You Are The Problem (5SOS Fanfiction)

Capitulo 28

Capítulo 28

- Dime que no es Luke con quien estabas ahí dentro. - Me dijo Jack con expresión de enfado en su cara.

Solté el pomo de la puerta y Luke la empujó para así salir y dejar que Jack lo viese.

Luke lo vio y lo saludó.

- Hola, Jack. - Dijo sonriente.

- Hola. - Contestó mi hermano, cortante.

Luke frunció el ceño, pues estaba claro que no entendía qué pasaba.

- Me voy a clase, pero después tú y yo tenemos que hablar. - Me señaló. Jack se fue.

Luke y yo nos quedamos observando cómo lo hacía.

- ¿Qué le pasa?

- Me ha visto saliendo de ahí dentro. - Suspiré, me apoyé en la pared y me puse una mano en la frente.

- ¿Y? Eso no significa que sepa qué ha pasado ahí dentro.

- Ni yo sé qué ha pasado.

Luke sonrió de esa forma tan arrogante, tan suya.

- Lo que ha pasado es que no puedes tenerme a menos de dos centímetros sin evitar besarme. - hizo amago de acercarse a mí, pero puse mi mano en su pecho.

- ¿No será al revés? - Levanté una ceja.

- ¡Oh, vamos, Brooks! ¡Pero si has sido tú quien me ha besado a mí! - Se rió.

Me sonrojé.

- Y ahora tienes en tus mejillas el color de tu camiseta. - Señaló mi roja camiseta.

Golpeé su mano para que la bajara.

- Ha sido un impulso. - Me defendí.

- Acabas de delatarte. - Su sonrisa se hizo más grande.

- ¿Qué?

- Si fue un impulso es por que era lo que realmente querías hacer. - Levantó las cejas y sonrió formando una fina línea con sus labios. - Niega todas las veces que quieras que te gusto, pero en el fondo sabes que es verdad.

Su razonamiento hizo que comenzara a enfadarme, pero no tenía muy clara la razón.

¿Era porque tenía razón? ¿Era porque me molestaba que siguiera insistiendo tanto?

No podía negar que tenía mucha atracción hacia él, pero no éramos nada parecidos. Éramos como el día y la noche. Aquella relación no iría a ninguna parte.

- Deja de decir tonterías.

Oímos los pasos de unos zapatos de tacón aproximándose por el pasillo.

- Mierda, la profesora McHiggins. - Cogió mi mano y volvió a meterme en aquel cuarto sin luz, lo que hizo que me planteara una cuestión.

- Luke. - Susurré. - ¿De dónde has sacado esas llaves?

- Las he cogido de la sala de profesores.

- ¿Las has cogido? ¿Cómo que...

- Cállate. - Puso su mano en mi boca.

Rodé los ojos.

Cuando el infernal ruido de los zapatos de la profesora McHiggons hubo desaparecido me quitó la mano de la boca.

- No era necesario. - Reproché con enfado.

- Sí que lo era, tú nunca te callas. - Abrió la puerta y salió.