Había estado demasiado ocupado para notar las malas intenciones, fui muy estúpido.
En el curso de invierno.
Mi vida llevaba un camino normal hasta ese día.Era yo, de pronto había personas que me llamaban “Senpai”, de pronto había encontrado mi lugar, la universidad era ese lugar, nadie me molestaba, nadie se metía conmigo. Habia quizás un par de compañeros que al inicio intentaron hacer amistad conmigo, cosa que evadi, también un chico muy insistente en presentarse, yo olvidaba su nombre cada vez, suponía que su intención era preguntar sobre temas de la escuela y que le faltaba valor para hacerlo por mi fama para nada agradable, los estudiantes más jóvenes suelen ser algo tímidos.
Estaba sentado en una de los bancos del jardín, bajo un árbol que se quedaba sin hojas, que crujía un poco algunas ramas viejas, por el frío no muchos estudiantes solían pasar por ahí, lo que me daba espacio para leer sin ser interrumpido.
Estaba leyendo una enciclopedia de venenos, cuando un chico se acercó a mi preguntándome que leía, nisiquiera le dirigí la mirada, no despegue mis ojos de mi lectura y lo mande a callar, fui tajante en realidad al decir que no había tenido tiempo para mi. Era insistente, lo que me habría hecho enfadar de inmediato pero captó mi atención al mencionar que había visto un especial en la televisión sobre venenos en un canal educativo, me llamo la atención y lo asuste un poco pero de inmediato le pregunte si era el del mes pasado y respondió que si, extrañamente emocionado, después de un momento se ofreció a que lo viéramos en su casa.
Su emoción me hizo sentir extraño, actuaba como si le estuviera haciendo un favor con sólo ir, aunque el me hacía el favor al invitarme. Yo no soy la clase de persona que acepta invitaciones pero al verlo no sentí incomodidad con él, lo que fue raro para mi.Le explique que ese día saldría tarde y dijo que estaba bien, que iría a su casa y regresaría.
Le agradecí, olvidando por un segundo la lectura.
En la noche fue cuando fui más estúpido que nunca. Cuando cometí un gran error.
Parecía un niño, bueno, al menos me sentía así en el interior, extrañamente impaciente por salir y ver si aquel joven estaba ahí, mi pensamiento en aquel momento “Finalmente algo de buena suerte y se me va” pensando en que quizá se lo explicaría mañana tratando de recordar su nombre, eso después de ver el reloj una vez más y ver lo tarde que era.
Estaba lavando lo último que ocupamos cuando el profesor asistente Miyoshi.
Recuerdo cuando conocí a Miyoshi, un tiempo antes de aquel incidente.
Él no era la clase de persona que verías como profesor, de hecho no tenía mucho tiempo en la universidad. Aparentaba más edad de la que tenia con aquel bigote, a diferencia de otros profesores el sólo era callado y retraído, no era como otros profesores que eran callados, exigentes, que imponían al llegar, parecía no tener nada que decir, y eso era más notorio cuando yo me encontraba cerca.
Yo buscaba estar en el laboratorio, era lo que yo quería, sabía que para ello debía ser un gran estudiante, no bueno, excelente, llamar la atención de los profesores y demostrar de lo que era capaz.
Pese a mi personalidad con este carácter muchos de los profesores me tomaron estima con rapidez. Yo no soy de mostrar, pero me sentía orgulloso de aquello, admiraba a aquellos profesores.
Cuando se me presentó la oportunidad de asistir al profesor Miyoshi, no lo dude en absoluto, sabía que aquello me serviría mucho.El profesor Miyoshi, era un hombre retraído, no le prestaba mucha atención, no me interesaba en lo más mínimo, no le admiraba como a otros profesores, pero ponía todo de mi parte por hacer un buen trabajo y aprender de él.
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Toda una vida
Fiksi Penggemar"Esto, esto como todo, también fue un error... " Historia que relata la vida de Souichi Tatsumi, quien fue, que lo hizo ser lo que ahora es. Su pasado, lo que imagino que fue. Segunda parte: Toda una vida II Personajes de Hinako Takanaga