Plann
Desde el interior del taxi he podido ver como esas dos mujeres salían de la casa de Mean, marchándose antes de pagar y bajarme del vehículo, acercándome cada vez más curioso a él, mirándole a los ojos cuando de la nada toma mi mano, con total libertad, entrelazando sus dedos entre los míos, apretándola cuando la puerta de su casa es cerrada a mi espalda.
— No se si temer o confiar y no decir nada —no me mira en ningún momento, llevándome hasta el comedor —Mean al menos podrías decir algo.
— Plann el silencio no hace daño a nadie —ahora si me mira —solo deja que pasen las cosas, que te lleve al comedor, te muestre que no soy un cretino de esos que llevan al chico que quiere a un restaurante carísimo pudiendo esforzarse en algo más íntimo y personal.
Abriendo la boca dispuesto a decir algo bajo su atenta mirada me quedo finalmente callado, respirando de forma que la presión en mi interior crece como si me hubiese excedido.
Con su mano y la mia aún unidas le sigo ya si entrando al comedor, quedándome ahora si sin palabras al ver todo tan perfectamente decorado, la mesa con un mantel de un tono crema que hace un ambiente más relajado, al igual que las velas y el suave olor que desprenden. La vajilla, platos, copas, cubiertos, incluso la comida que ocupa toda la mesa y desprende un olor delicioso hace a mi estomago gruñir pero también a mi corazón, el cual late tan fuerte que podría salir de su lugar en cualquier momento y no darme cuenta.
Saliendo del ensimismamiento en el que me he quedado sin moverme de donde estoy junto a la puerta aún, veo a Mean acercándose al lado izquierdo de la mesa, mover la silla sin quitar su atención de mi. Acercándome tomo asiento, sintiendo mis piernas como si fuesen de gelatina en cada paso que he dado. Viendo todo más de cerca no puedo estar más sorprendido, incluso por el jarrón a juego del mantel que porta un pequeño ramo con flores que reconozco a la perfección por ser mis favoritas, curioso por saber como es que lo sabe, sin atreverme a preguntarlo ni cuando llena mi copa, mi plato explicándome que es lo que vamos a cenar, sintiéndome en cierto modo idiota por haberle subestimado tan pronto.
— Plann —miro a Mean —¿te encuentras bien? Me sorprende que estés tan callado.
— Estoy sorprendido porque tu hayas sido capaz de preparar todo esto solo —cojo los palillos —te he subestimado demasiado pronto.
— No es que yo no haya dado razones para que no lo hicieses —imita mi gesto —pero no hablemos de eso y comamos antes de que se enfríe.
Asiento despacio, tomando un poco de comida de mi plato, llevándomelo a la boca incapaz de mirarle, sintiendo mis mejillas arder, seguro incluso que teñirse de un rojizo tono que me delate demasiado, cerrando los ojos cuando el delicioso sabor roza mi paladar, despierta una agradable sensación en mi interior, incapaz de dejar de comer, incluso cuando escucho su risa, viéndole ahora comer, con más calma que yo por supuesto, sonriendo cuando una mancha en la comisura de sus labios se hace visible, alargando mi mano, limpiándole con demasiada calma, sosteniendo su mirada con la mia propia, sintiendo como despierta en mi de nuevo esa sensación, ese hormigueo en mi interior y no por el hambre que pueda tener.
— Mean.. —le veo acercarse a mi —yo.. yo..
Cubriendo mis labios con sus dedos, mirándole aún a los ojos, reteniendo las palabras que quieren salir, me tenso por un momento, cerrando los ojos cuando el roce de sus labios sobre los míos se vuelve más intenso, más real, moviendo los míos al mismo ritmo que los suyos, dejando caer los palillos donde sea, poniéndome en pie, siguiendo cada paso que Mean da, olvidándonos de la cena, importando solo nosotros, sus labios y los míos encajados, su respiración acelerada al igual que la mia.
Separándome un poco, acercando más mi cuerpo al suyo, alineando mi cuello donde sus labios ahora dejan un camino de besos no puedo más que aferrarme a él, dejarme llevar, ahogando un gemido que de pronto escapa cuando me quita la camisa que llevo puesta, sosteniendo su rostro entre mis manos en el momento en que un beso cae en mi vientre.
— ¿Qué quieres Plann?
