XXI

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–¿A mí? –preguntó el rubio.

–¡Draco! –la castaña fue a abalanzarse sobre su rubio pero fue detenida por Blaise.

–Hermione no. Está poseído, ¿recuerdas? –dijo el moreno. La castaña derramó un par de lágrimas que secó con su manga.

–Cuanto tiempo amigos míos. –continuó el Slytherin. –¿No está el joven Longbottom con vosotros? ¿No fue él quien acabó con mi preciada Nagini?

–Neville está trabajando fuera. –dijo Luna asustada.

–Draco por favor sé que me estás escuchando... –susurró la castaña.

–No te oye. –contestó Voldemort. –El cuerpo es suyo, pero su voluntad es mia.

–Draco por favor... Recuerda quienes somos... Tus amigos de siempre, tu novia. –siguió insistiendo la Gryffindor. –Recuerdas... cuando me petrificaron. Tú viniste a la enfermería a verme pero tú fuiste porque vinieron más Slytherins. O cuando me nombraron a mi en Gryffindor y a tu en Slytherin, cuando te golpeó Buckbeak o como tú le llamabas "la gallina deforme" –una pequeña risa salió de la boca de la castaña al decir aquello.

Voldemort sacudió la cabeza. –¿Qué crees que haces? No funcionará. –

–Te derrotamos una vez y lo haremos de nuevo. –dijo Potter saliendo de detrás de un callejón.

–Potter... Mírate. Ya te creía huyendo de mi... –dijo Voldemort. –¡Crucio!

–¡Harry! –gritó la pelirroja acercándose al ojiverde que se retorcía en el suelo.

–Maldito desgraciado... ¡Desmayus! –un protego evitó que aquel hechizo diera a Voldemort.

–¡Draco por dios escúchame! –dijo la Gryffindor.

–Herms... –dijo una voz débil. –¡Para no conseguirás nada! –dijo está vez la voz de Voldemort.

–Draco te amo por favor... –siguió insistiendo la castaña.

–Yo también... –dijo la voz de un Draco moribundo. –Ayudame... –de repente Voldemort de esfumó.

–Mierda chicos, la varita. –dijo Hermione. –¿Recordais lo que dijo Trelawney? Lo de encontrar la antigua casa de Tom Riddle y encontrar el hechizo. Sacad los mapas nos olvidamos de que teníamos que utilizar el hechizo para romper la varita y que el alma de Voldemort desaparezca.

–Hermione, según el mapa, su casa fue el orfanato de Wool, donde Dumbledore le visitó. Tiene que ser allí. Está en Londres, debemos ir. –dijo Harry.

–Vamos, acercaos a mi. –dijo Hermione, al instante se aparecieron en la puerta del orfanato de Wool.

–Es aquí. –dijo la castaña acercándose a la puerta. Abrió para encontrarse con una anciana mujer sentada en la recepción del abandonado orfanato.– Buenos días, ¿podría indicarnos donde está la habitación donde estuvo Tom Marvolo Riddle?

–Es la número cinco del segundo piso. –dijo la mujer poniendo una llave encima del mostrador.

–Gracias. –dijo Hermione. Los seis jóvenes magos subieron a la segunda planta y se dirigieron a la habitación donde habitó el joven Tom Riddle.

La castaña introdujo la llave dentro de la cerradura y giró. Está se abrió con dificultad provocando un crujido que hizo estremecerse a todos los presentes. Allí, en la ventana 7 piedras representaban los siete futuros horrocruxes que crearía Voldemort. Todos empezaron a buscar por toda la habitación.

–Chicos, mirad esto. –dijo Potter abriendo un cajón del escritorio y sacando un montón de hojas. –Creo que lo hemos encontrado.

–Dejame ver Harry. –dijo la castaña tomando las hojas entre sus manos y soplando el polvo que las cubría. –Me vengaré, lo juro. Me vengaré de todos los que me han hecho daño, incluido mi padre, el bastardo que abandonó a mi madre una vez embarazada de mi. –Comenzó a leer la castaña. –Dumbledore dijo que podría ser un gran mago, y lo seré. Seré más poderoso que nadie incluido él. Mataré a quien haga falta. –La castaña se estremeció ante las crueles palabras de un niño de tan solo once años. –Si alguna vez muero deseo que mi alma siga viva en el último objeto que toque. Solo un conjuro podrá destruir mi último trozo de alma: terminus mortem animam viventem. –Lo había encontrado. –¡Ese es el conjuro chicos! Terminus mortem animam viventem. –dijo la castaña emocionada. –Ahora salvemos a Draco.

–Hermione, es tarde. Son las doce de la noche, debemos descansar para enfrentarnos a Voldemort. –dijo la pelirroja abrazándola por detrás. –Mañana le salvaremos pero esta noche necesitas descansar para no fallar mañana.

–Esta bien. –dijo resignada la Gryffindor. –Ginny, ¿puedes dormir hoy conmigo?

–Claro. –sonrió la Weasley. Salieron de el orfanato y fueron a montar una tienda de campaña mágica en una explanada cercana.

–Ginny. –la llamó la castaña ya tumbada. –¿Por qué crees que Tom Riddle hizo todo esto?

–Debió sufrir mucho. No tuvo padres Herms, y nadie hizo nada por él nunca. –dijo la pelirroja. –Igualmente no es excusa para todo lo que hizo.

–Lo sé. Pero me extrañó ver lo que escribió con once años. –dijo la castaña. –Buenas noches Ginny.

–Buenas noches Mione. –se despidió la pelirroja.

Al día siguiente todos se preparaban para una de las mayores peleas de sus vidas. El último paradero de Draco sorprendentemente volvía a ser Londres. Los jóvenes viajaron hasta allí mientras Hermione repasaba unas y otras vez el hechizo que acabaría con esa pesadilla. "terminus mortem animam viventem" repetía la castaña en su cabeza.

–Nuestros caminos se vuelven a cruzar... –dijo una voz ya conocida a espaldas de los seis jóvenes magos.

–Esta vez no huirás. –dijo Blaise. –No lo permitiré.

–Me aseguraré de que corrais la misma suerte que yo entonces. –dijo Voldemort.

Se prepara la batalla final!! Voy a empezar a escribirla ahora. Muchas gracias por las visitas como siempre, y pues nada aguantar la cuarentena.

J💚❤️

Now (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora