Llegamos al local de batidos, era un lugar muy ''hipster'' por así decirlo. Además de estar repleto de adolescentes, me asustaba un poco pero traté de no verme nervioso.
— Toma asiento.— dijo amablemente Robert.— iré a canjear esto.— se refirió al cupón de descuento.
Las mesas eran de madera y tenían stickers de logotipos de bandas, era muy estético.
Mis pensamientos sobre mis problemas llegaron y de poco a poco invadieron mi cabeza haciendo que sintiera un malestar y pezades, tuve que contenerme para no empezar a desahogarme llorando. Sin embargo, también pensé en que no debería preocuparme todo el tiempo, ahora estaba en un lindo lugar junto a un nuevo amigo, la música era agradable sentí mi ser despreocupado salir e hice lo yo quería.
A un lado de las mesas había una sala de baile, había muchas personas en ese lugar, si el Gerard tímido hubiera visto a muchas personas en un mismo lugar es probable que se hubiera asustado, el Gerard actual le importó poco o nada.
Con cada paso por más torpe que se vea sentía una carga menos en mi cuerpo. Sentí como mi espalda chocó con una persona, me di la vuelta y comprobé que era mi acompañante.
— Pensé que te habías ido.— su cara era de angustia.
— ¿Por qué me iría? Esto es asombroso.
Me entregó el batido de fresa que compró y bebí un poco, estaba delicioso.
— Te conocí gracias a una caja de fresas, por eso el sabor.
— Gracias.— mis mejillas se sentían calientes, era muy tierno de su parte.
— ¿No prefieres sentarte?— preguntó, no de una manera de orden, era sólo una consulta.
— No.— reí. — Ven, baila conmigo.
No sabía que me pasaba, parecía estar inconsiente por la droga más potente que exista. Cualquiera al verme pensaría eso, estaba seguro. Pero las opiniones valían pura mierda, nunca había podido bailar en una fiesta por lo tímido que era, pero ahora por más horrible que se vea mi cuerpo haciendo movimientos descoordinadose sentía bien.
Al ver a Robert bailar como si estuviera sufriendo un ataque me dio mucha gracia que casi hace echar una carcajada junto a la malteada de fresa que él había comprado.
Treinta minutos después salíamos del local, yo con una botella de cerveza que había comprado por mi cuenta aunque Robert había insistido en pagarla.
— ¿Qué te parece si vamos a un sitio especial?
— ¿Qué? — reí nerviosamente.
— Es un parque donde siempre voy, es muy lindo. Tiene muchas platas, además va mucha gente no nos robaran, o quizás sí.
Lo miré con miedo pero al ver que se reía supe que era una broma.
Caminamos, en realidad no quedaba tan lejos ni tan cerca, pero si valía la pena, era un lugar muy iluminado, las personas que se encontraban estaban en su propio mundo, habían familias, amigos y parejas.
Nos sentamos en un banco, ambos mirándonos frente a frente.
— Hace poco me mudé a unas tres calles de aquí. Siempre pasaba por este parque y siempre me imaginé lo hermoso que sería si me quedara horas sentado mientras leo un libro o veo el periódico o estar junto a alguien.— sonrió.
— Sabes.— dije mirándolo.— Hace mucho que no tengo una noche divertida o siquiera un momento de alegría.
— Supongo que tienes que agradecerles a las fresas.
Reímos por su comentario, sin duda. Aunque las fresas que comí eran agrias, en mi mente serán muy dulces que he comido después de haber conocido al contrario.
— Bien, gracias fresas. Y gracias Robert.
— No me llames Robert, es muy formal, ni mi madre me llama de esa manera.— dijo entre risas.— Llámame Rob, suena más cool.
— ¡Claro! En todo caso llámame Gee, supongo que también suena bien. Aunque mi nombre es un asco.
— No es un asco, es sutil. Suena bien.
— No lo creo.
— ¿Sabías que Gerard significa valiente y líder?
— ¿Enserio?— reí, eso no era nada de lo que yo podría ser.
— No lo sé en realidad. Pero no tengo dudas de que lo seas.
— Créeme, soy todo lo contrario.
Tuvimos una conversación de una hora, o quizás dos, hasta que una pequeña llovizna que luego se hizo gotas enormes nos obligó a irnos. Esperábamos a un taxi pero ninguno llegaba, las demás personas subían sus carros y de poco a poco solo quedaron un grupo pequeño de personas en donde los dos nos encontrábamos.
— Diablos.— dije al ver como Rob estaba mojandose por completo. Me quité la chaqueta que traía puesta y la use como si fuera un paraguas.— Ven, hay que cubrirnos.
Pero sirvió de nada, la chaqueta era muy vieja y tenía unos agujeros. Sentí vergüenza ya que los chorros de agua bajaban por nuestros rostros sin control.
Acababa de exhibir mi pobreza.
— Creo que estamos mejor sin la chaqueta.— se burló, sin embargo no me hizo sentir mal. A lo contrario, eché una carcajada.
— Lo siento.— dije entre risas.— Es la única que tengo.
— No te preocupes. Pediré un taxi.— sacó su celular.— Tendrás que poner tu dirección, yo llegaré a mi casa caminando, te dije que quedaba muy cerca.
— Bueno. — tomé por unos instantes el aparato.
Mientras esperábamos a que llegara el transporte, la lluvia terminó. Pero una ráfaga de frío invadió mi cuerpo, estaba un poco seguro que tendría gripe, aunque confiaba en mis defensas.
El taxi llegó, nos despedimos con un abrazo.
— Creo que deberías tomar algún medicamento.— dijo antes que yo entre el auto.
— No lo creo.— me subí al automóvil.— Gracias, Rob.
— De nada, Gee.— cerró la puerta.— Nos vemos mañana.
— Nos vemos... — el carro comenzó su trayecto.
Miraba las calles con una pequeña sonrisa formándose en mis labios, pensando en todo lo bien que me había sentido en una sola noche. Aunque un estornudo hizo que vuelva a realidad. Estaría terriblemente enfermo para mañana.
![](https://img.wattpad.com/cover/183742466-288-k2182.jpg)
ESTÁS LEYENDO
VIRGIN |Frerard|
FanfictionGerard ha pasado toda su vida trabajando, no había experimentado cosas que otros sí. A sus veinticuatro años se dio cuenta que seguía siendo virgen y esta dispuesto dejar de serlo.