Capítulo 27

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Julia

Lo cierto es que no llegué muy lejos ya que el director me detuvo.

- ¡Guzmán! ¿Por qué corre? ¿Qué pasó? -

- ¡Julia! - Ni siquiera quise voltearme a verlo. No hubo necesidad de decir nada más.

- ¡Usted! Vaya al salón ahora mismo - Agustín pasó por mi lado sin decir nada y volvió al salón. - Pase Guzmán - Me indicó la puerta de la dirección y entré. Él se acomodó en su sillón y me entregó unos pañuelos para mi nariz. Los acepté agradecida. - ¿Su compañero intentó lastimarla? -

- No - Negué rápidamente y luego cambié mi tono. Si hablaba muy desesperada iba a parecer que mentía. - Agustín no me hizo ni intentó hacerme nada malo. Le estaba contando un problema personal, de mi familia, y me largué a llorar. Me dio un poco de vergüenza que me vea así y me fui. Por eso después salió llamándome, para no dejarme sola. Me conoce y sabe que soy sensible -

El director se limitó a comprender que nada más había sucedido y lo dejó pasar.

- ¿Necesita hacer algún llamado así la pasa a retirar alguien? - En ese momento pensé en Carlos y asentí.

Salió de la dirección y me dejó sola con el teléfono.
Llamé a su casa dos veces y nadie atendió. Recordé que me había dado el número de la casa de su amigo ya que solía estar ahí seguido. Esta vez sí me atendieron y era un hombre.

- ¿Hola? - Supuse que era él. - Papá ¿sos vos? - Fruncí el ceño.

- Hola, perdón, no, ¿vos sos Ramón? -

- ¿Quién sos? - Habló molesto.

- Soy Julia, la novia de Carlos. Llamé a su casa y no me contestaron ¿él está por ahí? - Escuché una leve risa.

- Julia la novia de Carlos - Repitio. - Me acuerdo de vos, che. No se si vos de mí, nos vimos como dos veces igual -

- Sí, sí, me acuerdo - Hablé. - ¿Y está en tu casa? -

- Él estaba acá recién. Pasa que se quedó a dormir pero se levantó y se fue a comprar unas cosas. Sabes que... - Rió. - Te atendí de pedo, no suelo estar despierto tan temprano - "¿Temprano? Son las 11 de la mañana". - Pasa que Carlos se mueve mucho en la cama y bueno, no puedo dormir ahora - Volvió a reír.

"¿Cómo que Carlos se mueve mucho a la noche?". No quería preguntarle si durmieron juntos, ya era bastante obvio e incómodo. "Capaz es algo de los varones" pensé pero lo mejor era no pensar tanto.

- Bueno, eh... Cuando lo veas ¿le podés decir que hoy lo espero por favor? -

- Sí, sí -

- Gracias, chau -

- Chau, Julia - Habló con un tono muy dulce y socarrón a la vez.

Le dije al director que en mi casa no podían pasarme a buscar pero qué ya me sentía mejor. Él me dejó volver al salón. Pase todo lo que quedaba del día ignorando a Agustín. De todas formas él no volvio a insistir con el tema, dejándome espacio. Al fin y al cabo me conocía, y sabía que si se acercaba iba a ser para peor.

Ese día salía al mismo horario que Julieta así que nos fuimos juntas a la esquina.

- ¿Le vas a decir lo de comer con mamá? - Preguntó emocionada y asentí. - Yo te ayudo para que no se niegue entonces - Dijo y golpeó su puño izquierdo contra su mano derecha.

- No creo que se vaya a negar -

Y ahí estaba apoyado en su moto, fumando un cigarrillo, con una camisa blanca, campera de cuero negra, jeans ajustados y zapatillas blancas. Era para sacarle una foto "y la ropa" pensé y automáticamente él me vio, como si escuchara mis pensamientos. Quería comerlo a besos pero mi hermana estaba ahí y como que no daba.

