Capítulo 32

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Carlos

Esa noche decidí dormir en mi casa. Quería estar con mis padres, no sabía si era el último día que los iba a ver. Para ser sincero, estaba un poco asustado.
Mi mamá me preparó el desayuno como siempre y mi padre observaba el diario.

- Este gobierno es una farsa - Comentó con la vista en la tapa. - A ellos mejor que nadie les queda el término "criminales" -

Como todas las mañanas, al menos todas las que pasé con ellos, se ponían a criticar el gobierno actual diciendo que son delincuentes y asesinos. Era verdad, los milicos secuestran y matan de aburridos, eso no está bien.

- ¿Hoy te vas a ir Carlos? - Asentí con la cabeza hacia mi madre mientras tragaba el sorbo de café con leche que había tomado. - ¿Con tu amigo? -

Mi padre me miró esperando una respuesta negativa de mi parte. No respondí y seguí comiendo mi tostada.

- Hasta que ese pibe no te envuelva en una desgracia no vas a parar ¿no? -

No iba a quedarme a discutir. Es verdad que ya me había dicho varias veces que no me juntara con Ramón porque según ellos es un mal viviente, pero sea lo que sea no podía abandonarlo en ese momento, no con Jorge secuestrado.

- Permiso - Me levanté y llevé mi taza a la cocina.

Después fui a mi cuarto ya que quería asegurarme de tener todo preparado. El bolso de ropa junto con la plata que tenía como reserva estaba al fondo de mi armario, pero ese día no lo encontré ahí. Antes de poder salir a preguntarle a mi madre si lo había visto, ella ya estaba en la puerta con los brazos cruzados y con angustia en su rostro. Entró y cerró la puerta.

- ¿Vos planteabas irte Carlitos? - No sabía que responder y ella ya estaba al borde de las lágrimas.

- ¿Le dijiste algo a papá? - Negó con la cabeza lentamente mientras fruncía el ceño.

- ¿Por qué preguntas? ¿Enserio planeabas irte sin decirnos nada? -

Cerré los ojos despacio y volví a abrirlos esperando verla mejor y no fue así. Ella seguía mirándome preocupada. Suspiré y le sonreí.

- No es tan así, ma - Ante su confusión me acerqué a abrazarla, eso siempre la distraía.  - No es que me voy a ir para siempre, nada más quiero intentar vivir solo -

- Pero... ¿Por qué? ¿Acaso no te cuido bien? ¿Vos sentís que no estoy con vos? - Reí suavemente.

- No es eso ma, tranquila. El tema es que en algún momento me voy a tener que ir y ya tengo casi 20 años -

Ella asintió comprendiendo.

- Bueno, supongo que es hora de que vueles del nido - Rió en lágrimas.

- Igual no le digas nada a papá y tampoco te puedo decir a dónde me voy a ir - Tenía que asegurarme que él no sepa nada, ya tenía una idea de lo que hacía con Ramón y no me podía arriesgar.

- Pero ¿cómo? ¿Ya te vas? - Negué.

- Puede que sea mañana pero prefiero que no sepan nada porque quiero manejarme solito, ma. Yo puedo, además ya vas a ver que los voy a visitar -

A decir verdad no estaba tan seguro de si iba a tener que escapar, hubiera preferido que no sea así. Traté de ver el lado positivo varias veces y todas esas veces me llevaron a Julia. En otras condiciones, quizá mejores, hubiera elegido escapar con ella sin dudas, pero no estaba en las mejores condiciones.

Mi madre se limitó a asentir y me abrazó.
Por entonces agarré solo mi campera y me fui. Me despedí de mi padre con un pequeño abrazo. Él, un poco sorprendido, optó por devolverme el abrazo sin decir nada.

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Bueno les mentí jeje. Falta un toque para el último capítulo por mientras, disfruten. No se olviden de votar si les gustó y comentar, me ayuda un montón.

Young and Beautiful Criminal © / Editando #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora