Es irónico que una fecha llena de magia y felicidad como es Navidad, les encante a ellos también. Es extraño para quien sepa el infierno al que fueron obligados a vivir y que ahora dominan, que ahora es suyo. Cómo podrían personas tan tristes amar algo que se colma de esperanza, luz y felicidad.
Pero Naruto ama la navidad por su concepto. Un día donde se reúnen para revivir una historia pasada, un día donde todos fingen ser felices y se perdonan, se obligan a ser buenos. Es como si todos fingieran ser ellos, una vez al año. Le gusta porque hay tanta nieve que el suelo ya no es suelo, es nube. Le gusta porque no hay diferencia entre estar dentro de la helada casa y fuera de ella.
Le gusta porque puede sostener la mano de Sasuke, siempre es la izquierda, y la pega a su boca y saca vapor para calentar sus dedos congelados. Y le gustan las luces que hay fuera de las casas. Son los días en los que encuentra más excusas para no salir de casa, también. Sasuke comparte con él, esta idea. Ambos se mantienen en el frío suelo de su casa, con una cobija abrazándoles necia en darles calor, a veces beben café... a veces comen dos galletas y se siguen mirando.
Escuchan los ecos de canciones navideñas y risas. Se imaginan que esa no es su aldea, sino la aldea de cuando eran niños, la aldea con maestros y amigos que darían su vida por ellos, imaginan que su dolor puede no existir en un futuro, aun sabiendo que ellos no existen sin dolor. Esos días, cercanos a la fecha, Naruto le compra un pan calientito a Sasuke, recibe también la última hoja seca de un árbol como regalo (tiene guardadas ya seis en una libreta donde no ha escrito más que el nombre de Sasuke).
En fechas cercanas a navidad, van de vez en cuando a un bar con sus compañeros ninjas y todos fingen reír y divertirse y de vez en cuando miran a ambos y les sonríen como si en otra vida, se fueran a ver. Naruto puede sostener la mano de su compañero y le promete irse cuando el otro lo haga, en todos los sentidos.
Ama la fecha de navidad, en la noche. Se recuesta en la cama y hacen el amor. Sin excusas de poder, sin miedos, sin dulzura tampoco. Ya no son nuevos en esto, pero tampoco están hartos. Es algo natural, algo que se les antoja en el frío y la soledad de una casa oscura y sin luces, contrastando con todas, demostrando las almas sin adornos que también son ellos dos. Le encanta, por ejemplo, verlo leer su libro, su colega libro, y lograr que caiga al suelo olvidado solo con besos.
Ama navidad porque Sasuke le sonríe mientras abre la ventana y se cubre con el cobertor el cuerpo desnudo y entregado ya al otro. En navidad, se permiten ser enamorados, amantes, novios, amigos y humanos. Todo al mismo tiempo. Pueden ser niños y a veces, en ocasiones cortitas, Naruto acerca su boca al oído y le susurra un "te quiero" que logra que Sasuke le abrace. Es un conjuro de amor, supone.
El "te quiero".
La navidad.