- Hola - Lo besé en el cachete y él rió.

- Hola Julieta ¿cómo estás? - Él la saludó con un apretón de manos.

Ya le había dicho que a mi hermana no le cabían los besos y los abrazos de extraños. Dándole la mano le demostradas respeto y así ella te aprobaba. Y aunque éramos novios hace rato, Carlos nunca fue a mi casa, o al menos nunca había entrado y solo había visto a Julieta cómo dos o tres veces.

- Muy bien ¿vos? -

- Bien, bien - Contestó con una sonrisa y tiró el cigarrillo.

- ¿Tenés hambre? - Él levantó las cejas un poco sorprendido pero asintió. - Bueno vamos a mi casa y comes, así de paso conoces a tu suegra - Carlos me miró esperando una explicación.

- Es igual de directa que yo. A veces más - Susurré eso último. Él rió y aceptó la invitación.

Destrabó su moto para empujarla por el resto del camino.

- Ah no, vayan en la moto ustedes. Me acordé que le tengo que pedir unas hojas a un compañero que... acabo de ver y sigue en la puerta del cole. Vayan yendo - La miré frunciendo el ceño. Solamente esperaba que no sea ese tal Javier al que le tenga que "pedir las hojas".

Me subí a la moto y Carlos arrancó.

Carlos

Estacioné media cuadra antes de su casa. Julia se bajó y yo también.

- Che, no creo que a mi mamá le moleste mucho verte en moto - Negué rápidamente.

- No es por eso - La detuve. - Julia hay algo que tenés que saber - Ella me miró preocupada. - Secuestraron al papá de Ramón - Abrió la boca sorprendida.

- ¿Saben quién fue? ¿Dónde está? Él hoy... Ahh - Habló como si recordará algo.

- ¿Qué pasa? -

- Seguro te dijo, pero hoy llamé como a las 11 a tu casa y nadie me atendió - Recordé el comentario de mi mamá.

- Sí, es que estaba durmiendo -

- ¿Vos también? - Sonrió de costado pero al notar mi confusión, me explicó. - Llamé a la casa de Ramón para preguntar por vos pero me dijo que te habías ido a comprar y que te movías mucho a la noche y no sé qué. ¿Duermen en la misma cama? - No comprendía nada de lo que decía.

- Mirá, nunca me dijo sobre esa llamada. Anoche dormí en mi casa y hace un rato fui a lo de Ramón pero no me dijo nada de que lo llamaste. Y no, no dormimos en la misma cama - Ya me imaginaba por qué Ramón había saltado con esos inventos. Esta vez la confundida era ella. - De todas formas, lo que importa es lo del secuestro de su papá. Lo tienen tipos muy jodidos, que saben sobre él y sobre mí. Eso podría significar que saben sobre vos - Su cara se desfiguró, estaba aterrada.  - Tranquila, ellos nos pidieron plata y ya la tenemos. Esta noche vamos a hacer el intercambio -

- No, no. No podés ir ahí, te pueden matar. No, no vayas por favor - La abracé ya que había comenzado a llorar. - No vayas - Seguía repitiendo.

- No te preocupes por mí Julia. Yo voy a estar bien y vos también lo vas a estar, ya vas a ver - Acaricié su espalda y besé su frente. - Pero necesito una cosa de vos -

- ¿Qué? - Preguntó entre lágrimas.

- Preparate un bolso con ropa y lo que necesites -

- Pero mi familia... - La besé interrumpiendola.

- Cuando yo te diga que nos vamos, nos vamos. No tenés que dudar. Juntá lo que puedas y nos vamos - Volví a abrazarla. - Tranquila, ahí viene tu hermana. Es mejor que no sepa nada y va a estar bien. No le cuentes a nadie -

Ella asintió y se secó las lagrimas lo más rápido que pudo.

Young and Beautiful Criminal © / Editando #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora