Now (Dramione)

XV

–¿Draco que está pasando? –dijo la castaña. El rubio la miró aún preocupado.

–Nada... Solo un sueño. –dijo aún alterado.

–Draco, te conozco, se cuando me mientes y ahora lo estas haciendo. –dijo la castaña.

–Agh. Está bien. Era una pesadilla, y no ha sido la única en estos días. Percibo algo Hermione, algo malo. –decía el rubio pasándose la mano por el pelo. La castaña se le acercó y le abrazó, este la rodeó con sus brazos. –Necesito aire fresco.

El rubio se vistió y salió al porche, al poco apareció la castaña al lado suyo.

–¿Qué... pasaba en tu sueño? –preguntó inocente la Gryffindor.

–Mi madre, todos nuestros amigos se retorcían de dolor en el suelo... y yo ... tú me tenías miedo y yo... no podía controlar mi cuerpo e intentaba... matarte. –dijo el rubio evitando el contacto visual con la castaña.

–Vaya... –dijo la castaña. –Quizá deberíamos hablar con McGonagall o con alguien especializado en estas cosas.

–Trelawney... –susurró para sí mismo Draco. –Eso es, ella sabrá. Sé que no te cae muy bien Hermione pero hablaremos con ella.

–Fue en tercero Malfoy, lo he superado. –resopló la castaña. –A pesar de que me subestimara. –susurró para sí misma. El rubio rió.

–He de decir a mi madre y a tus padres que nos iremos unos días. –dijo el Slytherin plantando un beso en la boca de la castaña.

El rubio fue a contarle a su madre lo dicho, más tarde tanto la castaña como él armaron las maletas, Draco se encargó de llamar a los Slytherins y Hermione a la Gryffindor y a la Ravenclaw.

Todos ellos se reunieron en la entrada de Hogwarts.

–¿Me repites por qué estamos aquí? –dijo Blaise bostezando.

–Draco ha tenido pesadillas continúas y una mala sensación durante días. –dijo la castaña.

–¿No será porque no eres buena en la cama? –dijo picaresco. El rubio le echó una mirada asesina.

–¿Se lo has dicho? –dijo la castaña enfadada.

–Amm... –el rubio se rascó la nuca. –Llamemos a la puerta ¿si?

El resto del día la castaña estuvo molesta con el chico, aunque ella también se lo hubiera contado a la pelirroja y a la rubia.

Buscaron a Trelawney en clase de adivinación, allí estaba aquella mujer observando su bola de cristal mientras hacía extraños movimientos con las manos alrededor de esta.

–Joven Malfoy, los esperaba. –dijo sin si quiera mirarles, estos se miraron entre ellos extrañados. –Acercaos. Draco, puedo ver tus sueños con un pequeño hechizo que encontré.

–¿Tienen algún significado? –preguntó el rubio.

–Todos los sueños tienen algún significado. –dijo la mujer.

–Yo soñé que un Dumbledore gigante me atacaba... –dijo Zabini.

–Blaise, ahora no. –dijo la pelirroja.

–Verás Draco, percibo algo muy malo, muy muy malo. Algo oscuro se acerca. Siento... que una parte del alma de Voldemort sigue viva. Sabes que él murió utilizando la varita de Saúco, y esa varita te pertenece. –continuó Trelawney. –Tu desarmaste a su último dueño, Dumbledore.

–Yo... ¿Soy el dueño de la varita de Saúco? –preguntó el joven sorprendido.

–Lo eres, y ahora una parte de su alma sobrevivió, y ahora está dentro de la varita de Saúco. Debes encontrarla y acabar con ella.

(En esta versión Harry no la partió al final)

–Pero, ¿dónde está ahora? –preguntó el joven.

–Me contaron que un exmortífago se la llevó pero el poder de la varita le sobrepasaba y una fuerza extraña le mató. –contó aquella mujer. –Debes tener mucho cuidado, la varita intentará seducirte con las ansias de poder que te pueda ofrecer. Podrías hacer mucho daño.

–Me concienciaré de ello, esté usted tranquila. –dijo el rubio. –Saldremos mañana al amanecer. –dijo a sus compañeros.

–Podreis dormir aquí, aunque las vacaciones acaben en unos días avisaré a los profesores de vuestra ausencia, de todas formas no os enseñaría nada que no supierais. –dijo Trelawney.

Los seis se quedaron en Hogwarts hasta la mañana siguiente, ni la castaña ni el rubio pudieron dormir apenas aquella noche.

Draco... Veo tu miedo... Ven, ven y no mires atrás, no perderás nada, ¿de verdad crees que ella te ama? No...
Terminarás como tu padre, en Azkaban o muerto... Acepta mi propuesta... Yo... Te daré... Poder.

–¡Agh! –se despertó sobresaltado el rubio. –¡Sal de mi puta cabeza Sin Nariz!

–Draco, ¿qué te pasa? –dijo Hermione entrando a la habitación. –Oye tranquilo ¿sí? –dijo sentándose a su lado. –Todo saldrá bien. –La castaña apoyó su cabeza en el hombro desnudo del rubio.

–Gracias leoncita. –dijo este acariciando su pelo. –Él me habla en sueños...

–¿Qué te dice?

–Cosas horribles... Que vaya con él o seré como mi padre y acabaré muerto o en Azkaban... –una lágrima calló por el rostro del Slytherin. –Hermione no lo soporto... –

–Tranquilo amor... –dijo está. –Te amo no lo olvides...

–No lo haré. –sonrió levemente el rubio. –Quédate conmigo esta noche por favor...

–Lo haré, tampoco podía dormir con los gritos de Ginny al otro lado. –dijo sonrojándose.

–Vaya... Eso no me lo esperaba. –dijo el rubio haciéndola hueco.

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J❤️💚