Capítulo 10

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 Las piezas del ajedrez de cristal emitieron un sonido pesado cuando las dejo caer sobre el tablero de cristal. El hombre estaba extendiendo la mano para alcanzar al rey, cuando la cortina que cubría la puerta, se abrió.

Discípulo 1: Lord Amón, ¡estamos de vuelta!

El hombre llamado Amón, levanto lentamente su mirada, observando a los hombres encapuchados que estaban en la puerta.

Amón: Habéis tardado. ¿Supongo que habéis llevado a cabo mis ordenes?

Discípulo 1: ¡Si, señor! Como indicaste, esperamos hasta que los Ejércitos Rojo y Negro se encontraron. Luego, creamos la cortina de humo y lanzamos las flechas.

Amón: Bien hecho. ¿Entonces el Ejército Rojo ataco al Negro?

Ante la sonrisa emocionada de Amón, los discípulos intercambiaron una mirada nerviosa.

Discípulo 2: Sobre eso...

Amón: ¿Qué?

Discípulo 2: El Rey de Corazones uso su magia contra nuestras flechas. Puso a los soldados de ambos bandos a dormir.

Los hombros de Amón se sacudieron con indignación.

Amón: ¡Increíble!

Discípulo 2: Por ese motivo los ejércitos no se pudieron enfrentar.

Amón: ¡Cuánto tiempo planea dejar esto estancado!

Cogiendo la pieza de ajedrez del rey, Amón la apretó como si quisiera convertirla en polvo.

Amón: Voy a tener que descubrir cuáles son sus verdaderas intenciones. Podéis retiraros. Vuestro trabajo aquí ha terminado.

Los discípulos dejaron salir un suspiro de alivio al escapar sin ser castigados, pero ese alivio fue por poco tiempo.

Amón: Nunca volváis a aparecer por aquí de nuevo.

Discípulos: ¿Se... señor?

Amón: No tengo nada para hombres que no acaban su misión. ¡Largaos!

Alejándose del furioso bramido de Amón, los discípulos de la mágica desaparecieron a través de las cortinas. Mientras escuchaba como sus pasos se desvanecían, Amón coloco una sonrisa para calmar su enfado.

Amón: Oh bueno, estoy seguro de que puedo persuadir a Lancelot para que lo explique todo. De cualquier modo, estaba deseando tener alguna excusa para poder conocer a Alicia.

**********

El día después de que Lancelot se recuperara, amaneció brillante y claro.

(Wow, ¡hoy hace un día precioso!)

Me había encargado de limpiar las ventanas del pasillo para dejar que entrara más luz. La historia de Sirius sobre lo que había pasado la otra noche había llegado a oído de todos. En lugar de ser considerada una prisionera del Ejército Rojo, ahora me trataban como a un aprendiz.

(He estado recluida en mi habitación hasta ahora.)

(Pero desde que mi estatus ha cambiado, ¡es hora de que me convierta en una persona útil!)

Hazel: ¡Solo un poco más!

Me puse de puntillas para llegar a la parte superior del cristal de la ventana.

Jonah: ¿Hazel?

Hazel: ¡Ah!

Me di la vuelta sobresaltada para encontrar a Jonah, con un Lancelot de aspecto estoico a su lado. Jonah me miro con escepticismo.

Ikemen Revolution en español [ruta Lancelot Kingsley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora