Al día siguiente Draco no había dormido nada, no soportaba la idea de que hicieran daño a sus amigos o a Hermione. Intentó liberarse las cadenas haciendo que estás sonaran.
–Sabes que no lograrás nada así. –dijo Nott con una expresión seria en el rostro.
–Lo sé. –dijo Draco. –¡Padre!
–¿Que coño haces Draco? –susurró Blaise al rubio. Este le ignoró.
–¿Sí? –dijo el padre del rubio apareciendo.
–¿Podemos hablar en privado? –preguntó Draco. –Por favor.
–De acuerdo. –dijo este. Le retiró de la tubería y le volvió a colocar las esposas. Draco y su padre avanzaron hacia otra habitación. –¿Y bien?
–Castígame a mi. –dijo Draco mirando al suelo. –No les hagas nada a ellos, no tienen la culpa. Hazme lo que quieras, mátame si quieres pero no les hagas nada, por favor. –terminó mirando a los ojos de su padre. Este sonrió satisfecho.
–Bien. –dijo este. –Que así sea, pero ellos lo presenciarán. Tu castigo será esta noche.
–¿Despues los dejaras ir?
–A ellos sí. Tu no te irás. –dijo acercándose a él. –Y ahora te irás con tus amiguitos.
–Padre solo le pido que no les haga nada.
–Tu ya no eres mi hijo. –dijo este sin siquiera mirarle. –No eres nada para mí, pero no quiero que vayas contando lago por ahí, si tus amigos cuentan algo tú mueres.
El rubio se resignó a bajar la cabeza, su padre le situó en el sitio de antes, Draco enterró su cabeza entre las piernas y se dedicó a no pensar, a ignorar a sus compañeros quienes no dejaban de preguntarle qué había pasado.
Aquella noche todo estaba en silencio, de repente Lucius y Ron entraron en la sala con sus respectivas varitas en mano.
–Draco, levántate. –dijo Lucius liberando sus esposas, este obedeció. –Que comience el castigo... ¡Crucio! –El joven Slytherin cayó al suelo con un gritó de dolor ahogado. –¡Crucio! –Draco se retorcía en el suelo intentando reprimir el llanto. –¡Crucio! –ya no pudo más, un desgarrador grito de dolor llenó la habitación y se oyó incluso más allá de la casa.
Narcissa Malfoy, se encontraba encerrada en otra habitación, se cubrió el rostro al oír a su hijo sufrir.
–Ahora vendrás a fuera a por tu último castigo. –dijo el Weasley cogiendo del brazo al dolorido rubio, quien había sufrido un total de cinco Crucios.
Hermione, que se encontraba llorando al lado de su amiga pelirroja se asomó a la ventana para ver a su querido rubio.
Una vez fuera...
–¡Incendio! –dijo Ron. Al momento una llama salió de la nada y Draco atado de pies y manos se resignó a sufrir graves quemaduras. El fuego no tardó en atravesar su ropa, está comenzó a arder, una chispa quemó parte de su rostro, Draco gritaba con una mordaza en la boca intentando pedir compasión, algo que era imposible.
Tras un minuto eterno, el padre de Draco gritó. –¡Aguamenti! –Al instante la llama de apagó.
Mientras, Narcissa Malfoy había conseguido escapar y se dirigió corriendo a la sala donde se situaban los demás, les liberó y todos ellos recuperaron sus varitas, se escondieron tras la puerta para asustar a Lucius y al Weasley.
Al poco, estos entraron con un Draco empapado y con quemaduras por la parte izquierda de la cara. Iba cojeando y con un gesto de dolor cada vez que daba un paso. Narcissa y Hermione palidecieron ante aquello.
–¡Desmayus! –gritaron Blaise y Theo a la vez apuntando a Lucius y a Ron. Los dos se cayeron desplomados al suelo y el joven rubio con ellos.
–¡Draco! –gritó Hermione arrodillándose junto a él, Narcissa hizo lo mismo. –Por dios ¿Que te han echo? –dijo mirándole la cara? –mientras Ginny, Luna, Theo y Blaise vigilaban a los dos desmayados habiéndoles quitado las varitas.
–Me incendiaron. –dijo este débil. –Pedid ayuda...
Narcissa Malfoy llamó al ministerio de magia que no tardó en venir y llevarse a Lucius Malfoy y a Ron Weasley.
Los chicos volvieron a Hogwarts y Narcissa pudo vivir en una bonita casa cercana y cada día le enviaba cartas a su hijo.
Todos estaban felices de haber recuperado a su amigo aunque este seguía afectado y no solo físicamente, sino psicológicamente. Su propio padre le había lanzado cinco Crucios y había permitido que le incendiaran provocándole quemaduras por todo el cuerpo.
–Draco. –le llamó la castaña. –¿te encuentras bien.
–Claro. –dijo este, quien estaba como ausente sentado en el sofá de su sala común. –Hermione, van a ser vacaciones de Navidad ya, y quisiera que vinieras conmigo y con mi madre. Pueden venir tus padres también si quieres.
–Eso sería genial. –dijo la castaña sonriendo. –Draco, no te preocupes ya por lo que pasó, nos tienes a todos los demás. Te quiero hurón, me tengo que ir a clase, nos vemos. –se despidió la Gryffindor.
La joven Gryffindor sabía que algo le ocurría a Draco, quizás debía ir a un psicólogo muggle, aunque ¿como explicarle a un psicólogo que es un crucio? ¿o que le quemaron vivo? Sería imposible, pero debía hacer algo, y sabía exactamente qué sería.
Muchísimas gracias por todas las visitas! Agradecería comentarios con sugerencias, tengo muchas ideas para esta historia e intentaré actualizar pronto.
J💚❤️
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Now (Dramione)
FanfictionDraco Malfoy, el arrogante, conquistador y cretino Draco Malfoy. ¿Un amor platónico? Hermione Granger, la sabelotodo, amiga de Potter y heroína Hermione Granger. ¿Un perdón?