Mean
En plena oscuridad, de madrugada, incapaz de conciliar el sueño sigo acostado en mi cama, apretando mis dedos sobre mi piel desnuda, provocándome incluso dolor mediante pellizcos que dejaran marca sin importarme lo más mínimo.
Arrastrando mi cuerpo fuera de la cama deslizo mis pies descalzos por el suelo, sin molestarme en encender una misera luz, saliendo de la habitación, encaminándome hasta la cocina donde no me privo de tomar asiento, no sin antes servirme en una copa el vino suficiente para pasar el tiempo suficiente aquí y no volver a mi habitación donde pasaré horas y horas sin conciliar el sueño.
— ¿Despierto a las tres de la madrugada?
Dando un trago me giro hacia la puerta, frunciendo el ceño cuando le veo entrar, sentarse sin ser invitado por mi, lo cual por obvias razones no haré ni borracho, dándole la espalda, siguiendo como si no estuviese disfrutando de la rojiza bebida que vuelvo a deslizar por entre mis labios, degustándolo, saboreándolo, tragándolo, sintiéndolo pesado porque no he cenado siquiera.
— No deberías beber con el estomago vacio —aprieto mis manos en mi abdomen, clavándome las uñas —acabarás pegado a la taza del váter toda la noche y te aseguro que no es agradable.
— No es asunto tuyo lo que haga o deje de hacer asique dejame en paz —termino el vino sirviéndome más —¿no me has escuchado? Quiero que te vayas, a ser posible de esta casa, y como veo que no será así entonces puedes desaparecer de mi vida y encerrarte en tu habitación. No me caes bien, no me gustas, no te acepto y si me quiero emborrachar o quiero dormir pegado a la maldita taza del baño vomitando cuando mi estomago lo pida así será y tu no eres quien para decirme que está bien o que mal.
Vaciando el contenido de la copa en la botella me pongo en pie, sintiendo un ligero mareo, saliendo de la cocina, yendo a mi cuarto donde me siento en el suelo junto a la ventana, bebiendo trago a trago el vino, sintiendo ardor en los minutos próximos a cada trago, sintiéndome tan desgraciado como las nauseas se hacen presentes, ignorándolas, siguiendo bebiendo hasta la última gota o quizá hasta que me quedo dormido, la verdad no tengo ni la menos idea.
Pesadez física, nauseas, ardores que pasan a ser un quemazón demasiado fuerte en cada uno de mis órganos, dolor de cabeza, de cuello por como he dormido. Incorporándome despacio, levantándome del suelo intento ganar la batalla a todo eso saliendo de mi habitación, llegando así a la cocina donde me sirvo sin esperar a que lo hagan por mi una taza cargada de café puro, tomándomelo de un solo trago, sintiéndome mejor pero peor al mismo tiempo, dejándome caer en una de las sillas libres.
— Señorito Phiravich —gruño como respuesta —su padre me pidió que le comunicase que debe acompañar hoy al señorito Kijworalak.
— ¿Quien es ese? ¿Otro chico al que tengo que ir a buscar? —miro a la mujer a mi lado —estoy que me muero. Como comprenderás lo último que me apetece hacer es de niñero de otro niñato sin casa o vida propia.
— No tienes que ir a recoger a nadie porque soy yo —el que faltaba —no necesito que me lleve a ningún lugar. Será mejor que desayune, se de una ducha y duerma para que se le pase el efecto del alcohol que ha tomado en ayunas.
Cogiendo el vaso de zumo a mi lado, irritado de escucharle lanzo el liquido hacia su cara, empapándole de zumo de naranja, levantándome con tal brusquedad que la silla cae al suelo.
— Duchate tu que eres el que está sucio —salgo de la cocina yendo al cuarto de baño.
Cerrando con seguro si hago una de las cosas que ha nombrado, dejando mi pantalón en el suelo quedando así desnudo. El agua fría cayendo sobre mi cabeza, mi cuerpo entero, relaja un poco la tensión acumulada al igual que todo el malestar concentrado en mi ser. Enjabonando mi cuerpo, mi pelo enmarañado, siento menos dolor de cabeza aunque no sea realmente por eso, saliendo una vez ya no queda ni rastro de jabón, secándome minuciosamente, yendo a mi habitación unicamente con la toalla, vistiéndome un pantalón corto y una camiseta sin mangas, ocupando ahora el largo sofá del salón, dispuesto a ver la television, ignorando a cierto invitado de mi padre sentado en el otro sofá, cruzándome de brazos centrado unicamente en la pantalla, en la película hasta que poco a poco el sueño me va venciendo, cayendo de forma profunda.
Plann
No me he sentado en el sofá opuesto a Mean para molestarle sino porque las ganas de salir con el calor que hace son nulas y en esta casa por muy grande que sea no hay gran cosa que hacer.
Viendo la película que él estaba viendo intento entretenerme, incapaz de centrar mi atención cuando no noto movimiento al otro lado de donde me encuentro, viéndole profundamente dormido, su brazo colgado rozando su mano el suelo. Acercándome con cuidado sostengo de la misma forma su mano, asegurándome que no se despierta antes de dejarla sobre su abdomen. Encontrando una manta fina, suficiente para no enfriarse pero tampoco acabar con un golpe de calor atacándole, le cubro, apagando la television, sentándome de nuevo en el sofá, entreteniéndome con mi móvil, dejándole dormir.
Recién dan las tres de la tarde según el reloj de la cocina. Hace algo más de una hora que he terminado de comer. Mirando a la mujer encargada de preparar la comida cojo un plato limpio, pidiéndole amablemente que sirva algo de comida, colocándolo junto a un vaso de agua y cubiertos en una bandeja, yendo al salón donde él sigue durmiendo. Colocándolo de forma cuidadosa sobre la mesa de centro me acerco, rozando sin presionar su brazo, moviéndolo hasta que separando sus parpados abre los ojos, mirándome aún claramente adormilado.
— Dejame dormir —me intenta dar la espalda pero le detengo —¿qué quieres?
— Te he traído comida —señalo la bandeja que mira sin apenas moverse —me da igual si te caigo bien o mal porque eres un idiota pero come que tu estomago no tiene la culpa de que seas un creído, un borde y un capullo que no sabe tratar a la gente con respeto.
Dejándole tal cual, poniéndome en pie, salgo de la sala yendo a la salida, encontrándome con su padre, ese hombre que tan amablemente me ha acogido por un mes en su casa, haciendo una reverencia educada, dispuesto a salir, prometiendo volver antes de que anochezca, dirigiéndome al centro de la ciudad donde tengo la intención de pasar las próximas horas y distraerme lo suficiente.
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Cuando nadie ve
FanfictionMean es una persona con un caracter dificil y lo hará notar cuando conozca a Plann, hijo de un amigo de su padre, quien no tendrá en problema en retarle siempre que tenga oportunidad, sacandole de quicio pero abriendole los ojos. Cuando nadie ve, es...