Agachándome lo suficiente esta vez inicio yo el beso, abrazándome a su cuello en cuanto se pone en pie, superando la distancia que nos separa de su cama, dejando caer su camisa que torpemente le he quitado, sintiendo la suavidad de su piel sobre la mia, acostados ahora en su cama. Sus labios vuelven a adueñarse de mi cuello, tensándome por un momento al escuchar el cierre de mi pantalón siendo bajado al igual que la prenda en si, sin detenerle esta vez, haciendo lo mismo con el suyo, dibujando un paciente camino de besos por su cuerpo, tragando saliva al llegar a ese punto exacto, atreviéndome a rozar la goma de su ropa interior, besando de nuevo esos labios, quitándosela, no preocupándome por dar este paso aunque sienta demasiados nervios, quedando de nuevo bajo su cuerpo, los dos desnudos ahora.
— ¿Estás seguro? —asiento, cerrando los ojos.
Apretando mis manos en su espalda, arqueando mi cuerpo, tensando mis piernas en el instante en que un dedo de Mean invade ese punto en mi anatomía, ese que ni yo me atreví a explorar nunca, escapando un gemido de entre mis labios cuando un segundo es introducido, apretando ahora mis manos sobre la almohada bajo mi cabeza, incapaz a penas de controlar mi respiración y la extraña sensación que deja esos cuidadosos movimientos, el vacio no mucho después, aceptando los labios de Mean por un momento, mirándole confundido.
— Antes de nada Plann.. no puedo hacer esto sin preguntarte algo.
— ¿Qué quieres preguntarme?
Viéndole tomar mis manos entre las suyas, con una evidente y nerviosa sonrisa en su rostro, espero, temiendo por lo que quiere preguntarme, creyendo por un momento que está arrepintiéndose ya de esto.
— ¿Quieres ser mi novio Rathavit Kijworalak?
Mirándole a los ojos, buscando un indicio de broma, no alcanzo a ver ni un mínimo de ello pero si sinceridad, no dudo en asentir, incapaz de controlar mi propia risa cuando me besa, no los labios sino toda la cara, el cuello incluso, fundiéndonos en un beso tan paciente como los anteriores, permitiéndole en un momento el acceso a su lengua unida ahora a la mia, sintiendo demasiado calor ahora, los nervios invadiéndome una vez más al notar la presión entre mis piernas, su cuerpo moviéndose, quedando más cerca de su cuerpo, despertando un intenso dolor en la parte baja de mi cuerpo procurando no quejarme, no moverme, aguantarlo lo mejor posible, clavando mis uñas en su espalda, arqueando la mia propia siendo nuestra unión física completa.
— ¿Te he hecho daño? —niego aunque si duela —puedo solo..
Niego, acercándole, iniciando un beso que ya en ningún momento interrumpimos. Enlazando nuestras manos sobre mi cabeza, apretando las mías bajo las suyas con cada movimiento sobre mi cuerpo, entre mis piernas, sintiendo cada vez que se desliza en mi interior, notando incluso su miedo, los gemidos ahogados en mi boca, los míos que no se mantienen ocultos tampoco, besándonos de forma más intensa, cálida, perfecta, creciendo la presión en mi interior, esa cálida y extraña sensación, la humedad que se desliza entre mis muslos, su miembro apretado entre mis músculos, siendo la mejor sensación que he podido podre sentir en toda mi vida, abrazándome a mi novio, sentándome sobre sus piernas, moviendo mis caderas, llevándole a un intenso y merecido orgasmo, el primero juntos.
— Te late el corazón a mil por hora.
— Mi novio es el principal responsable de eso —suena tan bien dicho por él —deberíamos darnos un baño.
Niego, aferrándome mejor a su cuerpo, sobre Mean aún acostado con mi cabeza descansando sobre su pecho, escuchando cada latido de su corazón, dejando un pequeño beso incluso en ese punto exacto, en sus labios, dejándome caer a su lado, cubriéndome con la fina sábana, aún abrazando su cuerpo.
— ¿Estás bien seguro? —asiento, cerrando los ojos —eres un dormilón de primera novio mio.
Sonriendo, adormilado, asiento, creo, abrazándome mejor a su cuerpo, quedándome casi dormido con todas esas sensaciones revoloteando aún en mi interior, sin importarme cuan pegajosa se sienta mi piel ahora, feliz por no haber ya más barreras, más tensión entre nosotros, volviendo a mirarle, sonriendo teniendo su precioso rostro a escasos centímetros del mio, acariciándolo con cuidado de no despertarle, durmiéndome finalmente también.
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Cuando nadie ve
FanficMean es una persona con un caracter dificil y lo hará notar cuando conozca a Plann, hijo de un amigo de su padre, quien no tendrá en problema en retarle siempre que tenga oportunidad, sacandole de quicio pero abriendole los ojos. Cuando nadie ve, es...