Hay historias que nunca fueron contadas, que merecían ser relatadas. Hay historias que debieron tener un comienzo, que merecían tener una oportunidad. Hay historias que nunca debieron haber terminado, que merecían una eternidad.
Sero Hanta es un chi...
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Sero se abrazo al cuerpo de Kaminari olvidándose repentinamente de lo que sentía por él, lo único que lograba pensar en ese momento era el miedo que tenia. Sus ojos se mantenían cerrados mientras sentía como el aire se rompía a su paso. Se quedo pegado a Kaminari con el miedo de caer, con el miedo de morir.
Los pocos mechones de cabello que salían del casco se movían por la velocidad a la que iban despeinándose por completo, su chamarra parecía volar en los aires moviéndose de un lado al otro mientras avanzaba. Los únicos momentos en los que podía sentir tranquilidad era cuando se detenían en el semáforo.
En un momento, mientras mantenía sus ojos cerrados pudo escuchar el corazón de Kaminari, un latido calmado y melodioso que parecía ser un ronroneo, su respiración era tan pacifica que de la nada solo se concentro en ella. Su mente quedo en blanco, nuevamente ese aburrido blanco. Poco a poco sintiendo el calor de Kaminari y luego pudo oler el aroma de su perfume, no era un aroma escandaloso era un suave aroma que le bendecía y hacia que su corazón brincara de alegría. Ese mundo en blanco comenzó a romperse cuando sus ojos comenzaron a abrirse. Pudo sentir el viento impactar en sus ojos y hacerlos llorar casi de inmediato, cuando vio las calles quedarse atrás a gran velocidad nuevamente el miedo se goberno de su cuerpo y ejerció mas presión en el agarre que Kaminari logro sentir.
El rubio soltó una ligera risa sin abandonar su vista del frente. Sabia que Sero había abierto sus ojos, sabia que el estaba mirando todo a su alrededor, así que disminuyo un poco la velocidad.
El cambio fue levemente notorio, Sero vio como los edificios y luces pasaban mas lentamente, el viento frío no era tan duro que le hacia llorar, y solo podría disfrutarlo. Sero termino de abrir sus ojos para mirar el cielo sobre su cabeza, un cielo estrellado que no parecía moverse. Su cuerpo se fue aligerando, el miedo comenzó a desaparecer hasta que aquella roca puedo flotar nuevamente sobre el agua, era diferente a lo que creía, se sentía bastante agradable la sensación del aire dando contra su rostro.
Sero fue soltando su agarre lentamente haciendo que Kaminari comenzara a extrañar su calor, por una parte se sintió feliz de hacerlo disfrutar de algo que repudiaba con toda su alma, pero por otro lado quería que le siguiera abrazando como lo había hecho hasta entonces.
Mientras subían la colina Sero pudo ver las luces de la ciudad reflejarse en el rio, se quedo completamente asombrado por la maravillosa vista que podía tener desde aquel lugar. Sus ojos se llenaron de un brillo espectacular mientras que su corazón comenzó a revolotear del encanto. Estaba enamorado de aquella vista, no sabia si era el escenario, el panorama, el viento acariciar su cara, las luces, el rio o la persona a la que aun se mantenía abrazado.
—¿y que tal?—pregunta Kaminari rompiendo el silencio.
—¿este es tu mundo?—pregunta aun observando el panorama a su alrededor—Kaminari... esto es asombroso—el rubio quiere gritar de felicidad pero se contiene a tal punto que si no lo suelta terminara ahogándose.—tu mundo es hermoso...
