XIX

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Mikey

Gerard se había despedido de mamá hace media hora para irse a su departamento, así como las demás personas también lo habían hecho. Solo quedaban unos cuantos que no tardarían en irse y Ray que insistía en ser el último.

— Ya hiciste mucho, Ray.— agradecí.— iré a descansar y mamá también lo hará.

— Claro. Descansen.— dijo en tono de despedida.— Sabes que  puedes llamarme cuando lo necesites, nos vemos. — tímidamente nos abrazamos, era bueno encontrarse con un amigo del pasado.

Cuando todos se fueron mamá se animo a tomar sus siesta ya que su cuerpo no podía más estar en pie. Yo de igual manera opté por dormir y quizás llevar a mamá conmigo, no quería que se quedara sola en esta casa que le pueden traer recuerdos.

Caminé por los pasillos de la casa hasta quedar al frente de la "puerta secreta". No era tan secreta, era la oficina de papá que nunca nos dejaba entrar y es por ello que Gerard le puso ese apodo cuando éramos niños. Siempre me intrigó lo que podía haber detrás de esa puerta, quizás su espectro podría salir de una de las paredes para gritarme que no lo haga, eso era lo que haría definitivamente, pero deje de creer en esas cosas como hace veinte años.

Entré, encendí la luz y pude notar que no era nada extravagante, solo una simple oficina de una casa, un escritorio enorme en un lado con repisas llenas de libros grandes y aburridos de leer, periódicos que fechas pasadas, lapiceros, libretas y una foto de nuestra familia, específicamente cuando yo tenía diez años y fuimos a un parque de diversiones.

Mamá y Papá se veían tan jóvenes, papá tenía su brazo sujetando los hombros de mamá, Gerard tenía una sonrisa y me sujetaba de igual manera, yo reía, en mis manos tenía un peluche, recuerdo que mi hermano lo había ganado en una competencia de tirar vasos pero al verme decidió regalarmelo. Es en esa fotografía el momento más alegre que puedo recordar de los cuatro estando en paz. La única vez donde papá dejó de ser cruel con Gerard.

Dejé el portaretratos en su lugar. Revisé los cajones. Más libretas, algunos llenos de basura y uno que estaba con llave. Tenía mucha intriga de que podía haber en el misterio cajón. Busqué una llave, sin embargo las que encontré no eran las indicadas. Mi búsqueda de basó en encontrar un clip, lo deforme y traté de abrir ese cajón y como era de esperarse lo logré. Aprendí hacer eso cuando me olvidé las llaves de la casa dentro de la casa. De desgracias saca el provecho dicen.

Lo que tenía en su interior eran cartas, muchas, con diferentes fechas, muy antiguas como otras de hace diez años.

Todas con el nombre de una tal "Monique Smith"

15 de Mayo de 1990

Hola Donald, lamento informarte de ésta manera, sé que no debí hacer esto pero no tenía la valentía para despedirme cara a cara. Lo más probable era que rompa en llanto, sin embargo, ahora mismo lo estoy haciendo. Te amo, nunca dejaré de pensar en ti, podemos estar lejos mi amor, pero cree en mí, nunca te dejaré, sé que tú tampoco lo harás,confío en tu amor.

-Monique.

Nunca supe sobre las relaciones anteriores que tuvo papá antes de mamá, esto era algo divertido de leer. Las siguientes seis cartas eran iguales, fantasías de esa tal Monique donde decía que vivirían juntos solo tenía que juntar dinero para regresar a Estados Unidos, al parecer ella se mudó a Italia.

VIRGIN |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora