Capítulo 20

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Ángel:

Reproduzco el vídeo.

Las caderas de Sky se balancean, sobre la barra sus piernas se ven aún más largas, toco la pantalla pausando la imagen.

Oculta bajo su cabello húmedo por el sudor y las luces del local puedo percibir su sonrisa.

Se está divirtiendo, está siendo ella. 

—Lo buena que parecía, y es toda una perra —Dos chicos hablan, uno de ellos sostiene en la mano su móvil y en este miran un vídeo.

Lo reconozco por la música, el vídeo de Sky.

Mi sangre hierve.

—¿Cómo la llamaste? —No puedo evitar defenderla.

Golpeo al chico desprendiéndome de la ira sin esperar respuesta.

Él no es malo, también acierta algunos buenos golpes.

Los estudiantes nos separan.

La pelea apenas duro minutos, y aunque se habló de ello por los pasillos no paso a mayores, excepto por una suspensión de mis clases por unos días.

—Al menos no han llamado a mamá —pienso mientras abro la ducha.

El agua es fría, toca el suelo roja por la sangre.

Me ha roto una ceja, suspiro observando mi rostro frente al espejo.

Salgo del baño secando mi cabello, sobre la cama se encuentra Jack, lo cargo mirando su cara peluda.

—No la extrañaremos.

En respuesta el gato maulla.

—Necesito un trago o dos —El bar más cercano está a unas cinco cuadras, voy andando.

Camino por la acera, no me he esforzado mucho al elegir que vestir, unos vaqueros negros, Converses y camisa del mismo color.

Bajo unas gafas de sol oculto mi cara dañada.

—Maldito cielo —refunfuño antes de entrar al bar mirando hacia arriba.

Revisó mi billetera mientras leo los precios de los tragos en la carta, los bares para niños ricos universitarios no son baratos.

El dinero que gano ayudando a mamá en la cocina merece ser gastado en cosas más valiosas que alcohol, aún sabiendo eso, pido el primer trago, no pienso, no necesito de eso, pensar, recordar duele.

Una chica me dedica miradas coquetas desde la otra esquina de la barra, la esquivo por una hora.

Cuando el mesero coloca el quito trago frente a mí, analizó bien a la chica, está sola, es rubia.

Me gustan las rubias, aunque hay una pelirroja que no logra salir de mi mente.

—No pienses, no la extrañes —hablo conmigo mientras niego con la cabeza y me acerco a la rubia.

—Hola —me siento a su lado, ella gira su cuerpo hacia mí, prestándole toda su atención.

—Te has demorado en venir —responde sonriente a mi saludo.

Su sonrisa es linda, atrevida.

—No te había notado antes —miento.

—Creo que si lo has hecho —me encojo de hombros siendo pillado—, da igual, ¿qué te trae por aquí? Por tu forma de beber puedo asegurar que mal de amores.

—Se puede decir —confieso con una sonrisa amarga en mis labios.

—Lo sabía —Habla segura—, ahora cuéntame ¿Cómo han roto ese corazón?

Tomo aire antes de empezar mi historia, la rubia me escucha interrumpiéndome a ratos para preguntar algunas dudas.

Salimos juntos del bar cuando este cerro.

Acompaño a la chica a su casa una casa gigantesca como la que vive Sky con su novio.

Me despido dándole un beso en la mejilla, luego esperó a que entre en casa parado desde la calle.

Podría haberla besado, llevarla a casa y pasar la noche juntos.

No busco un rollo de una noche.

Regreso a casa dando tumbos.

Despierto.

Mi cuerpo duele por los golpes, desayuno marihuana y almuerzo alcohol, es enfermizo, pero calma mi ansiedad.

Miro la pantalla de mi celular, corrección, no he parado de mirarla, ningún mensaje llega.

El tiempo suele pasar más lento cuando no tienes tu cerebro ocupado, las cosas suelen dolor más cuando el tiempo pasa lento.

Imagino que estará haciendo, follando y hartándose de piña colada en alguna playa afrodisíaca junto a su novio el millonario.

He visto su historia en Instagram, la foto de la ventanilla de un avión.

También las que a subido junto a él alegre.

Me duermo con el teléfono en la mano y su perfil abierto.

Alguien toca la puerta.

Mi cuerpo duele, aunque no tanto como días anteriores.

Espero que quien sea tenga un buen motivo para interrumpir mi sueño, camino a paso lento, mi cuerpo se paraliza al ver los cabellos rojos, pecas y tatuajes.

Quiero estar molesto, quiero cerrar la puerta en su rostro, dar la vuelta y que no me importe.

¿A quién engaño?, quiero abrazarla, jodidamente necesito abrazarla.

*****
Hola mis ángeles, cielos y demonios.

¿Qué les parece el capítulo?

¿Quién es la rubia?

¿La vera nuevamente?

¿Alguno ha vivido una experiencia parecida a la de Ángel?

¿Han sufrido por amor?

¿Son correspondidos?

Quiero saber sus respuestas, y por último:

¿Quieren saber qué sucedió en casa de Ángel?

DeudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora