XVII

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— Tenemos que hablar.— ordenó.

— Claro... — contesté nervioso.

— Ayer Lindsey me llamó... — él caminó hasta llegar a espaldas mío, otra vez la silla separaba nuestros cuerpos. En cuanto a mí estaba muy nervioso, solo rogaba que mi cuerpo no esté temblando.

No sabía que demonios estaba diciendo, solo lo veía a él moviéndose de un lado a otro hasta llegar a estar frente mío... Muy cerca.— Gerard ¿Escuchaste lo que te dije?

— ¿Qué? — dije saliendo de mi trance. — Perdón no dormí bien. — Si supiera que tuve el mejor sueño de mi vida.

— ¿Te lo repito todo otra vez?

— Sí... — respondí con un sonrojo en mi rostro.

— Como te decía, Lindsey me llamo ayer por la noche, ella estaba muy triste porque descubrió a Bob otra vez engañandola.

— Que maldito, no puedo creer que le haga esto o bueno quizás sí, ambos sabemos como es Bob.

— Le engañó con tu hermano.

— ¡¿Qué?!

— Yo tampoco podía creerlo, lo que me comentaste sobre ellos, simplemente aún no me lo creo que fuera con él.

— Yo... No sé qué decir, es tan vergonzoso.— admití.— Mikey... No pensé que fuera capaz de hacer eso. Lo siento mucho.

— Tú no deberías pedir disculpas, yo solo te lo comentaba.

Las horas pasaban y Frank estaba muy molesto, lo entendía, pero estar molesto con todo el mundo mebparecia injusto. No puedo creer que prefirió pasar el receso en la oficina que a mi lado, lo peor es que Robert no bajó porque tenía mucho trabajo pendiente, así la pasé solo. Me sentía como en la secundaria.

Era casi la hora de salida y la incomodidad que sentía estando al lado de él era inmensa, bajé hasta llegar a los baños, una vez adentro me lavé el rostro.

Mi celular vibró. Era Michael llamándome, toqué mi sien cerrando mis ojos, estaba cansado para discutir con él. Lo ignoré.

Me quedé dos minutos más adentro, ya faltaban diez minutos para salir así que lo más probable que haga es cocinar algo en casa y ver algunas series.

El celular volvió a vibrar. Vi el aparato con cansancio, tenía muchas preguntas y reproches para Mikey pero no tenía las fuerzas para hacerlo, sería cuestión de un minuto decirle que había actuado como un imbécil e ir mañana a su hogar, o quizás no.

Para este punto el celular había resivido tres llamadas e iba por la cuarta, con mucha flojera contesté.

— Gerard...

— Sí, ya lo sé Michael. Pero aguarda hasta mañana para hablar seriamente de esto. No puedo creer que lo hicieras ¡Demonios, es Bob! Que puede haber de atractivo en ese sujeto.

— Gerard, por favor escúchame.

— Colgaré.— advertí.— Nos vemos mañana.

VIRGIN |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora