y claro, ellos llorando como tontos, pues pronto me han tenido miedo.

No le diré a mi familia, pero me gusta, me gusta saber que no tengo que lidiar con ellos, y que al fin me respetan, ahora estoy preparado por si algún tonto intenta burlarse de mi o de mi familia, eso no volverá a pasar.

Además así me dejan estudiar a gusto.

A Tomoe le va bien, tiene amigos, bueno, juega con los vecinos y sus compañeros, me alegra que él no tuviera que lidiar con estas cosas.

Así que papá me llevo a la escuela, me dio mi almuerzo, me dirigí al nuevo salón, buscando lugar con la mirada.

Estuve parado algunos minutos, hasta que la vi.

Una niña agitando sus manos, con una gran sonrisa, tratando de llamar mi atención.

Por ese momento pude notar a mis compañeros mirándola como si estuviera loca por hablarme, quise evitar que la mirarán así, y me senté justo a su lado, donde ella señalaba.

La profesora ya estaba en la puerta, hablando con el director, mis compañeros jugando lo más silencioso que podían.

Saque mi libro, y mis demás cosas, cuando sentí que alguien me tocaba el hombro, no voy a mentir, me asuste un poco, pero quise saber que quería.

Era la misma niña, no escondí mi molestia, pensé que se había acabado y ahí estaba ella al lado mio, sonriendo, incluso ante mi molestia

“Hola Souichi”

Me saludo, por mi nombre, entonces me sentí avergonzado por no saber su nombre, pero ella no esperaba que lo supiera, por que se presentó de inmediato, me pregunto si había hecho la tarea, conteste que no se la pasaría, porque para eso es para lo único que suelen hablar.

Ella rió, y negó, me acerco su libreta orgullosa de enseñar que la había hecho. Me miró, esperando que dijera algo, pero sólo pude decir: bien, no sé qué esperaba que dijera.

Entonces entro la maestra, todos se sentaron, y empezamos el día.

Mientras, recordé o me pareció recordar quien era ella, es una de esas niñas que nunca hacen nada, eso debe explicar su orgullo por la tarea, pero estoy seguro que nunca me la ha pedido, no como los demás.
Cuando es regañada suele aceptarlo.

Lo recordé por la profesora que se sorprendió al verla entregar la tarea.

También nuestros compañeros se sorprendieron, pero ellos lo usaron para burlarse, y ella se reía, como si en lugar del chiste estuvieran charlando con ella.

Tonta.

No me hablo durante el resto del día, cosa que me hizo pensar que había sido amable, más cuando la vi comer con las demás niñas, quiso intentarlo y eso estaba bien para mi, no pensé mucho en eso hasta la salida.

Mi papá ya me estaba esperando, iba con Tomoe tomado de su mano, yo iba a ellos, cuando alguien jalo de mi mochila, era ella, el jalón me dejo justo a su lado, me detuvo, me moleste y quise empujarla pero antes de darme la oportunidad me soltó como si nada saludo a mi padre, a Tomoe a la distancia, y me dijo adiós de nuevo sonriendo.

Se alejó en la dirección contraria con un par de niñas.

Tomoe no tardó en burlarse de mi, y papá tenía una sonrisa boba en la cara, quizá al fin feliz, quizá pensando que era una amiga, me conoce así que decidió hablar de otras cosas, como las clases, y seguro pensó que hablaré cuando quiera, le contará a mamá y a mi tía, ilusionados con que hice una amiga.

Pero no es así, sólo es una compañera, como todos que quiso ser amable, mi familia debería aceptar que no me interesa tener amigos, que me basta con ellos, pero no les quitare este día de ilusión.