Hay historias que nunca fueron contadas, que merecían ser relatadas. Hay historias que debieron tener un comienzo, que merecían tener una oportunidad. Hay historias que nunca debieron haber terminado, que merecían una eternidad.
Sero Hanta es un chi...
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La sala se quedo completamente callada por un instante analizando las palabras de Uraraka.
¿Habían escuchado mal?
¿Realmente lo que dijo era verdad?
¿era alguna clase de cruel broma de televisión?
Su mirada de consterno fue notada por la castaña quien no tardo en estar confundida por la reacción de los empleados. Su sonrisa se tenso y su ceño se frunció haciendo que el resto dudara de la verdad. Pero luego recordaron que Uraraka jamas jugaría con algo tan delicado, mas tratándose de su sueño. Mas tratándose de lo pésimas que son sus bromas.
—¡¿QUE?!—gritaron todos al mismo tiempo.
—¿lo que dices es verdad, Uraraka?—pregunta Iida con un movimiento de manos roboticos que todos ya habían acostumbrado a ver en el chico.
—claro que si, yo no jugaría con eso, es una de mis metas llegar a esta gala.
—¡no lo puedo creer!—grita Mina saltando en su lugar levantando los brazos en aire cantando de alegria—¡esto es realmente increíble!
—¡iremos a el gran evento! ¡Kishossa realmente ha llegado lejos!—añade Jirou con la emoción en sus palabras pero no exagerando sus movimientos como el resto.
—no entiendo¿por que se emocionan por eso?—pregunta Kaminari haciendo que todos se detengan en seco y le miren fijamente—no me miren así—dice mientras le recorre un escalofrío por la espalda—dan miedo...
—Kaminari ¿Conoces a Itsuka kendo?—pregunta Midoriya.
—no lo se... ¿es bonita?—pregunta juguetón.
—valla que lo es—vuelve decir Midoriya—ella es una de las mujeres mas conocidas en el país, mas por salvar a una empresa de la bancarrota, desde hace cinco años realiza una gala de año nuevo donde asisten los cinco negocios mas reconocidos, se dice que el que diga el discurso de año nuevo tendrá un prospero año y su negocio crecerá volviendo mas estable—las palabras de Midoriya salen a gran velocidad y Kaminari a penas y puede entender lo que dice.
—o sea que es como un ritual para la buena suerte—dice en términos simples—¡vaya! ahora entiendo.
—como somos los invitados de honor, nos toca el discurso de año nuevo y he decidido que el encargado de decirlo sea Sero—todos aplauden unísonos al chico dando sus animos que no parecen ser del todo cómodos para el.
—¿realmente quieres eso?—pregunta inseguro de la decisión de la castaña—digo... todo esto es debido a todos ustedes, me sentiría realmente mal si soy yo quien diga el discurso ya que casi todo el año escape de mi responsabilidad.
—¿y eso que importa?—dice Kaminari entusiasta como siempre—creo que es un gran privilegio que debes tomar.
